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Una investigación pedida por los fiscales y realizada por la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia determinó que el 31 de mayo de 1994, un mes y medio antes del atentado contra la mutual judía, la Cancillería le remitió a la SIDE un alerta producto de una amenaza del Hezbollah de atacar en la Argentina. La SIDE siempre negó que haya recibido advertencia alguna, pero el cable del 31 de mayo a las 12.42, enviado por la Dirección Africa del Norte y Medio Oriente (Danmo) de la Cancillería y dirigido a un funcionario de la SIDE, Molina Quiroga, indica que se le hizo llegar el alerta. El cable nunca fue presentado a la Justicia y ahora fue entregado tanto al juez Juan José Galeano y al Tribunal Oral Nº 3 que lleva adelante el juicio por el atentado. Sería otra evidencia de que la SIDE conocía la existencia del ataque, algunos dicen incluso que tenía ubicado al grupo terrorista, pero se le fue de las manos.
Es conocido desde hace bastante que el 28 de mayo de 1994, el embajador argentino en el Líbano, Juan Angel Faraldo, envió un cable –la forma en que se comunicaban las embajadas– a la Cancillería advirtiendo sobre un discurso del guía espiritual de la organización libanesa Hezbollah, sheik Mohamed Fadlallah. “La resistencia tiene mucho oxígeno, el enemigo ha dicho que tiene la mano muy larga, pero los combatientes musulmanes han probado luego del asesinato de Abbas Moussaui, que sus manos pueden llegar a la Argentina”, sostuvo el guía espiritual. Con esa frase supuestamente reivindicó la autoría del atentado contra la Embajada de Israel, aunque el término “combatientes musulmanes” no indica con claridad qué organización intervino.
En el mismo cable se transcribe otra frase de Fadlallah: “Hay que crearle un problema al Estado hebreo por el secuestro de nuestro dirigente Moustafá Dirán. Debemos reflexionar con calma, actuar y planificar en silencio para crearle un problema a Israel y que respete nuestras causas”.
La SIDE dijo oficialmente que nunca supo de estas palabras dichas en la oración islámica de un viernes y que, al menos, indicaban que una organización islámica decía que había pegado un golpe en la Argentina dos años antes y que estaba volviendo a planificar algo. Sin embargo, ahora se conoce el otro cable, del 31 de mayo, en el que se le envía el mismo texto a la SIDE y a la embajada de la Argentina en Israel, con indicaciones de que se le notifique del peligro al gobierno de ese país. Hay, además, una constancia de que la SIDE lo recibió.
Este nuevo documento fue encontrado, a pedido de los fiscales Eamon Mullen, Alberto Nisman y José Barbaccia, por la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia, que está a cargo de Alejandro Rúa, y ya se entregó al juez Galeano y al Tribunal Oral. Sería otro indicio de que la SIDE tenía bastantes datos sobre un eventual atentado y que no hizo advertencia alguna ni lo previno.
Una de las hipótesis que tienen algunos de los querellantes es que a la central de los espías argentinos el atentado se le escapó, o sea que tenía ubicado al grupo que iba a perpetrar el ataque, lo venía siguiendo, y a último momento se le fue de las manos. Una evidencia de ello es el cable ahora develado, pero también el hecho que se ordenaron escuchas a sospechosos iraníes el mismo día del atentado, cuando todavía oficialmente no había ningún dato que llevara a esa pista. La SIDE incluso fotografió al agregado cultural de Irán, Moshen Rabbani, en diversas actividades realizadas en los meses previos al atentado y ahora se sindica a Rabbani como el cerebro, casi el organizador, del ataque.
La conclusión de los querellantes es que para tapar su escandaloso fracaso, la SIDE armó pruebas y pistas falsas, direccionó la investigación y ésa fue la base para que los que perpetraron el atentado hayan escapado a la Justicia sin problemas.