El dueño de TBA, Claudio Cirigliano, declaró ayer ante el juez federal Claudio Bonadío, que tiene a su cargo la causa sobre la tragedia de Once. El empresario terminó su testimonio, que había comenzado un día antes, en el que se refirió al proceso de licitación que derivó en la concesión a TBA de las líneas Mitre y Sarmiento desde mayo de 1995. También habló de las inversiones y el mantenimiento de infraestructura ferroviaria.

Cirigliano explicó cómo fue la conformación del Consorcio Metropolitano de Transporte S.A. para participar en la licitación. Dijo que el quite de la concesión, realizada después del accidente que provocó 51 muertos en la estación Once, fue traumático y que esa situación produjo un gran desconcierto en la forma de asegurar la documentación que se encontraba en el edificio que TBA debía entregar a los nuevos concesionarios designados por el Estado. El retiro de documentos de las oficinas de la empresa –y las denuncias de que se habían quemado papeles– originó la detención de Cirigliano, ya que Bonadío consideró que habían obstruido la investigación. Luego, la Cámara dispuso su excarcelación.

El empresario aseguró ayer que toda la responsabilidad del mantenimiento de la infraestructura y del material rodante se “hizo de acuerdo con las normas de seguridad” y descargó la responsabilidad en el Estado. “TBA se limitaba a realizar licitaciones bajo las normas legales de la obra pública.” Cirigliano propuso que con plata que le reclama al Estado se cree un fideicomiso para atender a las familias de las víctimas de la tragedia.