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La revelación de presuntos vínculos del comisario mayor Hugo Tognoli con el narcotráfico y su renuncia a la jefatura policial de Santa Fe al ámbito de la política, desde donde se alzaron distintas voces para reclamarle a Antonio Bonfatti una reforma estructural de la policía.

Un comunicado del Partido Justicialista de Santa Fe atribuyó los hechos denunciados “a la falta de conducción política de las fuerzas de seguridad”. “No se puede resolver el problema del narcotráfico sólo con cambiar al jefe de policía, sino que depende de una decisión política mucho más profunda por parte del gobierno provincial que permita generar una reforma estructural profunda en las fuerzas de seguridad”, señaló. El documento consideró que las gestiones de Hermes Binner y la actual de Bonfatti “no han podido prevenir ni resolver la problemática del narcotráfico, sino que por el contrario, se ha profundizado”. Y responsabilizó al gobernador y al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, por los nombramientos de la cúpula policial.

El diputado nacional y jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi, señaló que si el cambio sólo se limita a reemplazar a Tognoli, “se van a volver a equivocar”. Y exhortó a “salir del esquema de policía única para ir hacia la policía múltiple, construir nuevas fuerzas y tener una mayor presencia política en el manejo de la policía”. También acusó al “poder político” de denotar “un desconocimiento enorme a la hora de tomar decisiones”. Y calculó que “si se hubiesen atacado las cuestiones hace dos o tres años atrás, cuando uno ya tenía elementos para analizar los episodios que pasaban en la ciudad, cuando decían que eran peleas de vecinos por cuestiones menores, en lugar de peleas entre bandas en disputa por territorios, como decíamos nosotros, la situación no hubiese llegado a este nivel”. Y analizó: “Si tenemos un solo jefe de policía que verticaliza toda la cadena de mando, las herramientas que tiene el poder político para modificar situaciones se ven muy limitadas”.

En la misma línea terció el diputado provincial Eduardo Toniolli (Movimiento Evita). Exigió al gobierno “avanzar en una reforma policial profunda para desactivar determinadas herramientas de las fuerzas de seguridad que, mal utilizadas, derivan en la gestión del delito por parte de sectores de esa institución”. Toniolli preside la Comisión de Derechos y Garantías de la Cámara Baja provincial, y como tal criticó la acción emblema del gobierno contra el tráfico de drogas: “Pasarle la topadora por encima a un kiosco de venta de estupefacientes puede bajarle la angustia a un barrio por un rato, pero esto que acaba de salir a la luz ratifica que si no vamos contra las estructuras enormes que incluyen prestigiosos abogados, contadores, lavado de dinero, autos de alta gama, y aceitadas relaciones institucionales, nos vamos a quedar en lo anecdótico, mientras los que siguen muriendo son los pibes de los barrios reclutados por migajas de un negocio que hacen otros”.

La diputada Alejandra Vucasovich (PJ Federal) se sumó a los cuestionamientos: “Espero que este shock provocado por una cuestión externa sea el principio del trazado de una política de seguridad que hasta este momento el gobierno socialista no ha tenido a pesar de las advertencias que tuvo”. Reprochó la legisladora el “garantismo extremo que intentó llevar adelante Binner con mucha academia y poca calle, y que terminó con el quiebre de la cadena de mandos de la policía”. El diputado de Unión PRO Germán Mastrocola llamó a “terminar de designar a dedo a los jefes policiales” y propuso que pasen por la aprobación de la Legislatura, como ocurre con los funcionarios del Poder Judicial.

Como ex secretario de Seguridad Comunitaria del gobierno de Binner, el criminólogo Enrique Font no mostró sorpresa. “Era cuestión de tiempo hasta que una investigación avanzara hasta donde debería haberlo hecho hace muchos años”, dijo. Y planteó que “ningún gobierno provincial ha reformado la institución policial, y no hay otra alternativa. En esta policía, los honestos no pueden trabajar”, afirmó.