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Al final no faltó gas en Buenos Aires ni hubo desabastecimiento de nafta en las estaciones de servicio porque petroleros decidieron acatar la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo y levantaron el paro por tiempo indeterminado que habían lanzado ante la amenaza de las empresas de despedir a 15.000 empleados en caso de que el Gobierno concretara la implementación de retenciones a la exportación de petróleo. Pero de lo que no se privaron los trabajadores del sector fue de hacer una movilización que hasta ayer no registraba antecedentes: más de siete mil personas marcharon en Chubut y Santa Cruz hasta el puesto Ramón Santos, en el límite entre ambas provincias, en demanda de que se mantengan los niveles de inversión previstos y no haya despidos de personal.
La falta de gas en Buenos Aires pasó a ser una posibilidad cierta desde el momento en que los petroleros decretaron el paro por tiempo indeterminado. La medida de fuerza comenzó a última hora del lunes y a partir de entonces los yacimientos de Loma de la Lata y Rincón de los Sauces, en Neuquén, dejaron de bombear el gas hacia el norte del país. Por eso, el ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof, se apresuró a dictar la conciliación obligatoria que los gremios terminaron acatando ayer.
Los primeros en levantar la huelga fueron precisamente los petroleros neuquinos. “Acatamos la conciliación obligatoria en un gesto de buena voluntad que tenemos los trabajadores, pero nosotros no tenemos nada que conciliar”, explicó el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro y Neuquén, Guillermo Pereyra, quien atribuyó el conflicto a “un tema político del Gobierno con las empresas”.
El sindicalista se quejó de que “las empresas comenzaron una desinversión y hoy tenemos 1200 trabajadores en sus casas esperando el telegrama y 230 despedidos” y reclamó “ocupación plena, que se cumpla con las inversiones prometidas para el 2002 y se reincorpore a los compañeros despedidos”. Además, destacó que “las empresas reciben en dólares sus productos y pagan sus salarios en pesos, y los salarios ya están bastante devaluados”, agregó.
En Chubut y Santa Cruz el paro fue levantado por la tarde, una vez que concluyó una masiva movilización de los petroleros que fue calificada como “histórica”. Es que la marcha unió a trabajadores y empresarios y contó con una amplia participación de vecinos y la adhesión del comercio local y de las estaciones de servicio, que cerraron sus puertas entre las 8 y las 16 horas.
Los petroleros de una y otra provincia hicieron actos y caravanas de protesta cada uno por su lado que terminaron confluyendo a la tarde en el puesto policial Ramón Santos, en el límite interprovincial de Chubut y Santa Cruz. Allí llegó a formarse una caravana de más de 15 kilómetros de automóviles, retroexcavadoras, camiones y otros vehículos pesados que se emplean en la industria petrolera y en los cuales se movilizaron los manifestantes. La marcha había empezado en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia y en la santacruceña de Caleta Olivia, donde los petroleros explicaron los alcances de la huelga y los intentos de recortes que planean las empresas.
En Comodoro Rivadavia los manifestantes le entregaron al vicario de la diócesis local, monseñor Marcelo Nieva, quien luego se comprometió enviarlo a la Mesa de Diálogo Argentino para su análisis. En el escrito se pidió que “se revea” la retención a las exportaciones de hidrocarburos porque “torna inviable la explotación de los yacimientos situados en la cuenca del Golfo San Jorge”. Además, se reclamó que “se mantengan los niveles de inversión y productividad que ha tenido la cuenca en los últimos dos años”.
“La gente sabe que el objetivo de los trabajadores petroleros y de las empresas contratistas es defender las fuentes de trabajo, el pleno empleo, la producción y la economía regional”, remarcó el gremialista petrolero deChubut Carlos Gómez, a propósito de la masiva participación de vecinos y comerciantes de la zona.