EL PAíS
Regreso sin gloria
Hoy llegará a la Argentina el ausente más notorio desde el ballo- ttage que no fue. Después de una semana de autoexilio en Chile, Carlos Menem iniciará su tan esperado regreso –esperado por los menemistas– con la ilusión de “reagrupar” a su tropa, que quedó dispersa y desencantada tras su decisión de no competir en la segunda vuelta. Según voceros del menemismo, con el viaje su líder pretende “volver a tomar contacto con la gente que quedó dolida o afuera del esquema cuando se bajó”. La esperanza de los operadores del riojano es que Menem pueda liderar la oposición, que hasta ahora no parece haber tomado demasiada forma. Para eso, el menemismo deberá lidiar con las figuras de Elisa Carrió y Ricardo López Murphy, que se muestran con más posibilidades de ocupar ese espacio, ya sea por izquierda o por derecha. “Vamos a ir reconstruyendo de a poco la chance de convertirnos en oposición”, explicaba ayer un vocero menemista. Las mismas fuentes anticiparon que la agenda de Menem en la Argentina comenzará por el “rescate de las figuras jóvenes que apoyaron en la campaña” y “resguardar y consolidar la relación entablada con los ex integrantes de los equipos técnicos”. También, dicen los menemistas, Menem tiene previsto “bendecir” a algunos dirigentes que procuran ascender en sus respectivas carreras políticas. En resumen, la actividad más importante para su supervivencia política será curar las heridas y recomponer los lazos con los dirigentes que, como en el último acto de su campaña en González Catán, escucharon aquella frase de “Minga, me voy a bajar”.