EL PAíS
Lavagna se asegura el control de la comisión para la reforma bancaria
Guillermo Nielsen, el hombre fuerte del Ministerio de Economía, presidirá la estratégica unidad de reestructuración bancaria. Eso demuestra la importancia que Lavagna otorga a la comisión. Reacciones en el Banco Central.
El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, presidi- rá la Unidad de Reestructuración del Sistema Financiero, creada esta semana por la administración Kirchner. Así, el ministro Roberto Lavagna se aseguraría el control de la comisión, que en los próximos meses tendrá un rol decisivo en la determinación del nuevo mapa bancario. Por otro lado, el titular del Banco Central, Alfonso Prat Gay, quien ve en la comisión el avance de Economía sobre áreas de su competencia, empezó una delicada pulseada con Lavagna, lo que ayer hizo que circulara por las mesas de la city rumores de renuncia.
El lunes pasado fue publicado en el Boletín Oficial el decreto 1262, uno de los últimos firmados por el presidente Eduardo Duhalde, que dispone “el reordenamiento del sistema financiero, bancario y del mercado de cambios”. La norma despertó preocupación en la city y en los bancos extranjeros, que temen la intromisión de Economía en la autonomía del Banco Central, en cuya órbita ya funciona la Superintendencia de Entidades Financieras, el organismo encargado de la vigilancia y supervisión bancaria.
El decreto establece la creación de la comisión de reestructuración bancaria “conformada por seis miembros, tres nombrados por el Ministerio de Economía y tres por el Banco Central”. Sin embargo, el presidente de la Unidad, elegido por períodos anuales, tendrá doble voto, “debiendo alternarse los representantes del Ministerio de Economía y del Banco Central”.
Lavagna ya dejó en claro que el presidente saldrá el primer año de Economía, lo que le garantiza el manejo de lo comisión en el período crítico para la redefinición del sistema financiero. La designación en el cargo de Nielsen, su mano derecha, refleja, además, la importancia que el ministro otorga a la comisión, que no quedará relegada al grado de una instancia meramente técnica. El secretario de Finanzas es el funcionario de más alto perfil del Ministerio de Economía. Y quien comanda dos negociaciones clave: por un lado, con el Fondo Monetario; por el otro, con los acreedores extranjeros privados, con quienes ya inició los primeros contactos en una serie de giras por Estados Unidos, Europa y Japón en los últimos meses. Por eso, si algo no le sobrará en los próximos meses a Nielsen es tiempo. También está confirmado como integrante de la comisión, por parte de Economía, Leonardo Madcur, hombre de confianza tanto de Nielsen como del ministro.
Ayer, la city fue copada por los rumores sobre una eventual renuncia de Prat Gay, supuestamente en desacuerdo por el avasallamiento de sus facultades naturales sobre el sistema financiero. Para colmo, las insólitas críticas del titular del Central al presidente Kirchner –ante un grupo de economistas comentó que era “un enorme disparate” que el Presidente dijera que quería un dólar a 3 pesos–, que él mismo admitió como “una imprudencia”, todavía retumbaban en la Casa Rosada.
Lo cierto es que, por estas horas, el joven titular del Central libra una silenciosa batalla con Lavagna, que va más allá de una simple pulseada por cargos o peso relativo de uno y otro. Lo que está en juego es el rebalanceo de fuerzas en el sistema financiero y si la banca extranjera podrá mantener las posiciones de privilegio que ostentó prácticamente a partir de la reforma financiera impuesta en plena dictadura militar, en el año 1977. El titular del BCRA, un ex funcionario de JP Morgan en el exterior, es de alguna manera el representante del pensamiento de los grupos financieros más concentrados.
Prat Gay estaría dispuesto a aceptar el funcionamiento de la comisión, siempre y cuando se limitara a la reestructuración del Banco Nación y del Provincia. De hecho, la Ley de Emergencia Económica, aprobada el año pasado, establece que la reestructuración de la banca pública es potestad del Ministerio de Economía.
Sin embargo, Prat Gay teme que la influencia de Economía se extienda a todo el sistema. Concretamente, el decreto que alumbró la comisión dice que ésta podrá extender de 70 a 120 meses el plazo de devolución deredescuentos al Central, siempre que el banco involucrado presente un plan de encuadramiento. El jefe del Central cree que este plan debería ser evaluado por la Superintendencia de Bancos, bajo su jurisdicción, siempre que se trate de entidades privadas. Para tranquilizarlo, en Economía afirman que así será, pero que después el expediente pasaría a la comisión para su aprobación final.