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Los trabajadores del subte volvieron a parar el servicio de forma escalonada ayer en protesta por la falta de canales de comunicación con la concesionaria Metrovías y el Gobierno de la Ciudad, en el marco de las negociaciones paritarias, y anunciaron que continuarán con esta medida de fuerza a partir del lunes en caso de que la situación se sostenga. La protesta recibió críticas por parte de dirigentes del PRO.

“En principio, si no hay espacio de diálogo para discutir los dos puntos claves que dieron origen a las medias de fuerza, los compañeros seguirán enojados y votarán medidas”, aseguró el vocero de los metrodelegados, Enrique Rosito. Los ítems de la discordia son “el pago del descuento de los 10 días de paro de agosto a que la empresa se comprometió como parte del acuerdo para que se levante esa medida, y que no se descuente el uno por ciento para la UTA”, según explicó el portavoz de los metrodelegados, que esta tarde se reunirán en asamblea para decidir los pasos a seguir.

La medida de fuerza recibió duras críticas por parte de funcionarios y dirigentes de la administración macrista, así como de Metrovías. La vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, cara visible del PRO en este conflicto, condenó la protesta por considerar que “hay una paritaria acordada más que beneficiosa”, con “salarios muy razonables”, sin referirse a los reclamos puntuales del gremio. Según Vidal, “no se justifica que miles de personas tengan dificultades para llegar a su trabajo o volver a su casa a la noche por un gremio que, además, no tiene representación legal”.

La vicejefa de Gobierno también difundió algunas cifras de cuánto ganan los trabajadores del subte con la intención de poner en su contra a la opinión pública. Fueron los mismos números que Metrovías dio a conocer y que corresponden al convenio firmado por la UTA, pero rechazado por los metrodelegados, mientras que el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, calificó a la medida como “inexcusable e incomprensible”.

En un comunicado, Metrovías aseguró lamentar que “una vez más los usuarios sean tomados de rehenes por una problemática que responde a una disputa intrasindical” y “las molestias que dichas acciones ocasionarán a los 950.000 pasajeros que diariamente utilizan el subte”.