La Cámara en lo Civil y Comercial Federal quedó en condiciones de resolver el pedido del Grupo Clarín para extender más allá del 7 de diciembre la medida cautelar que lo mantiene exceptuado de desprenderse de licencias de radio y televisión de acuerdo con los límites fijados por la ley de medios. El propio tribunal, con una integración especial, resolvió rechazar las recusaciones y aceptar las excusaciones pendientes, aunque entre ellas la decisión determinante fue la de dar respaldo al camarista Francisco de las Carreras. Este juez integra la Sala I, que interviene desde el inicio en el caso Clarín. El Gobierno había pedido apartarlo por viajar en mayo último a Miami a una cumbre sobre libertad de expresión y propiedad intelectual que tenía a Cablevisión entre sus auspiciantes. Según la denuncia, el multimedios había financiado la travesía. Sus colegas dijeron que fue un evento de “naturaleza científica y académica”, que asistió por invitación de un centro de estudios internacional (Certal) y que “no puede sospecharse de que experimente ninguna gratitud hacia el Grupo Clarín”. La Justicia Penal lo sigue investigando por posibles dádivas o cohecho y ayer ordenó nuevas medidas de prueba.

La Cámara podría resolver de un momento a otro el reclamo con el cual Clarín aspira a seguir bajo el paraguas de la medida cautelar. Lo hará la misma sala que actúa en el caso desde un comienzo, con los jueces María Susana Najurieta y De las Carreras. Martín Farrell, que subrogaba como jubilado, renunció cuando se conoció que había participado del sorteo dudoso (manual) para designar al juez de primera instancia de esta causa. Najurieta y De las Carreras ya fallaron en dos ocasiones a favor del Grupo Clarín: en ambas confirmaron la cautelar que lo exime de desinvertir y lo hicieron con argumentos en defensa del derecho de propiedad.

Después de las advertencias de la Corte Suprema, la Cámara en lo Civil y Comercial protagonizó ayer un raid de resoluciones. Primero rechazó la recusación del Gobierno contra la camarista Graciela Medina. Luego ella y Najurieta se ocuparon del resto: aceptaron la excusación de Ricardo Recondo y la de Alfredo Gusman con el argumento de que “sólo ellos pueden calibrar la situación de violencia moral” ante denuncias en su contra. La excusación y recusación de Santiago Kiernan quedaron abstractas porque ya renunció. La argumentación más extensa fue dedicada a la situación de De las Carreras, quien fue defendido a capa y espada por sus compañeras de tribunal. El juez había sido recusado por la Jefatura de Gabinete y la Procuración del Tesoro por haber “recibido beneficios de una de las partes”: en este caso un viaje a Miami a un evento convocado por el Centro de Estudios para el Desa-rrollo de las Comunicaciones (Certal), del que participaron otros miembros de la misma Cámara. La diferencia era que De las Carreras tenía que fallar sobre Clarín.

Sin embargo, Medina y Najurieta fueron tajantes: dijeron que la recusación del Estado era de “una endeblez notable” y que había consentido la intervención de De las Carreras aun después del viaje a Estados Unidos. Para las juezas, el evento de Certal fue científico y académico y se analizaron cuestiones claves para “la continua formación del magistrado”. Dicen que “no hay indicios de influencias indebidas sobre el espíritu recto del magistrado” según los documentos sobre sus gastos que él mismo presentó. Y que Certal es ajena al litigio (aunque en el Gobierno mencionan que la integran directivos de Clarín).

Mientras, el juez Sebastián Casanello sigue investigando a De las Carreras por posibles dádivas o cohecho. En su juzgado dudan del carácter científico de los eventos de Certal e investigan si cumple funciones de lobby. Casanello ayer mandó a la Corte un pedido para saber si alguna vez le dieron licencia a De las Carreras para un evento de alguna otra entidad similar.