Domingo, 3 de febrero de 2013 | Hoy
EL PAíS › REPORTAJE AL CANCILLER HéCTOR TIMERMAN
A días de viajar a Londres, invitado por el Parlamento, reitera que quiere reunirse con su par británico, “pero sin condicionamientos ni ultimátum”. La historia del encuentro frustrado y la “debilidad” de los conservadores.
Por Raúl Kollmann
Con agenda nutrida para su inminente viaje a Londres, el canciller Héctor Timerman no descarta que pueda haber una reunión con su par británico, pero sin condicionamientos previos. Contundente, explica cómo la inclusión de representantes “del gobierno ilegal de Malvinas” fue “un ultimátum de último momento” del gobierno de David Cameron. E interpreta que esta dureza de los conservadores es una muestra “de debilidad”.
–Con el revuelo que se armó, veo que está descartada cualquier reunión con el canciller británico.
–No, no, no está descartada. Por supuesto que no habrá reunión si impone condiciones que no puedo aceptar. Este lunes estaré en Londres y nuevamente dejaré una invitación a que nos encontremos. Hicimos todas las gestiones, siempre con el concepto de la bilateralidad. Me encontré con más de setenta cancilleres durante mi gestión y nadie me planteó una imposición. En su carta el canciller inglés dice textualmente (el canciller muestra la carta del 24 de enero): “you have to accept this condition” (usted tiene que aceptar esta condición) y me pone una fecha tope “January 29th” (29 de enero), o sea encima me plantea un ultimátum.
–De todas maneras, usted aparece no aceptando la reunión.
–Eso no tiene nada que ver con la realidad. Acá está toda la documentación. El 8 de junio del año pasado le informamos a la Cancillería británica que yo iba a estar en Londres en esta semana. El 5 de diciembre les reiteramos el pedido de audiencia a través de la embajadora Alicia Castro. Nos contestaron recién el 10 de enero, 40 días más tarde, diciendo que sería bueno que estén los representantes del gobierno ilegal de Malvinas. Nosotros contestamos el 18 de enero reiterándoles que se trata de una reunión bilateral y que no se pueden desconocer las cuarenta resoluciones de las Naciones Unidas en las que se estableció en forma tajante que Malvinas es un tema bilateral. El 24 de enero nos mandan ese ultimátum que ya le mostré y el 31 le contesté que nadie puede imponer condiciones ni puede haber reuniones que yo no solicité.
–Entonces ¿no habrá reuniones oficiales en Londres?
–Sí, claro que sí. Voy a concurrir, invitado, al Parlamento, me reuniré con congresistas ingleses, habrá conferencias, viajarán los presidentes de la comisiones de Relaciones Exteriores de ambas Cámaras, Daniel Filmus y Guillermo Carmona, y encuentros con organizaciones de 18 países europeos que apoyan que se establezca una negociación sobre Malvinas. Uno de los encuentros será conducido por el periodista y teórico en comunicación Ignacio Ramonet, otro por el famoso periodista inglés Richard Gott. Toda nuestra intención es explicar en Londres que debe cumplirse con las resoluciones de las Naciones Unidas.
–¿No hay ninguna chance ahora o en el próximo tiempo de un encuentro con los representantes de las islas?
–Le reitero, es un gobierno ilegal. Las Naciones Unidas han sido tajantes, se trata de una colonia de habitantes implantada por una potencia colonial. Por eso las Naciones Unidas han rechazado cualquier planteo de autodeterminación. A esto le agrego que ahora van a hacer un referéndum que no es válido. Lo desconocemos.
–¿Apunta a algún otro objetivo en este viaje a Londres?
–Sí, varios. Hay otra cuestión con la que venimos insistiendo: que Londres confirme o desmienta si tiene armamento nuclear en Malvinas. Durante Malvinas desmintieron una y otra vez que hayan movido material nuclear a las islas. ¡Diez años después nos enteramos que mintieron! Por una investigación que hizo The Guardian, el diario londinense, supimos que llevaron material nuclear pero que se les cayó al mar. Hoy sabemos que hay submarinos nucleares, pero Londres debe decir la verdad de una vez por todas. Por supuesto que también hablaremos del petróleo y de la pesca, bienes argentinos que están siendo expoliados por una potencia colonial.
–Entonces hablamos casi de un viaje de denuncia.
–No, no, de ninguna manera. Habrá reuniones importantísimas. La lucha contra el colonialismo es fundamental. Gran Bretaña invadió a la Argentina cuatro veces. Las dos primeras invasiones en Buenos Aires, la que fue rechazada en Vuelta de Obligado y la de Malvinas. La presencia colonial británica en Malvinas es una imposición y el mundo no la acepta. Mire lo siguiente: no hay ningún país del mundo, ningún país, que acepte la soberanía inglesa en Malvinas. En la reciente reunión de los países americanos y Europa, en Chile, se votó una resolución de que debe haber diálogo entre Argentina y Gran Bretaña por Malvinas. Una diputada británica que estaba allí dijo: “Esta es una de las razones por las que nos deberíamos ir de la Unión Europea”. ¡No los apoya ni Europa!
–¿Endureció Londres su posición?
–Sí, sin dudas. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo un encuentro personal con el entonces primer ministro Gordon Brown. Y todo fue normal. El gobierno conservador de David Cameron se niega ahora a un encuentro con los cancilleres. Creo que responde a una debilidad, a una situación de crisis interna.
–Sin embargo, no falta quien hace aparecer a la Argentina en una actitud agresiva...
–Todo lo contrario. La Presidenta le ofreció a Londres incrementar los vuelos, pasando por Buenos Aires. Hoy hay un solo vuelo vía Chile. Es obvio que es más cómodo y tiene más conexiones pasar por Buenos Aires. Y les ofrecimos tres vuelos semanales. Mire, el otro día leí una nota en un diario israelí. Un columnista decía: “Los ingleses nos están cuestionando nuestra presencia en Cisjordania y que edifiquemos en esos territorios. Mientras tanto, ellos están en Malvinas edificando y explotando las riquezas del mar. ¿Qué autoridad moral tienen para cuestionarnos?”. Le insisto en que la cuestión colonial está planteada en el mundo entero.
–No parece haber salida ahora.
–Ellos argumentan que los isleños están ahí hace nueve generaciones. ¿Y eso qué derechos les da? Tal vez a una jubilación, pero no más. Estuvieron también en Rhodesia, en Sudáfrica. ¿Y qué derechos les da? Las Naciones Unidas no reconocen a esa población, sino que consideran que es una situación de ocupación con habitantes llevados allí desde la metrópoli por una potencia colonial. Por lo tanto, Gran Bretaña tiene que asumir la responsabilidad y ponerse en línea con las cuarenta resoluciones de las Naciones Unidas que dicen que es una situación colonial. ¡Cuarenta resoluciones! Ningún país de los nuestros lo aguantaría, el acoso sería tremendo. Ellos se siguen negando. Hay algo interesante, cuando se votó la Resolución 2065 de Naciones Unidas en 1965, en que se consideró la situación colonial de Malvinas y se intimó a una negociación bilateral, el resultado de la votación fue 94 votos a favor, ninguno en contra y quince abstenciones. ¡Ni siquiera Gran Bretaña votó en contra! Eso era porque ni ellos pensaban en quedarse.
–¿Viaja con expectativas?
–Desde ya. Acabo de salir de una entrevista con la BBC en la que reiteré nuestra postura. Y este lunes insistiremos con nuestra propuesta de una reunión bilateral. Lamento que Clarín, traicionando su propia historia, porque siempre respaldó la causa Malvinas, esté diciendo que nosotros rechazamos una reunión propuesta por ellos. La documentación es clarísima. La propuesta fue nuestra y ellos intentaron ponernos condiciones. Lamento que Clarín sólo publique la información que les da la embajada británica. Y lamento que su único objetivo sea ver cómo mellan la imagen de la Presidenta.
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