El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, admitió que las conversaciones para conformar un frente electoral con Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires “anduvieron mal” hasta el viernes por “la cuestión del nombramiento del apoderado”, pero expresó su interés por “superar” esas dificultades.

“Es medio vergonzoso de decir que se trabó semejante frente por la cuestión del nombramiento del apoderado”, confesó ayer el jefe comunal, cuyo sector mantiene una alianza con el PRO de la provincia de Buenos Aires, el PJ disidente, radicales y vecinalistas. “Con Francisco intentamos esto, que era algo natural, que era conformar un frente común, y hasta el viernes anduvieron bien las conversaciones”, detalló Posse en declaraciones radiales. Allí, precisó que las negociaciones se complicaron cuando el referente del espacio disidente Unión Celeste y Blanca planteó que él quería nombrar al único apoderado del frente electoral, algo que consideró “muy unilateral para la flexibilidad que se requiere para este tipo de casos”.

No obstante, Posse sostuvo que tanto su espacio como el liderado por Francisco de Narváez tienen “la obligación de intentar hasta lo último que funcione” el frente, al que definió como “potente y plural”, porque “es lo que pide la gente en la calle”. “La gente pide que la oposición se pueda unificar, juntar su orden de respuesta, que son 135 municipios, ocho secciones electorales, pero eso requiere de flexibilidad, de ceder, y de la voluntad de las partes”, sostuvo en una entrevista que ofreció a Radio 10 en la que también postuló que “hay que ser adultos y hacer el máximo esfuerzo” para lograr consolidar una coalición entre su espacio y el de De Narváez con vistas a los próximos comicios legislativos.