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Silvia Versaggi es tripulante de cabina de Aerolíneas Argentinas desde hace 32 años. Desde hace tres, cumple con el rol de secretaria gremial de la Asociación de Aeronavegantes Argentina y afronta, como candidata a secretaria general, el desafío de mantener la gestión en manos del espacio que conduce el gremio desde hace siete años. En ese marco, aseguró que el trabajo de los y las aeronavegantes “es complejo, muy especial, pero lo hacemos con mucho compromiso” y desmintió algunas declaraciones que miembros de la agrupación opositora realizaron a este diario. “Nunca he sentido que cuando se cierra la puerta del avión yo tomo contacto con la muerte”, remarcó Versaggi, en respuesta a tripulantes de cabina que habían afirmado a Página/12 que tienen que “convivir de manera permanente con la idea de la muerte”.

“Soy candidata, pero en mi calidad de secretaria gremial consideré que había que responder las declaraciones de estas personas porque es mi obligación defender la profesión. Esas manifestaciones son de una imprecisión que atenta contra la fuente de trabajo y es un agravio a la profesión. No es la realidad, es mentira. En las aeronaves, los y las tripulantes tenemos una doble función. La administrativa es la que nos asignan las empresas y se relaciona con el servicio arriba de los aviones. La otra es la más importante: somos garantes de la seguridad dentro del vuelo. Estamos entrenados para liderar y resolver situaciones de conflicto y para brindar primeros auxilios. Pero eso en modo alguno desequilibra nuestras mentes. Al contrario, estamos capacitados para eso. Tenemos un reentrenamiento anual que consiste en actualizar las respuestas que tenemos que dar ante cada situación para resolverla del modo más correcto y beneficioso”.

–Como dirigente gremial, ¿qué particularidades encuentra en un gremio que trabaja con un sector laboral mayormente integrado por mujeres?

–Soy integrante de un proyecto que se dedica a trabajar por las y los aeronavegantes y que exhibe coherencia en ese sentido. Desde que asumió Alicia Castro la conducción de la Asociación Argentina de Aeronavegantes hemos luchado por un montón de cuestiones que hacen a un trabajo integrado. Cuando entré a volar, en 1980, las mujeres sólo podíamos ser auxiliares de a bordo mientras que los varones directamente ocupaban el cargo de comisario de a bordo, aquellos puestos que tienen a su cargo el liderazgo de la nave y que, por ende, cuenta con una mayor remuneración. Recién en 1984 pudimos acceder a comisario y jefe de cabina. Nuestra línea de trabajo siempre buscó reivindicar los derechos de todos y hemos defendido nuestra profesión en la integralidad.

–Dentro de esa agrupación, redactó dos proyectos de ley destinados a los trabajadores aeronavegantes. ¿En qué consisten?

–Representamos a los trabajadores aeronavegantes de todo el país integrados en las empresas Aerolíneas Argentinas, Austral, Sol, Andes, Lan Argentina, British Airways y American Airlines. Estos proyectos de ley, que tuvieron estado parlamentario en 2009 y 2010 y que lo recuperaron en 2013, se encuentran en tratamiento de comisiones y abarcan a todos ellos, incluyendo los pilotos. Con el proyecto de ley de protección contra la radiación ionizante, solicitamos que se nos declare personal ocupacionalmente expuesto a ese tipo de radiaciones, pero no que se mencione nuestra actividad como insalubre. El proyecto plantea que nuestra actividad es de riesgo. No buscamos la insalubridad porque sería imposible limitar las horas de trabajo: ¿como hacés para limitar un vuelo a Europa? ¿Te bajás en el medio del Atlántico? Y en la iniciativa propongo dos remedios: la radioprotección y la radiovigilancia, que establecerá un tope a la exposición y mecanismos de detección precoz de alguna dolencia provocada por la cuestión.

–¿Y el de movilidad jubilatoria?

–Ese fue tratado en la Comisión de Previsión Social, donde nos solicitaron que hiciéramos algunas reformas. Somos un colectivo pequeño, cerca de 600 jubilados, en comparación con cualquier otro grupo de trabajadores, o sea que el impacto que provocaría sería mínimo. Tratamos de que se apruebe un suplemento al régimen común previsional, como el que tienen los docentes o los científicos, para llegar en nuestro caso al 85 por ciento móvil.

–El candidato opositor, Juan Pablo Brey, denunció que teme que le “roben” la elección, en referencia a un posible fraude.

–La verdad es que la última elección fue ganada por un 62 por ciento de los votos. En el escrutinio tuvimos la presencia de todos los secretarios generales que conforman la Federación Argentina de Personal Aeronáutico, para otorgarle legitimidad. En este momento sucederá del mismo modo. Tenemos absoluta tranquilidad, tomaremos todas las medidas de seguridad necesarias, hemos solicitado que intervengan todas las autoridades estatales para resguardar que se cumplan con todas las formalidades. Es ridículo que planteen ahora lo del fraude. Estamos convencidos de que vamos a ganar.