Los inspectores de la Ciudad no salen del asombro: un chico que repartía volantes en la calle no lo hacía por plata sino por convicciones. El descubrimiento ocurrió ayer en Diagonal Norte y Florida. Dos integrantes de la Dirección General de Protección del Trabajo, que depende del Ministerio de Desarrollo Económico, se presentaron por orden superior ante un grupo de militantes del MST que entregaban volantes de Nueva Izquierda. El argumento para labrar un acta fue la sospecha de que eran menores y podían ser víctimas de “trabajo infantil”. El único menor era un pibe de 14 años que se negó a firmar e hizo constar que era un militante con “ideales partidarios”. “Macri persigue a los jóvenes y cree que toda militancia es paga”, se indignó el diputado porteño y candidato a senador de Nueva Izquierda, Alejandro Bodart.

El acta lleva las firmas de Marcelo Liderman y Flavio Domínguez. “Por expreso pedido de la Superioridad, se me solicita me acerque a la esquina de la calle Florida y Diag. R. S. Peña, donde un menor de edad estaría repartiendo volantes de un partido político”, apuntó Liderman. Convocó a un agente de la Policía Metropolitana, se presentó, hizo algunas preguntas y apuntó: “El requerido indica que no percibe remuneración alguna, que es militante, que tiene 14 años e ideales partidarios que apoya”, apuntó. “Se deja constancia de que la presente actuación se efectúa por existir un menor de edad efectuando una práctica que, al momento de esta actuación, se desconoce si es remunerada o no”, se permitió dudar.

“Esta barbaridad confirma el criterio represivo y clientelar de Mauricio Macri y sus funcionarios, que persiguen a los jóvenes y como no tienen militantes suponen que todos son pagos”, señaló Bodart. “Nos enorgullece tener chicos como Matías, estudiante de la Escuela de Danzas Nº 1. Venimos denunciando a la DGPT por no perseguir el empleo en negro y descuidar a su propio personal”, advirtió.