EL PAíS › EXTRAÑAS MOVIDAS DE LOS ABOGADOS DE MOLINE
Doble falta de la defensa
Los letrados del supremo juzgado por Diputados debían retirar los cargos en su contra. Era un trámite sencillo, pero por no tener los papeles en regla les tomó todo el día. ¿Error o chicana?
Por Felipe Yapur
La Comisión de Juicio Político aprobó el jueves los cargos contra el supremo tenista, Eduardo Moliné O’Connor. El paso siguiente, a cumplirse ayer, era que los abogados del acusado se presentaran a retirar la documentación y así preparar la defensa. Usualmente es un trámite menor y veloz. Salvo que se trate de los letrados que designó el cortesano. Ocurrió que ayer, cuando se presentaron ante la comisión, demostraron un extraño desconocimiento del procedimiento –como llegar sin un poder que acredite su condición de defensores– que los obligó a presentarse en tres oportunidades antes de poder hacerse de los documentos. Los legisladores consideraron que lo sucedido fue “una operación que pretendía empañar el impecable trabajo de la comisión”.
- Primer intento. Cerca del mediodía de ayer se presentaron ante los empleados de la comisión los abogados Marín Galli Basualdo, Juan Cruz Azzari y Fabián Freitas. Tras las presentaciones de rigor, solicitaron la documentación que produjo la comisión para el juicio político que enfrenta Moliné. La empleada, de larga trayectoria en estos menesteres, les pidió que le entregaran el poder que los acredita como representantes del cortesano. Los abogados desenfundaron un escrito que lleva la firma de Gregorio Badeni y donde se autodenomina letrado de Moliné. La empleada lee el texto y les advierte que esto no era un poder. “Es el mismo del año pasado”, fue la escueta respuesta de los abogados. “No. Esa carece de validez porque correspondía al juicio del año pasado. Este es un nuevo juicio”, respondió la empleada. Sin más, los abogados que trabajan para el estudio de Badeni se retiraron mientras la empleada los miraba desconcertada. Sin perder tiempo, la mujer llamó al presidente de la comisión, Ricardo Falú, quien le ordenó que no entregara nada sin antes recibir el poder de Moliné.
- Segundo intento. Por la tarde, el que golpea la puerta de la comisión es el abogado Galli Basualdo. Traía en sus manos un acta notarial donde se acreditaba su condición de representante de Badeni y que éste lo autorizaba a retirar la documentación y fotocopias del libro de actas de la Comisión de Juicio Político. “Pero esto no es el poder de Moliné, sino uno de su letrado”, observó (inobjetable) la empleada que a esa altura pensaba que era objeto de una broma. Luego de un breve cruce de opiniones con el abogado, éste terminó retirándose como en la oportunidad anterior. La empleada, por su parte, volvió a comunicarse con Falú, quien le reiteró su orden.
- Tercer intento y final. Cerca de las seis de la tarde, poco antes de que finalice el horario de atención de la comisión, apareció Galli Basualdo. Esta vez traía el poder con la firma de Moliné y Badeni y donde además figura como uno de los encargados de retirar los documentos del juicio y los diez cargos que pesan sobre el supremo tenista. Con el papel en la mano, la empleada le entregó todos los elementos recogidos para el juicio. Con esos papeles bajo el brazo, el abogado se retiró.
En un primer momento las tribulaciones de los defensores de Moliné causaron gracia entre los pocos integrantes de la comisión que ayer estaban en el Congreso. Sin embargo, algunos consideraron que bien podrían haber estado expuestos a una operación para empañar la tarea que están desarrollando: “Si la empleada le entregaba los documentos sin que mediara un poder, tranquilamente Moliné podía después cuestionar la transparencia del proceso al sostener que nosotros le entregamos los cargos a cualquiera que se presente”, confió a este diario Falú.