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Los dos senadores nacionales por Capital Federal que ingresaron por la Coalición Cívica en 2007 integran hoy las listas a la Legislatura de la Ciudad. Distanciada de Elisa Carrió, María Eugenia Estenssoro aparece como candidata del mismo frente Unen, pero ahora de la mano de Martín Lousteau. En cambio, Samuel Cabanchik, que se alejó de la Coalición Cívica en 2009, ahora se presenta en la lista de Alternativa Popular, que encabeza Pablo Ferreyra y que va como colectora del kirchnerismo. “La ciudad de Macri es una maqueta. Hoy se gobierna dentro de la maqueta y no dentro de la ciudad real”, asegura Cabanchik en diálogo con Página/12.

–¿Cómo fue que aceptó ser candidato a legislador?

–Veníamos dialogando con distintos sectores. Más allá del diálogo con Filmus ya desde 2011, hubo una propuesta concreta de integrarnos a una lista que nos pareció muy interesante. Hay un sector de lo que fue el PO y la Marea, con Pablo Ferreyra; después está María Elena Naddeo, una legisladora que viene trabajando muy bien, un sector significativo que es el Partido Comunista en la figura de Zaida Chmaruk. Estamos compartiendo y trabajando juntos con militantes jóvenes, por una alternativa de izquierda que parece refrescar la política a nivel de la ciudad de Buenos Aires y llevando adelante las candidaturas nacionales con las que coincidimos por otra vía que la del PJ o el FpV.

–En 2007 ingresó al Senado por la Coalición Cívica y ahora va por una colectora del kirchnerismo, ¿cómo se explica esa posición?

–Nuestro proyecto, el de la Coalición Cívica, era un proyecto de transversalidad, nacido desde una propuesta de izquierda republicana con la que seguimos estando perfectamente identificados. Pero esa transversalidad que debía incluir una pata peronista, según el decir de Carrió, fue implosionando. No quedó casi nada en pie de aquel armado político. Patricia Bullrich, que era la jefa de campaña, hoy está en otro sector, María Eugenia Estenssoro de alguna manera también. Margarita Stolbizer se fue un mes después que nosotros, en 2009. El proyecto que encarna esta Alternativa Popular tiene que ver con eso, porque tiene izquierda, tiene república y tiene vocación de construcción nacional.

–¿Cuál es el objetivo de Alternativa Popular?

–Es un proyecto para la ciudad de Buenos Aires que no debilite el proyecto político que está en curso, que tiene muchas cosas a favor y que tiene mucha sustancia para dar a futuro. Queremos apostar a ese futuro, incluso a correcciones y superaciones. Se requiere un gobierno de una fuerza que esté en una ciudad real, que acepta que tiene problemas y que debe resolverlos. La ciudad de Macri es una maqueta. Hoy se gobierna dentro de la maqueta y no dentro de la ciudad real.

–¿Pero cómo se imagina ese espacio sin la candidatura de Cristina Fernández en 2015?

–Es prematuro hablar de eso, pero hay que tener una alternativa en esta Ciudad que ha solido ser vanguardia. No puede ser que ahora tenga una representación como la de Gabriela Michetti, que no ha tenido mucho trabajo para mostrar en Diputados, mientras que a nivel nacional el PRO siempre jugó en favor de los poderes constituidos.

–¿Y por qué sigue ganando el PRO entonces?

–Hay más de un factor. Hay una tendencia a la permanencia de los oficialismos que se ve en casi todas las provincias. Pero para un gobierno que recibió el 60 por ciento de los votos en 2011, estar teniendo la candidatura a senador con alrededor del 30 o algo así no es tanto. El macrismo en seis años ha sufrido un mayor desgaste relativo que el Frente para la Victoria en diez. Es el falso republicanismo que se exhibe desde ese sector cuando Macri ha vetado un montón de leyes.

–¿Por qué deberían votarlos a ustedes y no a la lista de Taiana?

–La lista de Taiana es la del Frente para la Victoria y de parte del peronismo. No diría que tienen que votar una u otra. Las listas tienen una distinta representación y pueden hablar a distintos sectores. Hay una multiplicidad de expresiones del progresismo y de izquierda que conforman este espacio. Ciertos núcleos de la universidad, de la intelectualidad, que por ahí se sienten más cerca por este lado que por el lado del peronismo tradicional.