El ministro de Defensa, Agustín Rossi, descartó la posibilidad de involucrar a personal militar en el combate contra el narcotráfico, tal como lo propuso el gobernador Daniel Scioli el jueves en una rueda de prensa. “Cometeríamos un grave error si involucramos a las Fuerzas Armadas en el combate del delito narco y tendríamos una sociedad mucho más violenta”, sostuvo Rossi, rechazando de plano una modificación de las leyes de Defensa y de Seguridad Interior.

Por otra parte, a partir de un decreto publicado en el Boletín Oficial, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner oficializó el traspaso de las facultades para la lucha contra el narcotráfico del ámbito de la Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y el Narcotráfico (Sedronar) a la Secretaría de Seguridad que encabeza Sergio Berni, tal como se había anunciado cuando se renovaron sus autoridades.

“Un grave error”

“Involucrar a las Fuerzas Armadas en el combate del delito narco no sólo no mejoraría la situación sino que la empeoraría”, sostuvo Rossi en una entrevista radial, consultado sobre la posibilidad de una modificación de la legislación actual para ampliar las facultades militares en esa área. Actualmente, unos 4500 efectivos del Ejército forman parte del Operativo Fortín, para colaborar en “el control de los espacios de jurisdicción nacional” a través de la vigilancia terrestre y aérea de zonas fronterizas dentro de lo establecido por la Ley de Defensa, que permite que las FF.AA. den soporte a las fuerzas de seguridad en tareas logísticas.

Sin embargo, la propuesta de Daniel Scioli de reformular “el rol que cumplen las Fuerzas Armadas” en la lucha contra el tráfico de drogas desató un debate del que participaron en las últimas horas casi todos los espacios políticos (ver aparte). El gobernador bonaerense había planteado el jueves que aunque el tema entra en la órbita de seguridad interior, “habrá que ver, por las características que toma el narcotráfico, el tema del rol” militar en el control de ese problema.

El gobierno nacional salió a cruzar esa propuesta rápido y ayer dejó sentado a través de Rossi la postura oficial. “Bajo ningún punto de vista” se está evaluando “revisar el rol de las Fuerzas Armadas”, concluyó el ministro. “Tenemos leyes que son claras como las de Defensa y de Seguridad Interior, que prohíben el uso de Fuerzas Armadas para tareas de seguridad interior”, agregó.

En ese sentido, el funcionario trajo a cuento lo experimentado por los países donde se utilizaron a las fuerzas militares para combatir el narcotráfico, como Colombia y México, y destacó que “no ha habido buenas experiencias” en ninguno de esos casos. Esas experiencias “han aumentado las denuncias por violaciones a los derechos humanos a la sociedad civil y se ha incrementado el número de muertos”, recordó Rossi.

Cambio de órbita

Por otra parte, ayer se oficializó el pase de órbita de todas las facultades abocadas a la lucha contra el narco, que dejarán de depender de la Sedronar para quedar bajo el paraguas de la Secretaría de Seguridad que encabeza Berni. La decisión, anunciada el mes pasado cuando se designó al sacerdote Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y a María Cecilia Rodríguez como ministra de Seguridad, se plasmó ayer en el Boletín Oficial.

“Es necesario realizar la coordinación del accionar de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales para reducir, aún más, el tráfico ilegal de drogas y precursores químicos”, argumenta el decreto 48/2014, publicado ayer con la firma de Cristina Fernández de Kirchner. En él se establece transferir las funciones relativas “a la lucha contra el narcotráfico a la órbita de la Secretaría de Seguridad”.

Según el decreto, la decisión se tomó tras considerar que “el uso indebido de drogas ilegales es uno de los más grandes retos a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, presente en todos los países y afectando a todos los grupos sociales y a gente de todas las edades, cuya magnitud y efectos ponen a prueba, entre otros, a los sistemas de salud, enseñanza, justicia penal, bienestar social, seguridad, y hasta los sistemas económicos”.

La Sedronar, desde ahora, deberá enfocar su trabajo no en el aspecto criminal del narcotráfico sino en la tarea territorial de base, para recuperar a los adictos en situaciones comprometidas, rol en el que Molina cuenta con una larga experiencia a través del trabajo de su fundación, Valdocco, con jóvenes en situación de calle en las provincias de Santa Cruz y Chaco, y en Haití a través de un acuerdo de colaboración bilateral firmado entre los dos países.

De todas formas, la tarea de Molina al frente de la Sedronar no será sencilla: tras asumir en esa secretaría, el religioso denunció varias irregularidades que la ponen en una “situación crítica”. Entre las irregularidades, señaló el caso de “directores de áreas designados en forma anómala, con una simple resolución del subsecretario, que cobraban sueldos de hasta 27 mil pesos y realizaban contrataciones irregulares por 800 mil, entre los que se destacan facturas por gastos de 90 mil pesos en almuerzos en la zona del microcentro porteño”.