Martes, 25 de febrero de 2014 | Hoy
EL PAíS › RECHAZAN UNA RECUSACIóN PEDIDA POR BOUDOU
La Sala IV de la Cámara de Casación Penal rechazó ayer el pedido de los abogados de Amado Boudou para que se aparte al camarista Juan Carlos Gemignani del expediente Ciccone por prejuzgamiento. “Puede quizá reconocerse que la redacción y los giros idiomáticos dan lugar a interpretaciones equívocas”, admiten los magistrados para defender a su colega. La recusación se planteó porque cuando Gemignani tenía que pronunciarse sobre la validez o no del testimonio de Laura Muñoz, ex esposa de Alejandro Vandenbroele, se despachó con un fallo violento en el que, entre otras cosas, sugiere que está probada la relación entre Vandenbroele y Boudou –algo que ambos niegan– y, sobre todo, manifiesta que Laura Muñoz está amenazada –lo que tampoco está probado ni denunciado– por un grupo que estaría integrado “por quien en la época ejerce el cargo de vicepresidente de la Nación”.
Los pares de Gemignani –Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Eduardo Riggi– recurrieron a párrafos asombrosos en su decisión de ayer. Por ejemplo, dicen, que si se interpretaran los dichos de Gemignani de forma distinta “supondría una inexplicable desmesura de nuestro distinguido colega, cuyas cualidades morales e intelectuales no están en tela de juicio”. El punto no era una valoración del juez, sino de su fallo, porque lo que cuestionaron los abogados del vicepresidente es que Gemignani transcribió consideraciones que no tenían nada que ver con la objeción al testimonio de Muñoz.
El abogado de Vandenbroele –Germán Soria– objetó el testimonio de la ex esposa porque, según establece el código, una persona no puede declarar contra su cónyuge y, al momento de su testimonio, Muñoz y Vandenbroele no estaban divorciados. La objeción fue rechazada por la Sala IV. Pero el juez Gemignani se despachó con un fallo durísimo –no compartido por Hornos ni Borinsky– en el que transcribe planteos de Muñoz que no tenían nada que ver con la validez de su testimonio, por ejemplo:
Hace mención a que Muñoz sostiene ser una mujer amenazada. Ella no ha tenido custodia desde que declaró, en febrero de 2012. Pero más allá de ello, no es algo probado en ningún expediente judicial.
Menos aún está probado que el supuesto autor de las supuestas amenazas sea su ex marido, Vandenbroele.
Gemignani –a través de citas de Muñoz– da como un hecho la existencia de la relación entre Vandenbroele y Boudou, algo que no está acreditado en el expediente. Es más, no hay una llamada telefónica entre ellos ni una foto ni un testigo que afirme que los haya visto juntos alguna vez ni movimientos de dinero entre uno y otro. Todo lo que existe es el alquiler de un departamento de Boudou a un abogado que, a su vez, es amigo de un socio y amigo del vicepresidente, José María Nuñez Carmona.
En cualquier caso, todos estos temas no tenían nada que ver con la objeción al testimonio de Muñoz y, por ello, los abogados de Boudou –Diego Pirota y Eduardo Durañona– recusaron a Gemignani. La decisión de ayer mantiene a este magistrado como uno de los tres que resolverá todas las cuestiones referidas a la causa Ciccone.
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