EL PAíS › LA POLEMICA EN TORNO DE LAS DECLARACIONES DEL VICE

Lejos del aura de Kirchner

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, concedió que “hay una diferenciación conceptual” entre el presidente Kirchner y el vice Scioli, quien trató de minimizar las discrepancias. Pampuro también lo criticó.

“Existe, por lo menos, una diferenciación conceptual”, aceptó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. La declaración, en verdad, fue diplomática porque las diferencias entre el Gobierno y el vicepresidente Daniel Scioli ya parecen haber superado lo meramente conceptual para ingresar en el terreno político. “Claramente, no es lo que piensan Kirchner y sus ministros”, agregó el funcionario. Se sabe que al presidente Néstor Kirchner no le gusta nada que salgan a la luz las internas de la Rosada, por lo que su enojo con su vice fue doble. “Nos complementamos”, respondió ayer Scioli cuando le preguntaron por sus diferencias con el Presidente.
El Gobierno hizo esfuerzos por restarles importancia a las diferencias, pero resultó tan eficaz como tapar el sol con las manos. El martes, Scioli tuvo dos frases para el recuerdo: anticipó un inminente acuerdo de tarifas y se mostró en contra de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. En las dos oportunidades fue en contra de lo que siempre sostuvo Kirchner y el Gobierno en general. El Presidente envió entonces a su vocero, Miguel Núñez, a cortar la polémica y colocar las opiniones de Scioli en un marco estrictamente personal.
Con la marea en contra, ayer, el vicepresidente intentó parar la bola. “Ojalá las tarifas no se aumenten nunca, sería lo deseable”, sostuvo luego de haber afirmado lo contrario ante los empresarios en el Precoloquio de IDEA que se hizo en Tucumán. También dijo que en el Ejecutivo nadie le había dado mucha trascendencia a la sorpresiva controversia que él mismo provocó. “Ni el Presidente ni yo le dimos la importancia a esto que quieren darle los medios”, agregó. También sostuvo que con el Presidente se encontraban “trabajando normalmente, uniendo esfuerzos para sacar a la Argentina adelante”.
Es cierto que en la Rosada buscaron desactivar el conflicto, asegurando que no se debía “magnificar” el episodio, como pidió el jefe de Gabinete. Con todo, las declaraciones de Scioli generaron un clima de tensión alrededor del Presidente. Kirchner no es muy dado a que sus funcionarios salgan a anticipar medidas y, mucho menos, que lo contradigan. Para más, no es la primera vez de Scioli. Ya había hecho algo parecido cuando el Presidente estaba de gira por Europa y defendió la aplicación del índice CVS en los préstamos hipotecarios, cuando el ala política del Ejecutivo insistía en la necesidad de buscar otra solución.
Las sorpresivas apariciones del ex motonauta apuntan siempre en la misma dirección, por lo que algunos hombres cercanos al Presidente imaginan que Scioli busca diferenciarse políticamente del resto de los funcionarios mostrándose como un referente de confianza para los sectores del establishment. Lo que no terminan de tener en claro es el objetivo último de la jugada de Scioli que, a fuerza de repetida, no sería serio calificar como inocente o casual. Lo concreto es que Scioli no forma parte del círculo íntimo dentro del cual el Presidente maneja la toma de decisiones, pero a partir de ahora –todo indicaría– quedará más lejos todavía.
“No sé por qué el vicepresidente, o qué información tendrá distinta al Gobierno, pero tenemos la convicción de que la Argentina se está reencauzando en otra senda”, insistió Alberto Fernández, que no escondió el conflicto aunque también trató de quitarle trascendencia. “Sin dejar de respetar la opinión de Scioli, de ningún modo pensamos que las leyes de nulidad de Punto Final y Obediencia Debida puedan representar otra cosa que poner fin a la impunidad. Claramente no es la opinión de Kirchner y de sus ministros”, agregó.
El entredicho también puso en evidencia la soledad política de Scioli dentro del Gobierno. No hubo un solo funcionario que se mostrara comprensivo con sus posiciones. “Tiene una visión distinta”, respondió ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Ni siquiera el ministro de Defensa, José Pampuro, quien no está muy de acuerdo con la reanudación de los juicios por violaciones a los derechos humanos, se solidarizó con el vicepresidente. “Se excedió”, respondió Pampuro. Y dijo que las declaraciones de Scioli corrían por “su exclusiva cuenta”.

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El vicepresidente Daniel Scioli intentó ayer no ahondar las diferencias con el Presidente.
 
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