EL PAíS
Por una mujer
El Palacio San Miguel estaba a pleno. Señores trajeados acompañados por mujeres abrigadas en pieles bajaban de autos oficiales y particulares. El jueves a la noche los abogados celebraron su día con una cena muy formal y concurrida. Cuando ya habían degustado el primer plato, el presidente del Colegio Público de Abogados, Hugo Germano, hizo su discurso. La primera parte fue una reseña histórica sobre algunos presidentes que fueron abogados. Pero más entusiasmo despertó la segunda. “Necesitamos una Corte Suprema integrada por hombres que no se sientan deudores eternos de los políticos que los nombran o de los gobiernos de turno”, expresó Germano y arrancó el primer aplauso de su audiencia. “Si se producen nuevas vacantes en la Corte la abogacía organizada percibe una voz pidiendo la propuesta de una mujer”, y se escuchó una ovación mayoritariamente femenina. “Cuando se incumple la Constitución, los más vulnerables son los que han perdido derechos esenciales. No podemos aceptar que la parte del derecho que les quede sea el derecho penal, no para protegerlos sino para criminalizarlos”, dijo Germano, a tono con el estilo K. Pero los letrados no reaccionaron.