EL PAíS › RESISTENCIAS AL "ESPACIO" QUE BUSCA EL GOBIERNO
Límites de la transversal
En el PJ gruñen por las “amistades” extrapartidarias. Ibarra OK, Binner tiene más contra. El rol de Duhalde y los llamados personales de Kirchner a referentes.
Por Fernando Cibeira
Transversal o Trasversal. adj. Que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro. La palabrita de moda corre el riesgo de quedar definida únicamente en el diccionario por el temor del Gobierno de provocar un quiebre dentro del peronismo en caso de que llegara a concretarla en el terreno político. Eso no significa que la idea de crear una coalición progresista esté muerta. Mañana, el jefe de Gabinete Alberto Fernández se reunirá con el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra –al momento, la más exitosa apuesta transversal de la Rosada– para conversar sobre la futura gestión en la ciudad. Además, en Gobierno aseguran que periódicamente reciben mensajes de dirigentes de fuerzas de centroizquierda –del ARI y del frentismo–, muy interesados en sumarse a las filas transversales. “El espacio existe, pero suponemos que se va a ir ordenando solo”, explicaba uno de los funcionarios más cercanos a Néstor Kirchner.
Con el Presidente de viaje en Estados Unidos, la Casa Rosada redujo su movimiento al mínimo. Kirchner torturaba a los ministros que quedaron en Buenos Aires con permanentes llamados para preguntarle por tal o cual cosa que aparecía en los diarios, pero los que frecuentan los pasillos del primer piso de gobierno disfrutaron de una paz poco frecuente. En uno de esos despachos un funcionario tenía sobre su escritorio la fotocopia de una artículo en el que podían leerse varios off the record de dirigentes del PJ de Santa Fe en el que no mostraban precisamente una elevada opinión de la política transversal. Tampoco les caía bien la buena onda de la Rosada con el ex candidato a gobernador socialista, Hermes Binner. Acerca de los rumores sobre el posible desembarco de Binner en el gabinete nacional después de diciembre los dirigentes santafesinos, con aire amenazador, sostenían: “Si hay un lugar para un santafesino en el gabinete, que sea del PJ”.
Santa Fe no es una excepción. En general, dentro del justicialismo se muestran muy recelosos con las intenciones transversales de la Rosada. Por eso, cerca de Kirchner aseguraban que pese a las discusiones sobre la necesidad de darles continuidad a los apoyos políticos del Presidente, esta liga progresista que el Gobierno imagina como instancia superadora de los partidos políticos no tendrá por el momento ninguna forma orgánica. “Está claro que la gente ya no se vincula más a los partidos políticos y que vota por determinados valores”, analizaba uno de los hombres de la Rosada que se ocupa del armado político del Presidente. “Hoy, lo muestran las encuestas, Kirchner expresa esos valores mejor que nadie en la Argentina. Por eso, en cada distrito, el Presidente apoyará al candidato que sostenga esa idea. En Capital fue Ibarra, en Misiones es Carlos Rovira”, agregaba.
La mención a Rovira no es casual. En caso de que hoy el gobernador de Misiones sea reelecto, será el primer triunfo de Kirchner sobre el aparato del justicialismo, que en esta elección se jugó decididamente por Ramón Puerta. Por más que en la Rosada aclaraban que esta pelea no tiene ni por asomo el significado que tuvo el comicio porteño, insistían en que, en caso de triunfo, se impondría la “idea” sobre las estructuras.
Lo que preocupa a algunos hombres del entorno del Presidente es cómo traducir en fuerza política los niveles de adhesión que el Gobierno muestra en las encuestas. Aclaraban que esta búsqueda no debe interpretarse como un choque con el PJ. “Nosotros no tenemos ningún problema con el peronismo. Ningún partido se abroquela tanto detrás del poder como el PJ, y en este momento el poder lo tiene Kirchner”, explicaba un importante integrante del Ejecutivo. Y si en Misiones aparecen enfrentados, en la Rosada puntualizaban que no sólo no tienen argumentos para hacerle algún reproche a Eduardo Duhalde, sino que sus hombres en el Congreso han acatado los pedidos del Presidente como si fuerankirchneristas de la primera hora. “Duhalde está convencido de que estamos ante la presencia de un movimiento social nuevo y que su papel es el de ayudar a la nueva generación de políticos. No es tonto, aunque muchos imaginan que en algún momento va a terminar peleado con Kirchner, nosotros estamos seguros de que siempre lo va a apoyar”, remarcaba el funcionario.
Por eso, aún con triunfos como los de Ibarra y tal vez Rovira, las intenciones transversales por ahora quedaran sólo en eso, cuestión de no irritar a quienes hasta ahora jugaron de modo correcto. “Lo orgánico se dará en cada caso particular. En la Capital se hizo algo, en otras provincias no”, agregaban en la Rosada. “Nosotros no podemos promover esos ámbitos, si no el peronismo enloquece”, se sinceraban.
La cuestión es que a la Rosada le resultaría más cómoda la situación inversa: que los dirigentes que se sientan integrantes de este espacio formen una liga que apoye al Gobierno por afuera del justicialismo. Los nombres son los de siempre: Ibarra y Binner, más otros referentes que ratificaron su estrella ascendente en las elecciones de este año, como el joven intendente de Morón, Martín Sabbatella. Por ahí no es muy conocido el dato de que Kirchner en persona llamó a Sabbatella para felicitarlo por el amplio triunfo que había conseguido en su distrito al frente de un partido vecinal. A estos referentes, casi todos ex integrantes del Frepaso, se les podrían sumar otros que le hacen guiños a la Rosada en busca de una prueba de amor. Un hombre muy cercano a Kirchner aseguraba que en los últimos días había recibido llamados de tres diputados del ARI muy interesados en abrir un canal de diálogo con el Gobierno. “Hay algunos que tienen problemas personales con Lilita Carrió”, justificaba el kirchnerista.