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Por Camilo Ratti
Desde Córdoba

El domingo no será un simple día de elecciones para la política cordobesa: la irrupción de la nueva fuerza partidaria que lidera el ex fiscal Anticorrupción Luis Juez amenaza con aniquilar la histórica polaridad entre peronistas y radicales y preocupa por igual a ambos. El gobernador entró de lleno en la campaña apadrinando a Alfredo Keegan como candidato a intendente, un incondicional de la coalición gobernante. Se votarán legisladores provinciales y nacionales, pero la pelea por la Municipalidad de Córdoba concita toda la atención. Con un carisma arrollador y una intención de voto de más del 50 por ciento, según las encuestas, el hombre que De la Sota echó hace un año por investigar a sus funcionarios habló con Página/12 y no dejó títere con cabeza.
–¿Cómo surge el Partido Nuevo?
–A partir de querer construir una herramienta para erradicar el bipartidismo en Córdoba. El peronismo convirtió a la justicia social en repositores de supermercado, en grandes distribuidores de bolsones alimentarios, mientras los radicales convirtieron a la ética y la honestidad en principios decadentes. Nosotros abrimos un espacio que tiene por columna vertebral a militantes de la vida, gente que se cansó y que dijo “vamos a tener protagonismo, vamos a pelearla”. Y abandonaron la comodidad de su oficina, de su estudio, y decidieron entrar en un terreno arenoso, que era patrimonio de los políticos.
–¿Qué lo distancia hoy del peronismo, donde militó gran parte de su vida?
–El peronismo de Córdoba ha sido copado por una banda de atorrantes. La ideología de estos tipos es la lancha, la 4x4, vivir en algún country y tener cuentas en Suiza. Para ellos el peronismo es un accidente; podrían ser liberales, radicales, les da lo mismo si pueden mantener sus privilegios. Fíjese: De la Sota, históricamente, tuvo vergüenza del peronismo, porque según él, le espantaban los votos “progres”, es un peronista vergonzante. Y yo me siento orgulloso de ser peronista, ideológica y conceptualmente. Yo siempre digo que la UCR y el PJ se convirtieron en Córdoba en un partido de chinchón: mientras uno roba el otro espera. Conclusión: los cordobeses quedamos menos diez.
–¿Y qué contesta a los que dicen que en su fuerza hay gente ideológicamente muy heterogénea?
–Los partidos son estructuras copadas por tipos que se repiten sistemáticamente en sus listas desde hace 20 años. Dejó de ser una herramienta de la gente, porque descubrieron en la política la mejor forma de pasarla bien. No hay motivos para estar ahí, yo me siento expulsado de esas estructuras. Acá quizá convivan tipos que no podrían sentarse juntos a tomar un café. Y conviven porque dijimos: ¿cuánta ideología hace falta para tapar un bache? Y la verdad que hace falta que no se choreen el asfalto, nada más. Con esa idea hemos armado una cosa totalmente heterogénea, pero muy progresista, por supuesto. Porque si tenemos que ubicar lo que hemos construido, es un movimiento de centroizquierda.
–¿Esta nueva fuerza en Córdoba es parte de los cambios que se están viviendo en el país?
–Esperemos que sea así, vemos con entusiasmo algunas cosas que están cambiando a nivel institucional. Nosotros vamos a imponer en Córdoba el estilo H: honestidad y huevo. Ese estilo se va a imponer y va a recorrer el país, acordate lo que te digo.
–¿El proyecto Juez va más allá de la intendencia?
–No hay un proyecto Juez. Hay una idea de que yo sea intendente con un grupo de tipos muy picantes. Y que, si hacemos bien las cosas, la gente después dirá. No hay un proyecto personal, cuando me dicen “vos sos eldueño del circo”, yo les digo que no se equivoquen, que solamente soy el mono más famoso.
–¿Si triunfa, cómo piensa convivir con De la Sota?
–Nosotros hemos invertido el orden de la propuesta. La verdadera pregunta es cómo va a hacer De la Sota para gobernar con un intendente honesto, cuando en la municipalidad la gente vea que las cosas pueden funcionar, sin que los funcionarios mientan ni roben. Va a ser un problema, porque se tendrá que volver contagioso, o se van a tener que ir.
–¿Lo beneficia o lo perjudica empezar con una municipalidad arrasada?
–Es tremendo, porque tenemos que reconstruir Córdoba desde las ruinas. Nosotros no podemos ser medianamente honestos. No va más el “roba pero hace”, vamos a tener que ser extremadamente honestos, queremos imponer la honestidad como un estilo de gobierno.
–¿Además de eso, qué le pide la gente en la calle?
–Pide cosas básicas: agua, cloacas, dispensarios, que el colectivo pase. ¿Cómo puede ser que el 60 por ciento de la ciudad no tenga cloacas? No hacen falta colectivos con música funcional y aire acondicionado como prometió Kammerath hace cuatro años, hoy hace falta que el colectivo pase, nada más.
–¿Por qué no le alcanza al candidato oficial, con tanto aparato y una publicidad monstruosa a su favor?
–Porque la gente no es tonta, y quiere cobrársela al gobernador De la Sota. Pero nosotros no hacemos las cosas por la negativa, si yo hubiera querido joder a De la Sota, hubiera aceptado la propuesta de ser candidato a gobernador para las elecciones de junio pasado, que me hizo Elisa Carrió del ARI. Habría obtenido el 23 o 24 por ciento de los votos y De la Sota no hubiese sido el ganador. Pero lo nuestro es un verdadero proyecto de trabajo.
–¿Qué es lo mejor y lo peor de Luis Juez?
–Lo mejor que no te voy a mentir nunca. Te podés enojar con lo que te diga, pero no traiciono por la espalda. Y lo peor es que soy medio rencoroso...
–Lo mejor y lo peor de De la Sota...
–Lo mejor que tiene es una terrible capacidad para actuar, realmente es un gran actor. Y lo peor, que él mismo se come el libreto, se cree lo que actúa. Yo lo he visto hace diez años a De la Sota pararse frente a un espejo y hablar, gesticular, ensayar. Además es un intolerante, un tipo que no acepta el disenso. Y lo peor de todo que es un miedoso, un irresoluto, por eso necesita rodearse de autoritarios para gobernar.