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El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Gustavo Beliz, sostuvo que en la década de los 90 el país corrió riesgo de convertirse en “una narcodemocracia”, que hubo funcionarios que “lavaron dinero sucio” y que actuaron trágicamente “con valijas que iban y venían”. También habló de “campañas políticas obscenas” y de “leyes compradas y vendidas en el Congreso como si fueran mercancía”. Beliz no aportó nombres que puedan sostener una denuncia penal y tampoco explicó por qué hizo esas declaraciones en este momento, haciendo referencia a un gobierno –el de Carlos Menem– del cual formó parte como ministro del Interior. Como era de esperar, las afirmaciones generaron los rechazos del menemismo y de legisladores tanto justicialistas como de la oposición.
Beliz venía de un duro enfrentamiento con el ex jefe de la Policía Federal Roberto Giacomino. El ex jefe policial había asegurado que no lo echaron por corrupto sino porque “sabía cosas”. El ministro le respondió que no iba a tolerar “una extorsión mafiosa”. Ayer, un día después de la pelea, Beliz inauguró un Encuentro Internacional de la Lucha contra el Narcotráfico y Prevención de Estupefacientes y SIDA en Parque Norte. Era, además, la primera presentación pública de la nueva conducción de la Federal, con Eduardo Prados como jefe y Daniel Caruso como su segundo.
Beliz le dio al discurso un evidente tono K. “Cuando a Confucio, el sabio, le preguntaron qué sería lo primero en hacer en caso de llegar al poder, dijo ‘llamar a las cosas por su nombre’”, justificó el ministro el tenor de sus palabras. “En la Argentina, de cara a todo el mundo, también ha llegado la hora de llamar a las cosas por su nombre. Esto en la Argentina de hoy significa advertir, diagnosticar, para no volver a cometer esos errores, lo que ha sido el riesgo cierto en la década del 90 de que nuestro país se convirtiera en una narcodemocracia, con diferentes niveles de agujeros negros”, lanzó.
El ministro habló ante unas 2 mil personas, entre funcionarios extranjeros y efectivos policiales. “No tengo dudas de que en la Argentina, a partir de finales de los ‘80 y comienzos de los ‘90, hubo un nivel muy fuerte de complicidad en el tema de las drogas y un funcionamiento general del poder político en muchos casos escandaloso”, siguió. También atacó “las conductas trágicas de funcionarios con valijas que iban y venían, y que atentaron contra la democracia”.
Beliz no hizo aclaraciones, pero puede deducirse que la referencia a las valijas tenía que ver con el Yomagate. Sin embargo, las que traía Amira Yoma y dejaba pasar por la Aduana su marido Ibrahim Al Ibrahim no fueron las únicas valijas famosas de la época menemista. Durante la gestión de Beliz como ministro del Interior, su jefe de asesores, el consultor Julio Aurelio, fue acusado de llevar a Corrientes una valija con un millón de dólares para sobornar al elector radical Ramón Tabaré Bruzzo. Debido al escándalo, Aurelio tuvo que renunciar. Beliz, en cambio, no lo hizo hasta un tiempo después. Cuando se marchó, acusó al gobierno menemista de corrupción pero nunca hasta ayer había llevado tan lejos lo de la asociación con el narcotráfico.
El sobrino del ex presidente, el diputado Adrián Menem, recordó que Beliz formó parte del entorno de Menem durante la campaña presidencial de 1989, por lo que de haber existido un financiamiento escandaloso como el que denunció ayer, en ese momento lo calló. También recordó su paso por la Secretaría de la Función Pública –organismo encargado de controlar a los funcionarios– y luego su salto a Interior, de donde se fue “sin hacer denuncias más que las públicas”.
En el Congreso, en tanto, lo que alteró los ánimos fue la frase referida a la compra y venta de leyes. El socialista Jorge Rivas puntualizó que cuando Beliz se retiró del gobierno menemista “ya se habían producido las más vergonzosas privatizaciones y los indultos a los genocidas”. También recordó su alianza con Domingo Cavallo y su pelea por la banca de senador con Alfredo Bravo, pese a que sacó menos votos en la elección. En una reunión del bloque de diputados del PJ de ayer se analizaron las declaraciones de Beliz y se evaluó la posibilidad de emitir un comunicado de rechazo. Puertas adentro, según trascendió, algunos diputados como el duhaldista Jorge Villaverde o el puntano Oraldo Britos se mostraron indignados por las declaraciones del ministro. Los integrantes del kirchnerista Grupo Talcahuano, en cambio, sostuvieron que había que esperar que pudieran confirmarse los textuales de las afirmaciones de Beliz para que la bancada tomara una posición pública. Finalmente, no sacaron ningún comunicado pero persistía un clima espeso.