Lunes, 23 de marzo de 2015 | Hoy
EL PAíS › JULIAN DOMINGUEZ, PRECANDIDATO A GOBERNADOR BONAERENSE POR EL FPV
Después de declinar su postulación a presidente, en esta entrevista Domínguez propone “poner en marcha un proyecto provincial de producción, de industrialización, de construcción, de mayor seguridad para los habitantes”.
Por Nicolás Lantos
Julián Domínguez fue el primero de los siete precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria en declinar ese lugar: anunció que, tras consultarlo con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, decidió disputar la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Unos días después de anunciarlo, recibe a Página/12 en sus oficinas en el Congreso de la Nación. El único elemento moderno que perturba la lógica decimonónica del despacho del presidente de la Cámara de Diputados es un atril en el que hay varias hojas de papel sobre las que escribieron, con marcadores de distintos colores, los ejes principales de su discurso de campaña. Sus colaboradores lo llaman, en broma, “el teleprompter”. Es sábado a la mañana, Domínguez lleva camisa pero no corbata y acompaña con un mate amargo un puñado de galletitas dulces que son su desayuno, antes de comenzar la entrevista.
–¿Por qué decidió dejar de lado la carrera presidencial para disputar la gobernación bonaerense?
–Hace tres meses que vengo charlando con compañeros intendentes, con legisladores, compañeros del gabinete nacional... Yo fui intendente de la provincia de Buenos Aires, fui diputado, fui ministro de Obras Públicas, y entiendo que puedo ser más útil al proyecto nacional que conduce la Presidenta militando con intensidad y trabajando y gastando todas las suelas para ser el candidato a gobernador. Era un tema que venía charlando con la Presidenta. Yo tengo vocación de servicio, de trabajar por el pueblo de la provincia de Buenos Aires desde siempre. Mi militancia fue en el peronismo de Chacabuco, milité toda mi vida en el Consejo de la provincia de Buenos Aires, y ahora llegó el momento de aportar mi vivencia, porque quiero servirle al pueblo de la provincia.
–¿Qué cree que puede aportarle?
–La provincia tiene que despegar definitivamente, después de diez gloriosos años de proyecto en la Argentina. Que tiene que poner en marcha un proyecto provincial de producción, de crecimiento, de de-sarrollo, de industrialización, de construcción, de mayor seguridad para sus habitantes. Pero esto es necesario hacerlo desde el comunitarismo, desde todas las instituciones de la provincia, con un Estado que tenga una planificación estratégica. Yo quiero ser el intendente 136. Espero, si Dios y el pueblo me dan la posibilidad de ser gobernador, interpretar las aspiraciones, sentimientos y las mejores capacidades que tiene la provincia en cada distrito. No hay un distrito que sea igual a otro, pero todos tienen mucho para aportarle al país.
–La Presidenta pidió en varios discursos que los candidatos expliquen qué piensan hacer si llegan al poder. ¿Cuál es su plataforma?
–Buenos Aires tiene todas las condiciones para crecer, para hacer una transferencia agresiva de tecnología, para convertirse en un polo tecnológico y productivo. Hay muchas cosas que requieren seguir profundizando la línea de gestión, pero lo más importante es asomar la cara al futuro. La dirigencia de la provincia de Buenos Aires tiene que planificar el futuro que queremos en el país que vamos a tener. Y eso está vinculado a infraestructura, a una asociación muy fuerte entre los productores y el Banco Provincia para armar una operación que garantice a los productores condiciones para negociar mucho mejor la exportación de productos ante los grandes grupos monopólicos que terminan pagándoles mucho menos. Yo estoy convencido de que tenemos que hacer un fuerte empeño en las obras de infraestructura vial de la provincia de Buenos Aires. La escuela tiene que volver a ser el centro de integración comunitaria y de labor social. Hay que poner el empeño para que los maestros puedan tener un solo lugar de trabajo. Hay que seguir trabajando en la capacitación de quienes son los responsables de la seguridad, para garantizar seguridad a los bonaerenses, pero también participación civil en el control ciudadano de las fuerzas de seguridad.
–Existe la chance de que el próximo gobernador bonaerense deba convivir con un presidente de otro signo político...
–Yo no puedo imaginar el futuro. Como decía Perón, para hacer guiso de liebre primero hay que cazar la liebre. Yo primero quiero gastar la suela, escuchar a todos los bonaerenses, convencer a los compañeros, contribuir a la unidad del peronismo, convocar, desde un peronismo unificado, a un frente amplio, social, cultural, económico, de la provincia y después, si tengo la posibilidad de ser candidato, voy a tratar de ser electo gobernador. Pero, además, yo estoy convencido de que vamos a ganar. Estoy convencido de que los doce años de Néstor Kirchner y después de Cristina Fernández de Kirchner tienen la potencia en la sociedad de no haber traicionado el mandato con el cual llegaron al Gobierno, de haber superado con creces el mandato por el cual llegaron a conducir la Argentina, por lo tanto, estoy convencido de que el pueblo nos va a acompañar y que el pueblo de la provincia de Buenos Aires va a hacer su contribución para el triunfo del Frente para la Victoria.
–¿Le gustaría, como candidato, ir pegado a una boleta con el nombre de la Presidenta?
–Me encantaría. El prestigio que tiene la Presidenta nos supera a todos nosotros. Ya no es patrimonio de los peronistas ni de nuestro frente, es patrimonio de los argentinos. Cristina al lugar en que esté lo va a honrar, lo va a iluminar, y la figura de nuestra Presidenta, a medida que se acerque el 10 de diciembre, va a crecer mucho en la valoración de la sociedad. La vamos a extrañar mucho nosotros, pero también la van a extrañar quienes son opositores. Porque nunca atentó contra el interés de la Argentina. Es apasionante que pueda decir, después de doce años, que este Congreso no debe arrepentirse de ninguna ley que votó. Para la política, nos llena de dignidad. Somos una generación que recuperó la comunión entre la idea y la acción.
–Hubo algunas leyes que fueron muy criticadas, incluso desde sectores del oficialismo...
–Yo no he violentado mi conciencia en ninguna ley. Y no la hubiese acompañado. Acompañamos aquello de lo que estamos convencidos; aparte, Cristina siempre sintetizó la toma de decisiones que fueran más convenientes para la integridad del país. No hubo una sola ley que no fuera por el interés general de la nación. ¿Se pueden tener opiniones críticas? Miles. Pero a la hora del balance, privilegió el interés general de la nación.
–¿Le queda alguna cuenta pendiente? ¿Alguna ley que hubiera querido sacar durante su presidencia en la Cámara Baja y no se pudo?
–Queda mucho tiempo todavía por delante. Eso lo respondo el 9 de diciembre.
–¿Se va a volver a debatir el Código Penal?
–La Presidenta ha demostrado una vocación codificadora como ningún otro presidente. Código Civil y Comercial, Código Procesal Penal. Yo creo que queda en la agenda la discusión de un Código de Derecho Administrativo que deberíamos dejar para las generaciones futuras, es mi opinión. El Código Penal formó parte de la discusión que se llevó adelante y está la idea latente... pero tomando la vocación codificadora de la Presidenta no sería extraño que este año terminemos discutiendo materias que quedaron postergadas.
–Esta semana comenzará a tratarse la Ley de Nacionalización de Ferrocarriles y va a venir el ministro Randazzo al Congreso...
–Con el ministro Randazzo somos parte del mismo Gobierno, somos vecinos desde hace treinta años, con muchas diferencias de miradas o de circunstancias históricas, pero con una gran convergencia en los propósitos nacionales y populares y que está haciendo una gestión extraordinaria. La verdad es que los ferrocarriles en la Argentina siempre fueron el sueño de los peronistas y fue posible recuperarlos con la decisión política de Cristina, pero también gracias a la gestión de Randazzo. Somos militantes desde hace treinta años que tenemos los mismos propósitos y vamos a seguir trabajando por la Argentina que imaginamos. Después se irá viendo cuál es la estrategia electoral más conveniente.
–¿Con qué precandidato a presidente del oficialismo se imagina militando en una campaña?
–Con todos. Con todos me siento cómodo. Cada uno tiene méritos personales. Taiana fue un canciller extraordinario, es un tipo cabal, de militancia política. Agustín Rossi ejerció una tarea extraordinaria en la presidencia del bloque. Nosotros valoramos extraordinariamente su labor. Con el Pato (Urribarri)... yo con el Pato voy a pescar, compartimos cosas de familia. Es un militante de este proyecto político, tiene el pergamino de ser gobernador y la tenacidad de defender en momentos muy duros, en el territorio, el proyecto de nuestra Presidenta. Aníbal tiene una capacidad de defensa del proyecto única, es un cuadro extraordinariamente formado. A Scioli lo conocemos todos, y Randazzo le aporta lo que yo expresé a la gestión. Es muy difícil, después de esta Presidenta, sintetizar en uno solo todo lo que ella representa. ¿Cómo hacés para reemplazar tamaño liderazgo? Por eso digo que cada uno le aporta algo de ese todo, porque además todos fueron paridos en este proceso político.
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