Funcionarios del gobierno nacional, referentes políticos y militantes sociales repudiaron ayer, en la Plaza de Mayo, los agravios que recibió la Madre Hebe de Bonafini durante la marcha platense en conmemoración del Día de la Memoria, en la que un muñeco de ella fue prendido fuego junto a uno que representaba al jefe del Ejército, César Milani. Allí, Bonafini agradeció el “mimo” y les habló a “los 30 mil”: “Queridos hijos, los mismos que a ustedes los trataron de ‘terroristas’, de ‘foquistas’ y de ‘inútiles’ son los que quemaron el muñeco y muchos aplaudieron y otros hacen silencio y son cómplices”, acusó ayer la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo al cierre de la ronda habitual de cada jueves. Horas más tarde, la Presidenta presentó un boceto del nuevo billete de Memoria, Verdad y Justicia, de 100 pesos, que las tiene a las Madres y a sus pañuelos como símbolos preponderantes (ver página 7).

El escándalo estalló el miércoles. La Asociación Madres de Plaza de Mayo calificó de “fascista” la quema de un muñeco de gomaespuma que representaba a Bonafini con su pañuelo blanco rodeada de sapos verdes junto a otro de Milani vestido con traje de fajina. El hecho ocurrió en el cierre de la movilización que compartieron el lunes 23 las organizaciones que integran la Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada, formados mayoritariamente por partidos de izquierda. Las Madres las acusaron específicamente, incluidos nombres y apellidos de algunos militantes de la capital bonaerense. Lo hicieron a través de un comunicado en el que convocaron a un repudio público del hecho en la ronda que, como cada jueves, dan los pañuelos blancos alrededor de la Pirámide de Mayo. La convocatoria fue nutrida. La mayoría de las agrupaciones que integran ese colectivo desmintieron haber sido responsables de la acción. Ayer, finalmente, un grupo de Hijos de La Plata (que no forman parte de la red nacional de la agrupación H.I.J.O.S. –Hijos por la identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio–) se responsabilizó por el hecho. “Lo que quisimos representar es la afrenta a la lucha de todos estos años que significa haber visto a Hebe Pastor de Bonafini abrazada, reporteando, sosteniendo y justificando al genocida César Milani, partícipe del genocidio”, explicaron.

Bonafini agradeció ayer la presencia y la comparó con “un gran mimo, un gran abrazo” y advirtió que no la sorprendió la quema: “No por nada las Madres nunca firmamos un documento ni hablamos en conjunto, hemos peleado siempre para hacer lo que queremos y lo que quisimos”. Criticó a quienes llevaron a cabo la acción, a quienes comparó con quienes “trataron de ‘terroristas’, de ‘foquistas’ y de ‘inútiles’” a los militantes asesinados durante la última dictadura militar, pero también a quienes participaron de la movilización y con los días salieron a rechazar acusaciones. “Muchos aplaudieron y otros hacen silencio y son cómplices. Si no saben, que los echen, que lo hagan público con nombres y apellidos, que digan que fulano o mengano están expulsados porque no se puede hacer una cosa tan baja, tan sucia y tan deshonesta”, remarcó.

También celebró la última movilización a Plaza de Mayo el pasado martes, a 39 años del último golpe cívico-militar, al considerarla “un ejemplo de civilidad, un ejemplo de la democracia, ejemplo de amor, de ternura y de afecto” y llamó a “traducir” el apoyo “en un esfuerzo enorme para que ganemos en la primera vuelta, para que el proyecto nacional y popular sea llevado adelante”.

La ministra de Cultura, Teresa Parodi; el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella; el secretario de la Sedronar, Juan Carlos Molina; el subsecretario de Derechos Humanos, Luis Alen; y Marcelo Duhalde, director de Prensa y Comunicación del Archivo Nacional de la Memoria; la precandidata a jefa de Gobierno Gabriela Cerruti, entre muchos otros, participaron de la ronda. Más temprano, en una emisión especial de Radio Madre, algunas otras personalidades sumaron su repudio. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consideró la quema un acto de “mala leche y mal gusto” de parte de sectores que tienen “posiciones radicalizadas”. “Hebe se ha aguantado garrotazos y no le van a mover el amperímetro por un muñequito. No se puede minimizar el trabajo de las Madres”, se solidarizó con la titular de la Asociación. El ministro de Justicia, Julio Alak, opinó que el ataque fue “una pisoteada a la Memoria, a la historia de las Madres que es, en definitiva lucha por la Verdad y la Justicia”.

Su par de Trabajo, Carlos Tomada, llamó a “no mirar para el costado ante este hecho”, en tanto que el de Defensa, Agustín Rossi, elevó la figura de Hebe al expresar que “es lo mejor que tuvo la sociedad argentina en su pasado reciente”. Para el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, “las Madres marcaron el camino de la resistencia y siguen el legado revolucionario de sus hijos”. Mientras que el ex ministro de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni consideró que los responsables de ese hecho “se están confundiendo el enemigo”, ya que “de ninguna manera se pueden resucitar metodologías o actos que indican un grado de odio”.