Desde Rosario

Venían de una larga semana de denuncias y planes para persistir en la impugnación del escrutinio, pero al día siguiente de concluido el conteo definitivo que consagró al Frente Progresista Cívico y Social como vencedor y a Miguel Lifschitz como nuevo gobernador de Santa Fe, tumbaron el rey. El ex candidato a gobernador de Unión PRO, Miguel Del Sel, aceptó la derrota y anunció la decisión de “no judicializar” el fallo del Tribunal Electoral de Santa Fe, que desestimó todas sus impugnaciones y planteos. En nombre de todo el macrismo santafesino, Del Sel felicitó a Lifschitz y le deseó “todo el éxito del mundo”. Rescató la construcción política realizada y renovó sus dudas sobre el escrutinio, pero ya no con la promesa de seguir la batalla por vía legal. “Luego de debatirlo con mi equipo, hemos tomado la decisión de no judicializar la decisión del Tribunal Electoral. Vamos a aceptarla para poner un punto final a esto y seguir adelante”, se resignó.

Su compañero de fórmula, Jorge Boasso, todavía lanzaba denuncias al aire de la prensa porteña ayer a la tarde cuando el rumor de que habría reconocimiento de la derrota empezó a circular. El radical quiso negarlo –y siguió disintiendo con Del Sel luego de enterarse–, pero enseguida el PRO difundió el comunicado firmado por su candidato y bajó el telón de un álgido tironeo que empezó la misma noche del domingo 19, cuando Lifschitz madrugó el festejo preparado por Mauricio Macri en Santa Fe y subió al escenario del Patio de la Madera para proclamarse ganador en base a la ínfima ventaja que le indicaban las mesas testigo del oficialismo, luego confirmada en ambos escrutinios.

Tomado en la perspectiva de tanta pirotecnia verbal de los últimos días, la capitulación sorprendió por los 180 grados en los que giró el partido de Macri en su actitud. Sus principales dirigentes venían de minar la escena con múltiples denuncias, siempre cuidándose de no pronunciar la palabra fraude. “Si abrían todas las urnas, no cabrían dudas de que Miguel Del Sel ganó”, reiteró la diputada provincial Alejandra Vucasovich. Boasso especuló con que “si se abrieron 500 urnas y la diferencia se achicó en 400 votos, ahora se sabe por qué el socialismo no quiso abrir las 7600 urnas.” Ayer a la tarde desactivaron esa estrategia. Menguaron los mensajes en las redes y varios teléfonos se apagaron.

“Peleamos –selló Del Sel en su comunicado– contra un gobierno provincial muy fuerte, y peleamos también contra las intendencias de Rosario y Santa Fe, entre otras. El resultado nos llena de orgullo, como también el equipo que hemos conformado. El PRO ha crecido mucho en Santa Fe, en diciembre asumirán muchos intendentes, concejales, presidentes comunales y diputados provinciales”, dijo. El partido se impuso en las ciudades de Funes y Las Rosas, y en la localidad de Rufino; colocó nueve diputados y ningún senador.

“Fue David contra Goliat y terminamos cabeza a cabeza”, analizó.

El ex aspirante a la Casa Gris recordó que “previo a las PASO advertimos de las inconsistencias que observábamos en el proceso electoral, pedimos que se regularice la designación de autoridades de mesa, se permita ejercer el derecho de voto a las fuerzas de seguridad, se informe acerca de la trazabilidad de los telegramas y sugerimos numerosas medidas para garantizar la transparencia... Ninguno fue escuchado”, se quejó.

Por su lado, el gobernador electo admitió que “fue un resultado ajustado” pero consideró que el proceso electoral le dará a su gestión “toda la legitimidad necesaria para encarar el gobierno en los próximos cuatro años”. Lifschitz señaló que el sistema electoral santafesino “ha mostrado su fortaleza, ha soportado una elección inéditamente pareja. Quisiera saber qué pasaría en otras provincias con una elección de estas características”. Dijo que su gobierno será de “puertas abiertas”, que su gabinete tendrá un alto componente “frentista”, y precisó que la seguridad, las obras de infraestructura y la generación de empleo serán las tres prioridades de su gestión.