Martes, 11 de agosto de 2015 | Hoy
EL PAíS › ENTREVISTA A ALEJANDRO TULLIO, DIRECTOR NACIONAL ELECTORAL
“El sistema de votación debe respetar la política. Pero presenta límites materiales que demuestran que hay que repensarlo sin caer en un reemplazo simplista”, señaló el funcionario a raíz de la demora en el recuento de las PASO.
Por Ailín Bullentini
El director nacional electoral, Alejandro Tullio, apuntó a la combinación entre la variedad de fórmulas y cargos que se eligieron el domingo para explicar la demora en el escrutinio que, en el caso de la provincia de Buenos Aires, acabó su versión provisional al mediodía de ayer. “La política le presenta límites materiales al sistema de votación”, evaluó. Propuso que el Congreso lo reevalúe.
–Es que este escrutinio se llevó a cabo en condiciones extraordinarias en el sentido de las complejidades que tuvo respecto del de la elección inmediatamente anterior...
–Claro. Entonces, elegimos sólo diputados y senadores, en algunas provincias. En las PASO de anoche también jugaron puestos en legislaciones regionales, provinciales y locales. A eso, hay que contar la cantidad de fórmulas por espacio político. En los 18 distritos que no tuvieron simultaneidad –aquellos en los que sólo se eligieron cargos nacionales y al Parlasur, como la ciudad de Buenos Aires– el escrutinio se desarrolló con normalidad absoluta, aunque levemente demorados por las condiciones climáticas. Una vez que los telegramas correspondientes a esas elecciones llegaron al centro de cómputos, fueron rápidamente procesados, cargados y difundidos. Provincias grandes, como Santa Fe o Córdoba, estaban cerradas a la 1 de la madrugada. En el resto hubo simultaneidad de elección de cargos (Entre Ríos, San Juan, San Luis, Chubut, Buenos Aires y Catamarca), lo que demoró la carga de datos hasta entrado el día de hoy (por ayer).
–A priori nada, pero en los casos de internas, cuando las categorías –cargos– se entrecruzan con boletas –fórmulas internas de cada espacio–, la complejidad del recuento se multiplica en todos los pasos de ese proceso. Primero, en cada mesa. El recuento de votos en las mesas de distritos sin simultaneidad duró, en promedio, una hora. En la provincia de Buenos Aires tardaron hasta tres horas las mesas en cerrar sus telegramas. Esas circunstancias también generan una mayor propensión a cometer errores en la trascripción de datos en los telegramas, a que los mismos sean de dificultosa lectura. En el centro de cómputos, la carga de los telegramas, calculada en menos de un minuto, ayer llegó a tomar entre cinco y siete. Y no hay que olvidarse de que la provincia de Buenos Aires es el 38 por ciento del padrón. Fue un cóctel explosivo.
–Lo habíamos dicho. Sabíamos que iba a llover en casi todo el país desde hacía un mes. A las malas condiciones del tiempo, que dificultaron el traslado físico de los telegramas, se sumaron cortes de luz en varias zonas. No obstante, la difusión de datos arrancó 20 minutos después de lo que yo había anunciado.
–Soy bastante crítico de los procesos electorales en cuyo escrutinio participo. Hoy nos preocupa el límite del sistema político en general y del sistema diseñado hace 20 y rediseñado hace cinco de las primarias para poder soportar elecciones en simultaneidad de cargos nacionales y provinciales, por lo menos, en las provincias más grandes. Y ni siquiera es culpa de la boleta. Hubo varios sectores que salieron a criticar el sistema tradicional por considerarlo arcaico. No digo que no haya que repensarlo, pero, de todas maneras, en lugares como Santa Fe el desempeño fue mucho mejor ayer (por el domingo) que cuando se utilizó boleta única. Creo que la política está primera y que el sistema de votación debe respetar a la política. Pero le presenta límites materiales que demuestran que hay que repensarlo sin caer en un reemplazo simplista: este sistema por otro. El Congreso debe trabajar en esta modificación mirando a todo el país.
–Digamos que en las provincias en donde las elecciones locales fueron separadas de las nacionales no hubo los problemas que aparecieron ayer en las que el desdoblamiento no se llevó a cabo. No soy partidario del desdoblamiento por otras razones, como la organización o los costos. Pero definitivamente hacer elecciones primarias competitivas por muchos cargos presenta problemas sistémicos. En octubre serán menos problemáticas porque la multiplicidad de fórmulas internas ya no jugará, será una variable que no aportará complejidad. De 15 candidatos presidenciales tendremos seis, de tres o cuatro candidatos a intendente por fuerza política, como tuvimos en muchos municipios de Buenos Aires, tendremos sólo uno por partido. Se reduce el campo de cargas a la hora de computar votos.
–Me atrevo a afirmar que no. La multiplicidad de categorías y la pluralidad de competidores expresa un límite para los sistemas automatizados de votación también, sobre todo para los electores ocasionarían seguramente demoras en los lugares de voto. Yo apoyo el voto electrónico en la ciudad de Buenos Aires, pero hay que reconocer que el distrito representa el 20 por ciento del padrón de la provincia.
–Eso lo tramita la Justicia, que toma las denuncias y pedirá los informes correspondientes. Una cosa es que faltaran boletas y otra cosa es el robo de ellas.
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