Sábado, 5 de septiembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › LA NUEVA CENTRAL TERMOELECTRICA APORTARA 240 MEGAVATIOS AL SISTEMA
El proyecto implicó la recuperación integral del yacimiento carbonífero de Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz. Permite diversificar la matriz energética, impulsa el desarrollo de proveedores nacionales y significa la creación de más de 4000 puestos de trabajo.
La central termoeléctrica a carbón de Río Turbio comenzó a operar ayer cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso en marcha una de sus dos turbinas. Con una inversión total de 1929 millones de dólares, el proyecto implicó la recuperación integral del yacimiento carbonífero de esa localidad. La central ubicada en la provincia de Santa Cruz comenzará aportando 120 megavatios al sistema eléctrico y, cuando ingrese la segunda turbina en diciembre, su capacidad llegará a los 240 megavatios. La potencia máxima de la central representa el consumo eléctrico promedio de Jujuy, Formosa, Salta y Santiago del Estero, sumadas. El funcionamiento de la central insumirá 1,2 millón de toneladas anuales de carbón del yacimiento, pero las calderas también pueden funcionar a gas natural. Cuanto más carbón local utilice, menos será la demanda de importaciones de combustible proveniente de gasoductos de Bolivia o por barco.
Desde el Ministerio de Planificación Federal precisaron que sólo la central requirió una inversión de 754 millones de dólares. Las obras comenzaron en 2008. La construcción se desarrolló bajo la modalidad llave en mano por una unión transitoria de empresas conformada por Isolux, Ghesa Ingeniería y Tecnología, y Tecna Estudios y Proyectos de Ingeniería. La inversión pública, explican en la cartera que encabeza Julio De Vido, permite diversificar la matriz energética nacional, impulsa el desarrollo de proovedores nacionales y significa la creación de más de 4000 puestos de trabajo.
Un pilar fundamental del proyecto fue la recuperación del yacimiento de carbón de Río Turbio considerado inviable por la dictadura militar y el menemismo. La inversión minera ascendió a 1072 millones de dólares: se incorporaron cuatro frentes largos de explotación para producción y ocho tuneleras para apertura de galerías. El Gobierno puso un objetivo de producción de carbón de 2 millones de toneladas al año. El yacimiento, según las estimaciones oficiales, cuenta con reservas detectadas y probadas por 450 millones de toneladas. En la superficie hay acopiado carbón para los primeros cinco meses de funcionamiento. La inversión pública incluyó también mejoras para la provisión de la materia prima, a través de maquinarias para extraer el carbón de uno de los nuevos frentes largos que se abrieron en el interior de la mina.
“Necesitamos 1,2 tonelada de carbón al año para que pueda funcionar a pleno produciendo 240 megavatios y tenemos pensadas 800 mil toneladas de carbón para exportación. Los 240 megavatios de carbón permiten ahorrar 200 millones de dólares de importación de combustibles y la exportación de las 800 mil toneladas de excedente que nos pusimos como meta representan 40 millones de dólares anuales”, explicó CFK durante el evento realizado ayer en la planta (ver aparte).
“Vengo a proponerles un trato: si alcanzamos la meta de 2 millones de toneladas de carbón de esos 40 millones de dólares, el 50 por ciento será un bonus anual para los trabajadores por productividad y los otros 20 millones serán destinados para inversiones en la mina. Quiero trabajo y compromiso. Vamos a demostrarles a todos que cuando los trabajadores tienen productividad y esa es reconocida, las cosas marchan”, se comprometió la mandataria frente a los trabajadores mineros presentes antes de finalizar su discurso.
Las obras de transporte eléctrico demandaron otros 103 millones de dólares. La conexión eléctrica al sistema argentino de interconexión se realiza a través de una estación transformadora ubicada en la misma central, y el tendido de alta tensión desarrollado por el Gobierno, por el cual también se distribuirá la energía generada por las futuras represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz. Ese tendido permitió la conexión eléctrica del sur al resto del país.
Como parte del proyecto de inversión, el Gobierno instrumentó un reacondicionamiento de las calderas de la central para que también puedan funcionar a gas natural. Esa decisión alimentó las versiones sobre supuestas dificultades de la empresa Yacimientos Carboníferos Río Turbio para abastecer de carbón a la central. Desde el Ministerio de Planificación argumentan que esas obras son necesarias para garantizar la seguridad en la operatoria. “El carbón tiene varios procesos desde que se extrae hasta que llega a la caldera, con cambios de composición, valor calórico y tamaño de sus partículas. La variación de cualquiera de estos componentes modifica la combustión de la caldera. Es aquí donde resulta esencial la provisión de gas, que hará más confiable y segura la operación. Todas las centrales que construimos desde el año 2003 funcionan en forma dual a los efectos de lograr seguridad en el abastecimiento”, argumentan desde la cartera que encabeza Julio De Vido.
Las estadísticas disponibles muestran que el 40 por ciento de la energía eléctrica que se produce en el mundo tiene origen en el carbón. China utiliza carbón para la generación del 81 por ciento de su electricidad, una proporción elevada. En Estados Unidos el carbón representa el 38 por ciento de su generación eléctrica. A pesar de la incorporación de la nueva central de Río Turbio, en Argentina, el uso del carbón seguirá ocupando una porción marginal (alrededor del 1 por ciento), frente a otros grandes componentes de la oferta energética local como el gas natural o la generación hidroeléctrica.
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