La gobernación de Cambiemos que encabeza María Eugenia Vidal necesita mostrar control político en la provincia después del escándalo por la fuga del penal de General Alvear. Para ello, el macrismo habría cedido a algunas de las solicitudes del Frente Renovador (FR) para modificar la Ley de Presupuesto y en la sesión de hoy tendrían el camino allanado para aprobarla. Anoche contaban con 57 de los 62 votos necesarios para lograr la media sanción, pero en el macrismo descontaban un final feliz para la sesión del día. “Casi no se registrarán cambios, es en un noventa por ciento igual”, señalaban anoche los operadores de Vidal y apuntaban que “se redujo en un diez por ciento el techo para reasignar partidas”, una de las propuestas massistas.

“El pedido de facultar endeudamiento seguirá en noventa y cuatro mil millones de pesos, y es parte en pesos y parte en dólares”, aseguraron los dirigentes macristas entusiasmados por llegar a un acuerdo con los legisladores del Frente Renovador. Sin muchos misterios, las modificaciones que se insertaron en el proyecto de ley de presupuesto de la provincia de Buenos Aires fueron los primeros reclamos que acercaron los seguidores del tigrense Sergio Massa.

Otro cambio que aceptó insertar el gobierno de Cambiemos fue la creación de las comisiones bicamerales de seguimiento del endeudamiento y de la reasignación de partidas, además de poner un tope a las reelecciones indefinidas en las intendencias.

El entendimiento del macrismo y el massismo en territorio bonaerense se mostró desde el momento en el que Massa quedó fuera de la carrera presidencial en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias de agosto. La conexión entre ambos espacios políticos por un cambio en el signo político nacional allanó el camino a un acercamiento. A ese combo se sumó la posibilidad de Massa de perfilarse como la renovación del peronismo si se lograba dejar al kirchnerismo fuera de carrera. Por ello apenas comenzaron las negociaciones de las autoridades del parlamento provincial, los dos sectores sellaron un acuerdo que incluía las cabezas de ambas cámaras y dirigentes massistas para los organismos de control. Sin embargo, cuando se comenzó a hablar del tratamiento del Presupuesto 2016, el massismo puso sus reparos, que finalmente fueron insertados en el nuevo proyecto que se tratará hoy.

“Nadie va a querer no votar el presupuesto, porque es casi el mismo del año pasado sólo con el agregado de un fenomenal endeudamiento que es para consolidar deuda pasada, para pagarle a proveedores, a YPF y al IOMA. Quien lo rechace tiene que explicar cómo se saldan esas deudas”, destacaron en el massismo ratificando los buenos augurios para la aprobación del proyecto. Entre macristas y massistas sumaban anoche “57 de 62 votos. Nos falta alguno, pero no tenemos dudas de que van a salir”, sumando a la ley presupuestaria los proyectos para declarar la emergencia en seguridad y en el área penitenciaria. También rondaba la especulación de un acuerdo con los intendentes para que diez mil millones de pesos de endeudamiento de noventa y cuatro mil millones se destinara a la inversión en infraestructura en los municipios, por lo que se acercarían algunos votos de los jefes comunales.

La trama de negociaciones políticas el massismo y el macrismo fue encabezadas en principio por el buen diálogo que existe entre Vidal y Massa, pero fundamentalmente quienes movieron los hilos del acuerdo fueron el ministro de Gobierno, Federico Salvai, y el de Hacienda, Hernán Lacunza, con el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense y ex mano derecha de Francisco de Narváez, Jorge Sar- ghini, enrolado de lleno en las huestes del ex intendente de Tigre.

Los operadores del macrismo se jactaban anoche de mantener negociaciones para conseguir el apoyo de “justicialistas y algún que otro kirchnerista”, aprovechando las diferencias internas en el bloque peronista que todavía no se lograron zanjar.