Lunes, 18 de enero de 2016 | Hoy
EL PAíS › A UN AñO DE LA MUERTE DE NISMAN, LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO Y EL APARATO JUDICIAL
El macrismo intenta conseguir en el sistema de inteligencia elementos para cargar responsabilidades al gobierno anterior por la muerte del fiscal. Se ilusiona también en reflotar la denuncia contra Cristina Kirchner. Hoy se cumple un año del fallecimiento.
Por Raúl Kollmann
El macrismo, sus aliados y su aparato judicial y mediático apuestan al juego de los espías para ver si puede cargarle responsabilidades al gobierno anterior, ya sea en la causa por la muerte de Alberto Nisman o reflotando la denuncia que hizo en su momento el fallecido fiscal contra la Presidenta y el canciller Héctor Timerman. Al cumplirse hoy un año del deceso de Nisman están pendientes varias medidas que tienen que ver con espías, inteligencia y secretos. La jueza Fabiana Palmaghini le pidió a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que desclasifique cualquier información existente respecto de operaciones de escuchas o seguimientos a Nisman desde esa agencia. Según trasciende de los ex responsables de la AFI no existió espionaje respecto de Nisman, pero nadie puede descartar que el ex hombre fuerte de la SIDE, Horacio Jaime Stiuso, haya dispuesto algún tipo de seguimiento o escucha de forma extraoficial. No parece probable: Stiuso y Nisman eran íntimos colaboradores y compartían el alineamiento internacional con la derecha republicana e israelí. Stiuso prometió venir a declarar en febrero y no faltan los que tienen expectativas de que el hombre fuerte de los espías, desplazado por Cristina en su momento, aproveche la ocasión para armar algún tipo de venganza. También en la AFI, Palmaghini está estudiando otra vez numerosas llamadas que se hicieron desde la ex SIDE en aquel fin de semana del 17 y 18 de enero de 2015. Se ha tratado de imponer la idea de que esas comunicaciones tuvieron que ver con la muerte de Nisman, cuando el cuerpo todavía no se había encontrado. Los funcionarios de entonces lo niegan y mencionan que las llamadas tenían que ver con la denuncia de Nisman, su visita al Congreso, el robo de un misil en La Plata y un peligro de batalla entre barras bravas. En paralelo a este juego de espías, se le pone expectativa a la desclasificación de un sobre donde constan detalles, informes y transcripciones del diálogo que mantuvo Argentina con Irán y que concluyó en la firma del Memorándum. Según quienes conocen el contenido de ese sobre, no habrá en él sorpresas: sólo se mantuvo en reserva por los usos y costumbres de los diálogos diplomáticos.
Como lo hizo el kirchnerismo, cuando llegó al gobierno, Mauricio Macri firmó un decreto que levanta el deber de secreto que tienen los agentes y funcionarios de la AFI. Lo hizo respecto de la muerte de Nisman y no sólo en la ex SIDE, sino también en los demás organismos del Estado.
En concreto, Palmaghini quiere saber si a Nisman lo espiaban o no. De acuerdo a la documentación que se aporte, se sabrá si ese espionaje tuvo alguna relación con la muerte del fiscal, pero todo indica que no.
En fuentes de quienes lideraron la AFI en aquella época se dice que no se escuchaba ni seguía a Nisman. Sin embargo, existe la convicción de que Stiuso –el hombre fuerte de la ex SIDE durante años– mantenía un aparato paralelo, cuando estaba en funciones y aún después de haber sido desplazado. Se ve claro en el vínculo que mantenía con Nisman. Este lo llamó cuatro veces durante el fin de semana previo a su muerte y Stiuso no le contestó las llamadas argumentando que tenía el celular en vibrador. Ante Fein no explicó por qué no le devolvió las llamadas al fiscal. Otro hombre ligado a Stiuso, Alberto Massino, dijo que Nisman buscaba desesperadamente elementos para sumar a su fallida denuncia, pero –según Massino– esos elementos no existían.
La posibilidad de que el aparato paralelo de Stiuso espiara a Nisman existe, pero parece poco factible. Ambos trabajaban en equipo, coincidían en el alineamiento con los sectores más conservadores de Washington y Jerusalén, aunque Stiuso declaró ante Fein que él no colaboró con la denuncia de Nisman contra Cristina y que no estaba de acuerdo con ella. Habrá que ver qué dice Stiuso cuando venga a declarar, según prometió, en febrero. No faltan los que alegan que el ex hombre fuerte de la SIDE dejó solo a Nisman.
Durante la instrucción de la causa por la muerte de Nisman, a la fiscal Viviana Fein le llamó la atención un entrecruzamiento de llamadas, hecho por la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal, que detectó comunicaciones entre funcionarios del Gobierno, hombres de la ex SIDE como Alberto Massino, el fiscal Carlos Stornelli, el jefe de la Policía Bonaerense y el general César Milani o alguno de sus colaboradores. Fein determinó que esas personas no hablaban entre sí con semejante intensidad los fines de semana, de manera que citó a algunos de ellos a declarar. El fiscal Stornelli, por ejemplo, contó que tiene amistad desde hace décadas con Fernando Pocino, director general de Reunión de Información de la ex SIDE. Stornelli dijo que hablaron sobre la denuncia de Nisman contra la Presidenta y el canciller y entrada en la madrugada del 19, cuando empezó a circular la versión de la muerte del fiscal, también lo llamó a Pocino para ver qué sabía. En aquella madrugada, Stornelli también habló con el actual ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, entonces dirigente del PRO.
En los últimos días surgió el nombre de Juan Martín Mena como uno de los vértices de las comunicaciones. El número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) efectivamente tuvo una ardua labor ese fin de semana porque se combinaron tres hechos de relevancia.
- Fue robado un misil de una unidad del Ejército en Arana, La Plata. Eso es lo que motivó las comunicaciones con Milani o alguno de sus allegados y también con el jefe de la Bonaerense.
- Se había presentado la denuncia de Nisman y éste iba a concurrir al Congreso. Es lo que explicó los diálogos, por ejemplo, de Pocino con Stornelli.
- Jugaban sendos partidos Boca y River en Mar del Plata, el sábado y el domingo, y había rumores de enfrentamientos entre las hinchadas. A esa cuestión responderían las llamadas con el jefe de la Bonaerense.
Fuentes de la AFI le explicaron las razones de estas llamadas a Fein en su momento, pero Palmaghini está reviendo el entrecruzamiento.
Otro de los elementos que levanta expectativas en el aparato político, judicial y mediático del macrismo es un sobre que la Cancillería le entregó a la Cámara de Casación. Se trata de trascripciones e informes respecto de las conversaciones de los diplomáticos argentinos con los iraníes. Las fantasías se despertaron porque el material se calificó como secreto o confidencial y el Presidente levantó el secreto también sobre el material de la Cancillería.
Quienes trabajaron en aquellas negociaciones y conocen el contenido del sobre señalan que la única razón por la que se lo calificó de confidencial es porque existe un uso y costumbre en la diplomacia de no revelar el día a día en las negociaciones entre países.
La esperanza que surge en el macrismo y sos socios es que surja algún elemento para revivir la denuncia de Nisman contra Cristina y su ex canciller. Aquel texto sufrió numerosas descalificaciones. La jueza María Servini de Cubría dijo que no había elementos como para habilitar la feria judicial, entre otras razones porque no aportaba pruebas. El juez Ariel Lijo respaldó la postura de Servini. Rodolfo Canicoba Corral no sólo sostuvo que la denuncia no tenía entidad probatoria sino que virtualmente acusó a Nisman de hacerla a espaldas de cualquier juez. Los más importantes juristas del país, Raúl Zaffaroni, Julio Maier, Ricardo Gil Lavedra, León Arslanian dijeron que no existía delito alguno. El ex secretario general de Interpol, Ronald Noble, defenestró la denuncia señalando que nunca las autoridades argentinas hicieron gestiones para aliviar la situación de los sospechosos iraníes del atentado contra la AMIA. Y en los estrados judiciales, el juez Daniel Rafecas desestimó el texto por inexistencia de delito, el fallo fue confirmado por la Cámara y el fiscal de Casación no impulsó la acción. Hoy el macrismo busca cómo reabrir esa causa, como una ofensiva política más contra el gobierno anterior. Recurren incluso al delito de traición a la patria, por el que sólo fue procesado Juan Domingo Perón en 1956. Es decir, fue un recurso de la Libertadora.
Al cumplirse hoy un año de la muerte de Nisman, el aparato de respaldo a Mauricio Macri trata de conseguir con los espías lo que no pudo conseguir hasta ahora en la justicia. En el expediente hay una catarata de pruebas que indican que Nisman se quitó la vida: los forenses señalaron que no se observa actividad homicida, los criminalistas dijeron que no había nadie dentro del baño en el momento del disparo. Con los espías o los custodios se buscará diluir los hechos poniendo el acento en elementos colaterales: errores en las custodias o supuestas operaciones de espionaje. Y mientras tanto, con la colaboración de la AMIA y la DAIA, se intenta glorificar a un fiscal cuestionado porque acumuló una fortuna asombrosa pero, sobre todo, porque “viajaba mucho y trabajaba poco”, como lo señalaron los familiares de las víctimas del atentado contra la AMIA. No es algo que los familiares manifestaron después de la muerte. Lo decían cuando Nisman estaba vivo.
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