El fiscal federal Federico Delgado imputó ayer al presidente de Boca Juniors y dirigente del PRO Daniel Angelici la presunta comisión del delito de “tráfico de influencias” y pidió al juez Sebastian Casanello que lo cite a declaración indagatoria. En su pedido al magistrado, el fiscal afirmó que “trafica influencias quien las tiene, sino sería un vendedor de humo, es decir que traficar influencias significa traficar el poder de inclinar la balanza para un lado o el otro, ya sea a través de favores, amistad o abusando de cualquier otra situación de privilegio”.

La causa contra Angelici tuvo su origen en una denuncia de la diputada nacional de la CC-ARI y aliada del gobierno Elisa Carrió, quien días atrás ratificó su imputación contra Angelici como presunto “operador” de la administración de Mauricio Macri en la Justicia. El fiscal realizó su requerimiento luego de que la diputada hiciera esa mención públicamente.

Carrió definió a Angelici como el supuesto enviado del Gobierno “que tenía diálogo con el juez Oyarbide, a quien le solicitó que se jubilase, que almorzaba con jueces y fiscales vinculados al club Boca Juniors y que decía que ayudaba al Presidente de la Nación sin cumplir ninguna función institucional”. Así, el fiscal Delgado postuló que “la cuestión a dilucidar judicialmente, entonces, es si Daniel Angelici actuó y actúa como operador”, y circunscribió el delito imputado como el contemplado en el artículo 256 bis del Código Penal. Ese artículo prevé penas de uno a seis años de cárcel para quien “por sí o por persona interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que este haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones”.

En su presentación, Delgado dijo que “la norma sanciona el mero hecho de jactarse de que la administración pública puede obrar de modo ilegítimamente direccionado y busca preservar la transparencia e imparcialidad de la función pública siempre que, recordemos, la influencia sea real”. Para el fiscal, la declaración que prestó Carrió “en relación a los vínculos que Daniel Angelici posee con diversos miembros del sistema judicial por su condición de presidente del Club de Boca Juniors y persona de confianza al círculo presidencial, lo colocan en un lugar que lo ubica en el grado de sospecha”.

Además, Delgado también pidió que el juez federal Norberto Oyarbide sea citado a declarar como testigo, dado que Carrió dijo: “Tomé conocimiento de que un tal señor Angelici, que no sabía quién era dado que no miro fútbol ni juego fútbol, hablaba con Oyarbide pidiéndole que se jubilara, almorzaba con jueces y fiscales vinculados a Boca, y que ‘ayudaba’ como dijo el propio presidente (Mauricio Macri) en un reportaje en (el diario) La Nación”.