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El misterio se develará a más tardar el 31 de diciembre. Entre lunes y miércoles de la semana próxima, el presidente Néstor Kirchner anunciará quién es el candidato o, más probablemente, la candidata a ocupar la vacante que dejó el ex juez Guillermo López en la Corte Suprema. Lo dijo ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aunque no dio ningún indicio sobre el nombre elegido, que se mantiene en secreto. Para dar a conocer al postulante en reemplazo de Eduardo Moliné O’Connor, el Gobierno podría tomarse unos días más.
Kirchner tiene desde principios de mes todos los antecedentes de un grupo de candidatos potenciales, que en su mayoría son mujeres. Tal como reveló Página/12, entre los nombres recurrentes que circulan figuran el de la penalista Carmen Argibay, quien actualmente integra el Tribunal Penal Internacional de La Haya; la camarista civil Elena Highton de Nolasco, la jueza bonaerense Hilda Kogan, la camarista mendocina Aída Kemelmajer. Completan la lista la abogada Ana María Figueroa, Alicia Ruiz, del Superior Tribunal porteño, la constitucionalista María Angélica Gelli y Lucila Larrandart, del Tribunal Oral de San Martín. A ellas se suma también la fiscal misionera Liliana Mabel Picazo, propuesta por la Federación Judicial Argentina (FJA) que envió sus datos a la presidencia.
Argibay es, al parecer, una de las que más respaldo tiene en el círculo íntimo de Kirchner. La jurista vino a Buenos Aires hace una semana por las fiestas y, según informaron funcionarios del Ejecutivo a este diario, “había una reunión en agenda con ella”. Uno de los factores mencionados contra su postulación es que comparte la especialidad de penalista con Eugenio Raúl Zaffaroni, el primer supremo designado con el nuevo proceso de selección.
A través de la nueva composición que impulse para la Corte, el Gobierno tratará de ahuyentar el fantasma de una nueva mayoría automática. Por eso busca perfiles independientes y que puedan sufrir la menor cantidad de cuestionamientos posibles durante el proceso de selección, en el que se pueden plantear impugnaciones. En el gabinete no se descarta que sean dos damas las que ocupen ambos sillones libres en el máximo tribunal. Igual existe una suerte de nómina masculina en danza que incluye, por ejemplo, al constitucionalista Daniel Sabsay; al decano de Derecho (UBA), Atilio Alterini; a Héctor Masnatta, al experto en derecho tributario Arístides Corti y a Ricardo Lorenzetti, entre otros.
El jefe de Gabinete precisó ayer que en función de “los plazos que el decreto 222 establece para cubrir las vacantes”, al menos el primer nombre, “debería conocerse el próximo martes o a más tardar el 31 de diciembre”. La norma habla de un plazo de 30 días –desde que se libera un lugar en la Corte– para publicar en el Boletín Oficial y al menos en dos diarios de circulación nacional el nombre y antecedentes de la persona o las personas propuestas.
López, que integró la mayoría menemista en la Corte, efectivizó su renuncia el 1º de diciembre. La había anunciado un mes antes, cuando los diputados iban a iniciarle juicio político. Moliné O’Connor fue destituido el 3 de diciembre y, para designar a su sucesor, el Gobierno se tomaría unos días más. Ahora el alto tribunal está funcionando con siete miembros y, por ende, con dificultades para obtener mayoría para resolver algunos temas sensibles como los reclamos contra la pesificación y aquellos que demandan una definición sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
La única mujer que ocupó un lugar en la Corte fue Margarita Arguas, entre 1970 y 1973. La posibilidad de que una jueza sea designada aparece en el decreto “Tres Patitos”, que dice que al momento de proponer candidatos se debe tener en cuenta “la composición general de la Corte para posibilitar que la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género, especialidad y procedencia regional”.