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Cada vez le imprimen mayor reserva a sus encuentros. Tanta, que pocos se enteraron del que mantuvieron anteayer al mediodía en la Casa Rosada. Pero Página/12 pudo establecer que Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde volvieron a verse la cara durante más de una hora. Otra vez para hablar de la provincia de Buenos Aires, un tema que desvela a todo el peronismo, y también de la futura agenda del Mercosur, que lo tiene al ex presidente como titular de su Comisión de Representantes Permanentes.
Ni Kirchner ni Duhalde se preocuparon por anunciar la reunión. Y mucho menos por explayar su razones. A esta altura parece una tradición no informar oficialmente por qué el actual y el ex presidente se dispensan horas de atención.
Hasta ahora ambos solían apurar un encuentro para aflojar tensiones. No pareció ser esta vez una excepción. Y eso puede deducirse de las declaraciones que ayer proporcionó Hilda “Chiche” Duhalde. Primero para decir que entre su marido y el Presidente “está todo bien”. Y después para negar que Cristina Kirchner vaya a postularse como candidata a gobernadora bonaerense.
“Yo tengo por lo menos la información de que esto no es así. Pero estamos hablando de cuatro años por delante y me parece que la gente eso lo debe tomar muy mal”, dijo.
Hace tiempo que se especula con la candidatura a gobernadora de Cristina. La versión tomó vuelo cuando el subsecretario de la Presidencia, Carlos Kunkel, puso el tema sobre la mesa públicamente. El ruido que generó ya había obligado a un anterior encuentro entre Duhalde y Kirchner. Y también provocó el enojo del Presidente con el funcionario que abrió la boca.
Hay datos objetivos. Kirchner no para de hacer actos públicos en la provincia de Buenos Aires. En algunos casos para inaugurar obras de mediana envergadura. Evidentemente quiere ganar el corazón de los bonaerenses y afianzarse políticamente en el territorio de Duhalde, algo más que su socio político.
–Son recorridos para recuperar la mística –aducen cerca del Presidente, quien suele recorrer la provincia acompañado de su hermana y ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Como botón de muestra, sólo hay que repasar esta semana: el Presidente estuvo el lunes en Olavarría y hoy desembarcará en Tres de Febrero. Se trata del pago de Hugo Curto, quien se viene mostrando como un kirchnerista ferviente.
Es curioso: todos hablan de la candidatura de Cristina, para negarla o para apuntalarla, menos ella. Más aún, en el único reportaje ofrecido desde que circuló la versión, en la revista Veintitrés, la senadora se excusó de abordar el tema.
Es evidente la tensión que genera en la tropa bonaerense la posibilidad de que Cristina pruebe suerte en la provincia. No tanto por el desembarco en sí sino porque éste no fuera producto de una jugada del mismísimo Duhalde, el amo y señor del distrito electoral más importante del país.
El presidente de la Cámara baja bonaerense, Osvaldo Mércuri, mostró como ninguno los pruritos que le genera la postulación de la mujer de Kirchner. “Tenemos buenos candidatos, no tenemos por qué traerlos de afuera”, señaló. Página/12 le había preguntado puntualmente si la llegada de Cristina mejoraría la calidad de la dirigencia bonaerense.
Evidentemente, aunque Kirchner y Duhalde intentan aquietar las aguas, o al menos hacen gestos en ese sentido, desde sus trincheras siempre aparece alguien dispuesto a redoblar la apuesta. Si Mércuri tomó el micrófono duhaldista, ayer Luis D’Elía promocionó su kirchnerismo, reproduciendo lo que en voz muy baja se dice en la Casa Rosada. Fue cuando consideró que la candidatura de Cristina sería “un tiro de gracia” para el duhaldismo. Más aún, el dirigente piquetero y líder del Frente de Tierras y Vivienda consideró a Cristina “una mano firme” necesaria para terminar con “viejas mafias enquistadas” en la provincia de Buenos Aires.