El detenido ex secretario de Obras Públicas José López declaró ayer ante el juez Daniel Rafecas, que tiene a su cargo la causa por enriquecimiento ilícito, y aseguró que la noche que lo arrestaron en el convento de General Rodríguez pensó en suicidarse. Sobre el origen de los dólares que le fueron encontrados en ese momento, dijo que “pertenecían a la política”, pero se rehusó a dar detalles. Aseguró que lo hará cuando esté “más fuerte psíquica y anímicamente”.

“Cuando yo busco la pistola Glock, tenía intenciones de matarme. Meses antes había tenido una discusión por celos con mi señora y allí también manifesté intenciones suicidas. Esa es la razón por la cual ella en ese momento me escondió la Glock y por eso no la encontré el día de los hechos”, afirmó.

López aseguró que durante esos días se sentía “perseguido”, luego de que un diputado del Parlasur le dijera que a él y a otros funcionarios kirchneristas los estaban investigando los servicios de inteligencia. Habló de un estado mental “paranoide”, señaló que estaba perdido y dijo que una prueba de su condición mental fue que designara como abogada a Fernanda Herrera, a quien los medios llaman la “abogada hot”: “Ninguna persona en su sano juicio elegiría como defensora a la que dicen que yo elegí porque en realidad en ese momento no estaba en condiciones de valerme por mis propios actos”.

López afirmó que llegó a escuchar “voces burlonas”, “cosas sin sentido”, “cosas incoherentes”, e incluso una voz que le decía que le iba a pasar lo mismo que al espía “El Lauchón” Viale, que fue asesinado, y que él contestó “no soy (Alberto) Nisman, no me voy a suicidar”.

El ex funcionario desvinculó de los casi nueve millónes de dólares que le encontraron esa noche a su esposa, María Amelia “Mari” Díaz, y a las monjas del convento y negó ser el dueño de la casa de Dique Luján, en el Tigre, que se le atribuye aunque no está a su nombre. “Ahora digo, con plena conciencia de lo que estoy diciendo, que ni mi señora ni mi suegra de 86 años que vive en Río Gallegos, ni ningún miembro de la familia sabía de la existencia de los bolsos con ese dinero, ni del lugar inaccesible en mi casa de Dique Luján donde estaban ubicados. Y ese dinero que estaba allí hoy lo tienen ustedes incautado y nunca toqué absolutamente nada de ese dinero”, afirmó.

Con barba candado, traje y quince kilos menos, López fue llevado temprano a los tribunales de Comodoro Py desde la cárcel de Ezeiza y esperó hasta el mediodía para ser llevado ante el juez federal Daniel Rafecas. El juez le tomó la declaración que se extendió por cuatro horas, donde estuvo “entero, muy compuesto” en comparación con la primera vez que lo vieron apenas fue arrestado, indicaron fuentes judiciales.