Docentes, profesionales de la salud y trabajadores estatales de la provincia de Buenos Aires confluyeron ayer en un paro con movilización a Plaza de Mayo y protagonizaron la medida de fuerza de mayor magnitud en lo que va de la administración de María Eugenia Vidal. Las escuelas sin clases, los hospitales sólo con servicio de guardia y las oficinas del Estado vacías fue la respuesta de los distintos gremios y centrales sindicales ante la negativa de Vidal de reabrir paritarias y discutir nuevas condiciones laborales y salariales. “La masividad demuestra que la medida estuvo legitimada por el conjunto de los trabajadores, hay una una coincidencia en el reclamo de no perder mas poder adquisitivo”, explicó en diálogo con Página/12 el secretario general de Suteba, Roberto Baradel.

Con réplicas en varias provincias, la medida fue también un mensaje hacia la Casa Rosada. “El Gobierno avanza de manera brutal e irresponsable con el ajuste. Hay cada vez mayores focos de pobreza en el conurbano. Hay mucha bronca, preocupación y angustia”, describió a este diario el secretario general de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy, encargado de cerrar la ronda de discursos en Plaza de Mayo. “La gente está saliendo a calle cada vez con más fuerza a reclamar lo que le corresponde. Desde abajo, seguimos cocinando el paro nacional”, advirtió.

El reclamo unió a Udocba y el Frente Gremial Docente (Suteba, FEB, Sadop, Uda y Amet), la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop), la Asociación de Judiciales Bonaerenses y ATE. En todos los casos, los dirigentes resaltaron que el nivel de adhesión al paro superó el 90 por ciento.

La movilización partió a las 11 de la mañana de 9 de julio y Avenida de Mayo, y nucleó a los gremios organizados en la CTA Autónoma, que marcharon hacia Plaza de Mayo bajo la consigna “frente al ajuste y el tarifazo, crece la unidad y la lucha”.

La columna la completaron organizaciones sociales como la Ctep, Barrios de Pie y la CCC, cuyos cooperativistas y trabajadores de la economía informal llenaron la Plaza el domingo, día de San Cayetano. Desde Ate calcularon unos 25 mil trabajadores movilizados en capital y “más de 150 mil en todas las plazas del país”.

“Los estatales perdimos por lo menos un 18 por ciento en el poder adquisitivo de nuestro salario”, denunció Godoy, y advirtió sobre la posibilidad de nuevos despidos en el sector público a fin de año.

En el caso de los docentes, la medida de fuerza se produjo luego de un mes sin diálogo formal entre los gremios y el gobierno provincial. La paritaria cerró en febrero con un acuerdo del 34,6 por ciento de aumento e incluyó una cláusula de monitereo de la inflación. El Frente Gremial apela a esa cláusula para rediscutir la cifra, pero el gobierno provincial sigue atado a las órdenes de la Rosada de no abrir nuevas paritarias, a pesar que admite una inflación interanual del 40 por ciento. El reclamo docente incluye el “aumento presupuestario para los comedores escolares, que están llenos de pibes que no llegan a tener una buena nutrición”, explicó Baradel. Con las mismas reivindicaciones, los gremios nacionales que componen la Ctera discutirán la semana próxima la posibilidad de un paro de 48 horas para septiembre.

“En nuestro caso, estamos exigiendo un nuevo aumento del 25 por ciento retroactivo a julio”, describió el titular del Cicop, Fernando Corsiglia. El paro de los profesionales de salud se sintió con fuerza en 80 hospitales y centros de salud provinciales y municipales. El acuerdo que firmó Cicop con las autoridades del Ministerio de Salud consta de tres tramos: 6 por ciento para Enero y Febrero, 17,8 en los meses que van de marzo a julio y 25 por ciento final en agosto, mes en que deben reanudarse las discusiones. Hasta ahora, desde el ministerio no acercaron una propuesta formal. Hoy, el salario de bolsillo para el ingresante de planta de un hospital de la provincia con 36 horas semanales es de 15 mil pesos.

Otro reclamo de los profesionales de la salud es el estado de los hospitales. “Venimos denunciando una grave crisis en el sistema de salud de la provincia, que se expresa en falta de personal, infucientes insumos, muy mala situación edilicia y los episodios de violencia que padecen a diario los trabajadores”, agregó Corsiglia, quien apuntó que el servicio de neonatología del Hospital Fiorito de Avellaneda y el pabellón de quemados del hospital San Martín de La Plata, entre otros, se mantienen cerrados por el ahogo presupuestario.

Informe: Matías Ferrari.