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La Cámara Federal porteña ordenó ayer la libertad de Miguel De Paola, el joven que el 29 de julio había publicado en Twitter falsas amenazas a la Casa Rosada, la red de subtes y un shopping, simulando ser parte del grupo terrorista ISIS. Acusado por intimidación pública y por aplicación de la ley antiterrorista, permaneció cincuenta días detenido pese a que no se probaron los delitos y nadie informó haberse sentido amenazado.

De acuerdo con fuentes judiciales, De Paola será liberado hoy cuando sea trasladado desde la cárcel de Ezeiza a los tribunales federales de Comodoro Py y deposite una caución de 5 mil pesos. No obstante, continuará procesado, al confirmarse la resolución de la jueza federal María Servini de Cubría. La Sala I de la Cámara Federal, integrada por Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, confirmó además el sobreseimiento del otro involucrado en la causa, Walter Ovejero, sobrino de De Paola, que también había sido detenido, aunque luego había sido excarcelado.

La Asociación Pensamiento Penal y la Comisión Provincial por la Memoria habían presentado ante el juzgado un amicus curiae cuestionando la aplicación de la ley antiterrorista ya que no se halló ninguna prueba que relacionara al joven con actos terroristas y porque tampoco se produjo ninguna alteración en el orden público.

Desde la cuenta @HassanAbujaaf, De Paola había posteado un texto en árabe con fotos del shopping Abasto, del subte y de la Casa de Gobierno, como supuestos blancos de un atentado, con el hashtag #PrayForArgentina. Tras un alerta emitido por la Policía Metropolitana, fue identificado ya que emitió los mensajes desde una computadora de su sobrino y fue localizado a través del IP. Al ser detenido admitió haber escrito las falsas amenazas y pidió disculpas.

Mientras la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó presentar el episodio como la desarticulación de una banda delictiva (“queremos transmitirle tranquilidad a la gente y que sepa que hay un gobierno nacional, una Justicia y una policía trabajando para evitar que estas cosas pasen”, dijo), las fuerzas policiales que participaron de la detención dieron otra versión: se trataba de “dos jóvenes aburridos que no sabían qué hacer”, dijo entonces el jefe de la División Cibercrimen de la Metropolitana, Carlos Rojas.