EL PAíS › UNA ENCUESTA MUESTRA UN ALTO NIVEL DE RECHAZO A LOS CORTES

Piquetes, táctica cuestionada

El movimiento piquetero parece estar en un momento de choque, con un 90 por ciento de desacuerdo. Sin embargo, casi nadie quiere que los repriman.

 Por Raúl Kollmann

Siete de cada diez personas consideran que la jornada piquetera del jueves fue poco o nada exitosa, aunque al mismo tiempo la evaluación de la mayoría es que no ganó nadie, ni los piqueteros ni el Gobierno. Las organizaciones piqueteras van profundizando su choque con la sociedad: nueve de cada diez ciudadanos sostienen hoy que están poco o nada de acuerdo con esas organizaciones, lo que significa que el rechazo ha crecido fuertemente en los últimos dos años. Al mismo tiempo, el criterio más extendido es que la política del Gobierno es demasiado condescendiente con los seguidores de Luis D’Elía, Juan Carlos Alderete, Raúl Castells o Néstor Pitrola, aunque las voces que estarían de acuerdo con una actitud represiva son minoritarias.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que lidera Enrique Zuleta Puceiro. En total se entrevistaron 800 personas en Capital Federal y Gran Buenos a lo largo del viernes y la mañana del sábado, respetándose las proporciones por sexo, edad y zona de residencia. El trabajo contó con la coordinación de Isidro Adúriz y Julián Lisa.
“No hay duda de que en los últimos tiempos el movimiento piquetero profundizó su choque con la sociedad –analiza Zuleta–. Basta ver la evolución histórica de los que miraban a esos grupos con buenos ojos: en 2001 e incluso a principios de 2003 había cerca de un 25 por ciento de los encuestados que no los veían mal, hoy en día ese porcentaje bajó a menos del ocho por ciento, mientras que un 90 por ciento está poco o nada de acuerdo con ellos. Esa opinión negativa tiñe todos los análisis de las personas consultadas en la encuesta y explica también por qué el 70 por ciento sostiene que no fue exitosa la jornada del jueves.”
“Aun así, los piqueteros están logrando ocupar el lugar de la oposición por izquierda, sobre todo porque los partidos de izquierda más conocidos como el ARI o la fuerza que lidera Luis Zamora están un poco desdibujados. Acá apareció un espacio que están aprovechando otros partidos de izquierda, algo que el ciudadano percibe porque dice que la influencia de las fuerzas de izquierda entre los piqueteros es creciente. Además, estas organizaciones se ubican en un tema que es el más difícil para el Gobierno: la situación socio-laboral. Es un terreno en el que obviamente las soluciones vienen lentas, ya que hay millones de personas que, aunque han mejorado un poco su situación, todavía no perciben una mejora de envergadura. En este terreno social, el Ejecutivo ha ido lanzando propuestas del estilo de los microemprendimientos, los planes Manos a la Obra y otras iniciativas, pero justamente son propuestas que recién empiezan y su llegada a la gente es incipiente. Cuando le preguntamos al ciudadano común en qué áreas el Gobierno funciona mejor o peor, la creación de empleo y la disminución de la pobreza son las dos cuestiones en que el Ejecutivo tiene menos aprobación.”
Hay otro aspecto que está en el centro de la polémica: la estrategia del Gobierno hacia las organizaciones piqueteras. “Ante el conflicto, se demanda paciencia, tolerancia y espíritu negociador –afirma Zuleta–, pero al mismo tiempo se duda de las virtudes y del éxito final de la estrategia gubernamental.” En verdad, mirando los resultados de la encuesta, ninguna de las dos posturas en juego termina de satisfacer a los ciudadanos: los que quieren que se reprima, o sea que son permeables al discurso más autoritario de la derecha, suman el 17 por ciento. Los que están de acuerdo en mantener la calma y permitir la protesta (24 por ciento) tampoco recogen la adhesión mayoritaria. De manera que en el medio hay un ancho campo, impreciso, en el que se señala que un puente, por ejemplo, debe despejarse, pero sin reprimir. O que tiene que haber una negociación en la que se exija a los piqueteros que cesen con el corte. Igualmente hay un 60 por ciento que considera que hay un exceso dediálogo entre el Gobierno y los piqueteros y que el Ejecutivo debería actuar con más energía.
Otra de las cuestiones controvertidas tiene que ver con la evolución de los grupos piqueteros, concretamente si crecen o no crecen. Esto está relacionado con lo que el Ejecutivo ha manifestado como su política: aislar y reducir a esas organizaciones. Hay un 40 por ciento que, de hecho, admite que se está dando lo que dice el Gobierno y que hoy los piqueteros son menos que hace un tiempo. Sin embargo, del otro costado están quienes afirman que hubo un crecimiento (25 por ciento) y también debería ubicarse en esta vereda a los que afirman que las organizaciones se mantienen en el mismo nivel que antes (34 por ciento).
“No faltan quienes dicen que los piqueteros le vienen bien al Gobierno, esencialmente por el efecto dentro del peronismo –reitera Zuleta–. La existencia de ese fenómeno les preocupa a distintos dirigentes, incluso intendentes o referentes barriales, y obligan a esa franja a encolumnarse detrás del Presidente, entre otras cosas porque necesitan los fondos estatales para desarrollar una política social que les reste base a los piqueteros. Ese solo elemento indica que esas organizaciones juegan un papel, compiten en lo que sería una política de izquierda del Gobierno. Debe tenerse en cuenta que a la Casa Rosada el debate derecha-izquierda le interesa mucho y el Presidente casi permanentemente se ubica a la izquierda para fustigar a la derecha.”
“Insisto con el espacio que ocupan a la izquierda. Por ejemplo, todos los gobiernos la emprendieron casi inmediatamente con la reforma laboral. Fue el caso de Alfonsín, Menem, De la Rúa y ahora Kirchner. Y ahora está en marcha un proyecto que tiene el consenso del radicalismo y los dirigentes gremiales. Eso necesariamente deja un espacio a la izquierda, porque exhibe una connivencia con los Gordos, el sector más rechazado de la sociedad. ¿Es un espacio del cinco por ciento? Tal vez, pero es un espacio. Y yo diría que sin tener votos, sin tener apoyos, rechazados, igual ocupan un lugar”, concluye el consultor.

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La jornada del jueves fue vista como un empate.
Sirvió tanto a los piqueteros como al Gobierno.
 
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