EL PAíS › COMO ACTUARIA LA CIUDADANIA SEGUN SEA LA DECISION DEL GOBIERNO
Pagar o no, pero contra el Fondo
Según los principales encuestadores, cualquier decisión oficial contaría con respaldo popular, ya sea se pague o no se pague, debido a que podrían argumentar favorablemente en cada caso. Si se rompe con el FMI, los consultores discrepan en cuál sería la reacción de la gente en el mediano plazo. Las negociaciones con el organismo financiero siguieron ayer. El Gobierno endureció su posición ante una carta del Fondo imponiendo nuevas condiciones. Hermetismo oficial.
Por Raúl Kollmann
Todos los encuestadores coinciden en un diagnóstico: cualquiera de las dos decisiones posibles –la de pagar o la de no pagar– tendrá respaldo mayoritario en la opinión pública. En caso de que se giren los 3100 millones, el ciudadano común interpretará que se hizo el pago consiguiendo las pautas fijadas por el Presidente, y si no se gira el dinero calará el argumento de que el Fondo reclama condiciones injustas y desmedidas. En este último caso, la opinión entroncará con el hecho de que el Fondo siempre fue mal visto por los argentinos. El debate entre los encuestadores se plantea en el mediano plazo y en especial si hay consecuencias concretas en la economía: la mayoría de los consultores cree que el respaldo se va a mantener, pero otros afirman que una parte de la clase media alta terminará con una visión crítica de la ruptura.
Este es el análisis de los especialistas consultados por Página/12.
- Enrique Zuleta Puceiro: “Kirchner atraviesa por uno de los momentos de mayor apoyo público. No tiene el 82 por ciento de evaluación positiva de hace un mes, pero tiene el 74 y la mejora se ve en otro terreno: antes a la gente lo que le gustaba era el estilo, las formas, ahora creció muchísimo el respaldo a la sustancia, a sus posiciones. Hay mucha mayor confianza en lo que plantea. Por eso, podría pagar y la gente lo verá bien, y podría no pagar y la gente también lo verá bien. Desde el punto de vista de la mirada externa las cosas son distintas: hay una mirada de que otra vez la Argentina está gobernada por un presidente tumultuoso, que no se apoya en su partido ni en el Congreso ni los gobernadores. Dentro del país, eso es visto con buenos ojos, porque se habla de Kirchner como un hombre con fuerza, carácter, independencia, no dependencia de los poderes fácticos. Afuera eso es preocupante. En ese cuadro no veo para nada que la gente vaya a cambiar de opinión. El ciudadano común tiene una muy mala imagen de los años 90 y acompaña al Presidente porque ven cierta consistencia en su patriotismo y en el hecho de que no borra con el codo lo que escribió con la mano. De todas maneras, nuestras encuestas muestran que la gente cree que las cosas van a andar mejor si hay acuerdo con el Fondo, y por lo tanto quieren una negociación orientada a conseguir un arreglo. Ese es otro dato que hay que tener en cuenta”.
- Manuel Mora y Araujo: “La opinión pública acompaña al Gobierno con la idea de que va a arreglar con el Fondo. La gente no tiene una visión de que no se va a arreglar, sino que percibe que si el Presidente se está poniendo duro es para negociar mejor. Y lo cierto es que Kirchner juega la partida sabiendo que ésa es la opinión de la gente. A esto yo le sumaría que la izquierda y los grupos piqueteros aparecen con posiciones todavía más duras, y eso es una suerte porque ubica al Presidente en el centro. Mi opinión, como consultor político, es que se está yendo demasiado lejos. La Argentina está mal en el mundo, necesita inversiones, comercio y requiere entonces una fluidez que no debe ser dañada. Un país aislado la gente no se lo imagina. Si la decisión final es no pagar y quedamos aislados, no va a haber rechazo en la gente de manera inmediata. La reacción vendrá cuando se note en hechos concretos y creo que, sobre todo la clase media, va a sufrir y presionar”.
- Artemio López: “Primero quiero contestar en términos de funcionamiento. Esta claro que la Argentina está en una situación crítica desde el punto de vista de los ingresos de la gente, la pobreza y la distribución de la riqueza. Por lo tanto, no puede haber exigencias desmedidas con el país. Teniendo eso en cuenta, la gente va a acompañar y ese acompañamiento no se va a alterar. Tal vez incluso aumente. Un factor importante es que la oposición no articula un discurso que convenza. Han perdido credibilidad: hace seis meses que vienen diciendo que el apoyo a Kirchner es alto peroque ya va a caer, y la realidad es que el respaldo es cada vez más sostenido”.
- Hugo Haime: “En las encuestas periódicas que hacemos, el peor momento del Gobierno fue cuando acordó con el FMI, es decir cuando el Fondo dejó de ser el enemigo. Y esto tiene que ver con que en la Argentina existe una opinión adversa al FMI desde hace 30 años. Conceptos como ‘dignidad nacional’ o ‘imposibilidad de pagar a costa del hambre del pueblo’ tienen mucho consenso en la gente. Un ejemplo claro fue que cuando Adolfo Rodríguez Saá anunció el default, trepó en las encuestas en forma espectacular. La situación de Kirchner es distinta, tiene otra solidez y otro apoyo en la gente; la debilidad de Rodríguez Saá se demostró en que su gobierno duró una semana. Pero lo que quiero señalar es que la firmeza e intransigencia con el Fondo serán bien vistas por la población y si el Presidente resuelve pagar quedará la sensación de que quien cedió es el Fondo. Sea eso verdad o no”.
- Analía Del Franco: “Las mediciones vienen mostrando que lo que diga Kirchner va a tener más acuerdos que rechazo. La gente común no entiende mucho qué pasa si se paga o no se paga, pero tienen confianza en el Presidente y lo apoyan, más allá de las racionalidades. No hay una pretensión de quedarse afuera del mundo, que es el argumento de la oposición. Aún así, entre un 65 por ciento y un 70 por ciento respaldarán lo que decida Kirchner porque creen en lo que dice. Hicimos una pregunta muy fuerte: si la gente está o no de acuerdo con que no se pague, aún si ello implica el riesgo de aislarse. Incluso en esa alternativa, un 60 por ciento estaría de acuerdo y un 35 por ciento en desacuerdo”.