SOCIEDAD › SECUESTRAN Y AMENAZAN A LA TITULAR DE UNA ONG
“No jodas más con la ayuda”
La mujer dirige una ONG que ayuda a cinco mil familias en Junín. Ella atribuyó el ataque a los celos de algunos políticos.
Por Horacio Cecchi
Analía Bellome tiene 33 años, tres hijos, y la molesta idea de dirigir en la localidad de Junín, provincia de Buenos Aires, una ONG que da ayuda a alrededor de 5 mil familias necesitadas. El significado de molesta lo supo después de recibir amenazas de todo tipo, que culminaron el sábado pasado con su secuestro. La metieron en un auto, le ataron una soga al cuello, le colocaron una bolsa en la cabeza y le dijeron: “Dejate de joder con lo que estás haciendo, porque te vamos a matar a tus hijos y te vamos a matar a vos”. El origen del hecho habrá que buscarlo, según Bellome, en los celos de algunos políticos. Sostuvo que la ONG no responde a ningún partido político, pero que obtuvo apoyo del gobierno nacional después de que el intendente local, Mario Meoni (UCR), le negara ayuda. “En la municipalidad están molestos porque obtuve ayuda del gobierno nacional”, dijo la víctima.
Desde mediados del 2002, Analía Bellome organizó una sociedad de fomento en el barrio San Cayetano, de Junín. Hace cuatro meses, dentro de la sociedad de fomento se formó la ONG Manantial Solidario. “Asistimos a cinco mil familias necesitadas –señaló Bellome a Página/12–. Ropa, alimentos, medicinas, gente que no puede pagar el alquiler, gente que no tiene techo. Tratamos de ayudar. Hay gente que no tiene nada.”
Cuando surgió la sociedad de fomento del San Cayetano, a la cabeza de la intendencia de Junín se encontraba el radical Abel Paulino Miguel. Fue al primero al que Bellome concurrió a pedir ayuda. “Nunca nos dio nada”, dijo la mujer. En realidad, durante la intendencia de Miguel la sociedad de fomento del San Cayetano recibió una orden de clausura de una jueza de Faltas por ruidos molestos. La clausura sigue vigente. “Nos partió por la mitad –dijo Bellome–. Con las puertas cerradas no podíamos tener actividades que generaran fondos para ayudar a la gente. Yo terminé poniendo 15 mil pesos de mi bolsillo.”
Según Bellome, el actual intendente (Mario Meoni, también radical) tampoco aportó nada. “De la boca para afuera dice que nos brinda todo su apoyo –dijo la mujer–, pero tampoco nos dio nada.”
Cuando las actividades de la ONG comenzaron a tomar forma la noticia comenzó a correr de boca en boca y traspasó los límites barriales. Rápidamente, la cantidad de pedidos de ayuda se multiplicó y la ONG se transformó en un centro de ayuda social que nucleaba a grupos familiares más allá de los límites urbanos. “Me empezaron a acusar de meterme en territorios que no me corresponden –aseguró Bellome–. El intendente empezó a decir que no podía ser que no lo reconocieran, que la gente no le respondiera.” Para esa fecha empezaron a caer las amenazas. Varios llamados telefónicos con una sugerencia concreta: “Cortála con la ayuda”.
Simultáneamente, Bellome recurrió al Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner. “Presentamos muchos proyectos. Uno, para el barrio San Antonio, me lo aprobaron. En el San Antonio desde hace décadas tienen carencia de agua potable, las napas están infectadas con aguas servidas, hay casos de hepatitis a montones. Cuando presenté el proyecto para darles agua potable, desde el ministerio nacional me llamaron. Era para decirme que pondrían cañerías de agua, cloacas y erradicarían las letrinas. Todo eso generó molestias en Junín.”
El sábado pasado, mientras Analía caminaba por el barrio Belgrano, a pocas cuadras de su casa, para buscar a sus tres hijos, fue secuestrada: “Fue todo tan rápido. Escuché detrás mío la frenada de un auto. Alguien me tapó la boca, me puso un arma en la espalda y me tiró en un auto, en el piso del asiento trasero. El auto arrancó. Atrás había un hombre que me pisoteaba la espalda y me decía que no mirara”.
Mientras la pisoteaban, le rasgaban la ropa y la manoseaban, le colocaron una soga al cuello. Con la misma soga le ataron los pies y las manos. Le taparon la boca y los ojos con una cinta, y le colocaron una bolsa de consorcio en la cabeza. “Así que a vos te gusta joder –le decía la voz–. No prestaste atención a las advertencias. Si seguís jodiendo con la ayuda vamos a matar a tus hijos y te vamos a matar a vos.”
Después de un par de horas de dar vueltas por la oscuridad, la arrojaron a un zanjón mientras le repetían la amenaza. Cuando la policía la descubrió tenía espuma en la boca y los ojos desorbitados. La denuncia fue presentada ante la fiscal de Junín Silvia Emácora. Ahora, la gente se plantea realizar una marcha de reclamo de justicia.