EL PAíS
Tras la pelea del PJ el Gobierno no tiene urgencias
Hoy podría haber una reunión entre Kirchner y Duhalde. Los kirchneristas no echarán más leña al fuego, pero no parecen desesperados por la situación.
Por Fernando Cibeira
La crisis del PJ podría encontrar hoy una salida si, como se rumoreaba anoche, el presidente Néstor Kirchner se reúne con Eduardo Duhalde para llegar a un acuerdo acerca de cómo reorganizar la cúpula partidaria, ahora diezmada por las renuncias. En principio, ayer se notó el aislamiento en el que quedó el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, quien calificó como “incomprensibles” las dimisiones de los gobernadores a los cargos partidarios para los que fueron designados en el congreso de Parque Norte del viernes pasado. El electo presidente del PJ, el jujeño Eduardo Fellner, todavía mantiene su renuncia en suspenso a la espera de una decisión de Kirchner.
El Gobierno dejó la validez del congreso del viernes pasado pendiendo de un hilo al forzar una seguidilla de renuncias de gobernadores a los cargos para los que habían sido elegidos. El mismo viernes renunciaron el santacruceño Sergio Acevedo y el chubutense Mario Das Neves a dos secretarías partidarias. El sábado, luego de recibir las sugerencias de la Rosada, los siguieron el bonaerense Felipe Solá –que era uno de los vicepresidentes–, el entrerriano Jorge Busti, el tucumano Jorge Alperovich y en la misma lista están anotados el sanjuanino José Luis Gioja y el formoseño Gildo Insfrán. Serían siete gobernadores que desconocerían lo resuelto por el organismo partidario, lo que convertiría el congreso en un chiste.
Kirchner pasó el día de ayer en Olivos reunido con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal Fernández. El tema principal de discusión era la intervención federal a Santiago del Estero, pero también se habló de lo partidario. Además, los dos problemas están relacionados. “Hay un PJ que está perimido y con el que queremos terminar: es el PJ de los Juárez, de Barrionuevo y del menemismo, del que ahora De la Sota es el vocero”, definía ayer un hombre muy cercano al Presidente.
Aunque la crisis se hizo notoria y no le quedó más remedio que salir a hablar, en la Rosada insistieron en indicar que los problemas partidarios no desvelan al Gobierno. “Lo importante es el apoyo de la gente”, sostuvo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Según la visión del entorno de Kirchner, dada la inclinación de los congresales que el viernes se dieron cita en Parque Norte, “hubiera sido hipócrita si salíamos todos abrazados”. El amigo del Presidente agregaba: “El problema del partido no es nuestro, es de ellos. Ellos silbaron a Cristina que tiene el 80 por ciento de imagen positiva en la sociedad. Ellos son los que están a contramano de la gente”. En el entorno de Kirchner se aseguraba que no había urgencia por resolver el entorno del PJ. “De última, si no se resuelve, veremos qué pasa en las elecciones del año que viene. Ahí contamos los votos y listo”, afirmaban.
Claro que de esa forma quedan en el aire delicadas cuestiones políticas como, por ejemplo, el funcionamiento que tendrán los diputados y senadores, muchos de los cuales responden en forma directa a los gobernadores. En principio, en Gobierno sostienen que en tanto las encuestas lo sigan favoreciendo, los legisladores oficialistas no tienen espacio para oponerse a las iniciativas presidenciales. Desde el Congreso, las señales que se emitieron durante el fin de semana también fueron de alineamiento con el Ejecutivo.
En el PJ bonaerense insistían anoche con la posibilidad de un encuentro entre Kirchner y Duhalde para apurar una salida. Duhalde ha venido cumpliendo un rol pacificador dentro de la interna justicialista y sus allegados aseguran que continúa jugando a fondo en el apoyo a Kirchner. Anoche, su esposa, Hilda “Chiche” Duhalde, apareció en televisión con Mariano Grondona y se mostró más conciliadora que en su belicosa intervención en Parque Norte. Chiche dijo que coincidía con la senadora Cristina Fernández de Kirchner en la necesidad de renovar el justicialismo aunque agregó que la solución no pasaba por irse de la estructura partidaria sino por llegar a consensos por adentro. También criticó al Presidente porque “cree que no necesita” el apoyo de los legisladores peronistas en el Parlamento.
De confirmarse el encuentro entre Kirchner y Duhalde, hoy se sabría entonces cómo se resolverá la crisis con alternativas que van desde un nuevo congreso con autoridades designadas por consenso, la intervención partidaria o la convocatoria a una elección interna. Fellner se mantuvo ayer en contacto con Kirchner a la espera de una decisión. Es que si Fellner renuncia el congreso del viernes ya perdería el último vestigio de validez y el PJ quedaría acéfalo. Por eso, antes de dar las hurras, el jujeño quiere que se resuelva cómo seguirá la novela. Al fin, su designación había sido de las pocas cosas que no se habían puesto en tela de juicio.