EL PAíS
Jorge Obeid acudió a una cita en la Casa Rosada y comenzó el deshielo
El gobernador santafesino estaba “castigado” por su actitud pos congreso peronista. Ayer lo llamaron a participar de un acto que sirvió de preludio a una reunión con el Presidente.
Por Diego Schurman
Poniéndolo en términos estudiantiles, Néstor Kirchner lo llamó a dirección. Y Jorge Obeid, como alumno obediente, embarcó presto rumbo a la Casa de Gobierno para escuchar la reprimenda. Sabía que en la Casa Rosada le habían hecho la cruz y no esperaba el mejor trato. Sin embargo, el gobernador santafesino salió indemne del primer encuentro con el Presidente después de la distancia que les impuso la interna peronista. “Fue un encuentro cordial, donde pude aclarar muchas cosas”, señaló finalmente el mandatario provincial sin dar mayores precisiones.
Durante las primeras horas de la mañana, Obeid alimentó especulaciones en Rosario. Muchos creyeron que el faltazo al seminario sobre autonomía municipal era para no cruzarse con el intendente Miguel Lifschitz, con quien tiene una reunión pendiente por ese tema y por un aumento de la coparticipación. No obstante, después se conocieron los verdaderos motivos: Kirchner lo había invitado a una actividad oficial a la Casa Rosada con el ministro de Educación, Daniel Filmus. El llamado, desde luego, lo había inquietado sobremanera.
En viaje a Buenos Aires, según él mismo relató, leyó el artículo de Página/12 titulado A Obeid también le hicieron la cruz. “Así que no sabía con qué me iba a encontrar”, confesó el mandatario, reconociendo la zozobra que lo acompañó los 420 kilómetros que separan Santa Fe con la Capital.
El artículo reproduce la secuencia de sus últimas decisiones políticas. Su adhesión a la solicitada de José Manuel de la Sota, que justificaba la inasistencia de un grupo de gobernadores al acto de la ESMA. Su lentitud en presentar la renuncia al cargo partidario, después del congreso de Parque Norte, cuando la orden de la Casa Rosada fue en ese sentido. Y, finalmente, su enardecida prédica reutemista.
“El peronismo está encolumnado al lado de (Carlos) Reutemann. De ahí no nos van a mover”, había dicho en la semana, dejando en claro a qué autoridad política responde. Se sabe, el senador y mandamás provincial es un enemigo declarado de la Casa Rosada. Pero Obeid no puede resignar esos gestos, ya que necesita de un paraguas político en su provincia por estratégicas razones de gobernabilidad. Y considera que ese paraguas se lo puede dar su antecesor, a quien responde la mayoría de los diputados y senadores santafesinos.
Pese a ello, fuentes del gobierno provincial aseguraron a Rosario/12 que en la reunión de ayer Kirchner no mencionó ni una vez la palabra Reutemann. Obeid reconoció que igualmente, y siempre en buen tono, se pusieron sobre la mesa todas las diferencias. “Fue absolutamente cordial, donde yo pude aclararle muchas cosas y donde él me manifestó otras relacionadas con lo que pasó en la ESMA y después en el congreso partidario de Parque Norte”, dijo, convencido de que el diferendo se había magnificado.
A Obeid nadie lo ubica en el lote de personas no gratas que abundan en la agenda de Kirchner. No lo equiparan con De la Sota o el sindicalista Luis Barrionuevo. Pero como coletazo del congreso peronista en la Rosada le habían puesto algunas amonestaciones. Un alto funcionario del gobierno nacional lo calificó, literalmente, como “amigo castigado”.
Al parecer, ayer se empezó a flexibilizar la relación, ya que Obeid habría acordado con Kirchner una nueva reunión, esta vez para hablar de la coparticipación federal, sobre la que el santafesino ya planteó algunas objeciones respecto del borrador oficial.
Nadie puso reparos para que Obeid y Kirchner volvieran a verse la cara, ni siquiera Alberto Fernández, quien saludó secamente al gobernador. Se sabe, el jefe de Gabinete y el mandatario provincial no son precisamente buenos amigos.