EL PAíS
Entre hoy y mañana, el Presidente Kirchner volverá a atender en Olivos
La senadora Cristina Fernández de Kirchner dio ayer dos conferencias de prensa para informar sobre la salud de su esposo. Dijo que estuvo “preocupada”, pero que ya “todos los temas están controlados”.
Con dos conferencias de prensa de la senadora Cristina Fernández de Kirchner y las dos habituales del médico presidencial, Luis Buonomo, el Gobierno respondió ayer a las críticas recibidas en los últimos días por la poca información brindada acerca del estado de salud del presidente Néstor Kirchner, quien permanece internado desde el viernes en Río Gallegos, afectado de gastroduodenitis aguda. Buonomo contó que la recuperación continúa a un ritmo normal y confirmó que el Presidente saldrá del hospital entre hoy o mañana. Lo que es seguro es que mañana estará activo en la quinta de Olivos, porque algunos funcionarios ya fueron citados para trabajar. Cristina admitió que vivió momentos de “mucha preocupación” por la salud de su marido. En cambio, por lo que no está preocupada la primera ciudadana es por la gestión del Gobierno: aseguró que “todos los temas están controlados”.
Desde que surgieron los primeros rumores acerca de los problemas de salud del Presidente, el jueves pasado, el Gobierno fue muy parco a la hora de brindar información oficial, comenzando con unas quince horas de mutismo total. Ayer, Cristina Kirchner explicó que ese silencio inicial se debió a que querían esperar el resultado de los análisis para tener un cuadro de situación completo y que salir a hablar antes “hubiera sido absolutamente irresponsable”.
En la Rosada reconocían ayer que fue el propio Presidente quien dispuso que no se informara sobre su dolencia, con la creencia de que si era un problema menor tal vez podría pasar desapercibido. Y que, después, al enterarse de que necesitaba una transfusión, suero y días de internación, no quedó más remedio que hacerlo público, aunque luego de unas cuantas horas de incertidumbre. Con todo, Kirchner buscó por todos los medios quitarle importancia a su afección, por lo que ordenó que no viajaran funcionarios a visitarlo. Ni siquiera fue su vocero, Miguel Núñez.
Quien se encargó entonces de transmitir la evolución de la salud del Presidente fue su médico, a razón de dos partes diarios, uno a la mañana y otro a la tarde. Los informes de Buonomo fueron puntillosos –por ejemplo, permiten seguir a diario el estado de los glóbulos rojos del Presidente, que ayer pasaron de 32,8 a 33,1– pero se limitaron a lo estrictamente medicinal, por lo que hacía falta alguna voz política que pudiera comentar cómo seguía la marcha del Gobierno mientras Kirchner permanecía internado. Cristina Kirch-ner fue todos los días a visitar a su marido al Hospital Regional, pero hasta ayer había evitado conversar con los periodistas que montaban guardia, lo mismo que con quienes la esperaban a la salida de su casa. Incluso, la senadora utilizó diferentes vehículos e ingresó por puertas laterales para evitar las cámaras. Ante las críticas, Cristina ayer no dio una sino dos conferencias de prensa, para que todos pudieran preguntarle lo que quisieran. Así se supo de la preocupación que había tenido en las primeras horas de conocida la dolencia y que no había querido hablar porque “no tenía ganas”.
Tanto Buonomo como Cristina reconocieron la “negociación” a la que se ven obligados a diario con el Presidente para que acepte prolongar su internación. “Es un hombre difícil porque es hiperactivo, a mí me pasaría exactamente lo mismo”, contó la primera dama. Buonomo informó que todavía quedan por hacer un par de análisis –una biopsia y una videoendoscopía– y que si la evolución del Presidente sigue como hasta ahora, saldrá caminando del hospital hoy o mañana, para continuar con el tratamiento en Olivos hasta su restablecimiento total.