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“No falte. La Patria lo reclama.” Con letras negras y un fondo celeste y blanco, la convocatoria a “todas las familias argentinas” estaba firmada por el Movimiento de Unidad Nacional. El afiche que empapeló varias avenidas de la ciudad era el llamado para participar del acto que se realizó ayer en la esquina de la ESMA en homenaje a los marinos que murieron en el hundimiento del “Crucero General Belgrano” durante la guerra de Malvinas. El obispo castrense Antonio Baseo-tto, quien encabezó la misa, habló de unión y reconciliación una decena de veces. Entre las trescientas personas que lo escuchaban, curiosamente, no estaban presentes ni ex conscriptos ni familiares de las víctimas. El encuentro frente al edificio donde funcionó el mayor centro clandestino del país estuvo organizado por el almirante Miguel Angel Troitiño, arrestado el año pasado por firmar una solicitada en contra de la extradición de militares.
El grito de ¡Viva la Patria! resonó tres veces luego del sermón de Baseotto. Los señores de piloto gris –entre los que se destacaba el teniente coronel Emilio Nani, que devolvió la condecoración por Malvinas– y las mujeres de tapado de piel que promediaban los setenta asentían cada vez que el obispo castrense repetía desde el escenario la necesaria “reconciliación para superar cuanto nos divide en nuestra patria”. “En mis años de vida nunca sentí el alma argentina al unísono como cuando vivíamos la gesta de las Malvinas”, recordó acerca del momento en que los jefes de la dictadura enviaron a inexpertos soldados a una guerra desigual.
El 22 de abril el diario Infobae publicó que Aunar y Argentinos por la Memoria Completa, dos organizaciones integradas por civiles, militares y familiares “que piden una revisión del pasado en ambos sentidos”, convocaban a una misa donde harían “pública su crítica al acto realizado el 24 de marzo en la ESMA y a los destrozos ocurridos en el edificio al finalizar ese acto”. Si bien ayer no se habló en ningún momento acerca de la jornada en la que el presidente Néstor Kirchner anunció la creación del Museo de la Memoria, sí estuvieron presentes integrantes de ambas agrupaciones relacionadas con el Movimiento de Unión Nacional (MUN) que encabeza el almirante Troitiño y vinculadas con quienes suelen enviar amenazas electrónicas a periodistas y a integrantes de organismos de derechos humanos, según la investigación que publicó ayer Página/12.
“Llevemos la mirada hacia el pasado para rescatar conductas y ejemplos que inspiren al proceder correcto en estos duros momentos de la patria”, dijo frente al micrófono Mónica Rodríguez. La integrante del MUN fue la encargada de leer el texto, probablemente escrito por Troitiño, en el que se destacó que “para afianzar una justicia verdaderamente imparcial pedimos que todos los argentinos con honestidad busquemos la verdad completa, para que la responsabilidad de todos sea ventilada y evaluada en la conciencia de todos los ciudadanos”.
El organizador de la misa es uno de los militares que fueron arrestados durante una semana el año pasado, por impulsar una solicitada en contra de la extradición de militares a España, en nombre de la “soberanía nacional, las leyes y la Constitución”. Siguiendo la vocación ma-sserista, Troitiño también intentó lanzarse a la política, fundando un partido que, cuando después de un año logró juntar las adhesiones para legalizar su candidatura, incluyó en su plataforma que “muchos desaparecidos están en México... o disfrutando de buena música en algún lugar del mundo”.
Cuando terminó la ceremonia muchos de los presentes se acercaron a Troitiño para saludarlo amistosamente. Entre los abrazos y agradecimientos, un señor de traje y bigotes pensó en voz alta y enojado: “Qué distinto está el país ahora. A este acto le faltó algo...”. “Lamentablemente –le respondió otro– con Kirchner nada es lo mismo.”

Informe: Martina Noailles.