EL PAíS › AIELLO NEGO SER EL PAGADOR DE SOBRESUELDOS DEL MENEMISMO
La comedia de los sobres en negro
En el juicio a María Julia declaró el ex funcionario acusado de pagar sobresueldos y negó todo. Su secretaria lo contradijo.
Por Irina Hauser
Hasta los propios jueces estaban tentados de risa. Con un relato caótico y lleno de anécdotas ajenas al tema por el que lo convocaban, Rodolfo Aiello negó ser el pagador de los sobresueldos en el menemismo, como lo habían señalado otros testigos en el juicio contra María Julia Alsogaray. Habló de los primeros actos de campaña de Carlos Menem, del reciente secuestro express que sufrió su mujer y saltó a que en su rol en la Jefatura de Gabinete nunca recibía a emisarios de ex ministros. Minutos antes, sin embargo, su ex secretaria Dora Di Pasquo decía lo contrario: que ella le concertaba las entrevistas con, al menos, los secretarios de Raúl Granillo Ocampo, Alberto Mazza y Claudia Bello. Al final del interrogatorio el testigo quedó demorado y se descompuso. El Tribunal Oral 4 estudia si lo someterá a un careo. Por ahora, tal como quedaron sus dichos, complicó a la ingeniera. La audiencia se reanuda el jueves.
Aiello no sabía si quedarse parado, sentarse o qué hacer. Al comienzo parecía empeñado en mostrarle al tribunal una carpeta sobre su carrera y en explicar con lujo de detalles todas las categorías que tuvo hasta convertirse en 1995 en auxiliar de Recursos Humanos de la Jefatura de Gabinete. Los jueces no sabían cómo pararlo. “Está bien, no viene al caso”, le decía irritado el presidente del tribunal, Horacio Vaccare. “Estoy con medicación psiquiátrica y cardíaca”, aclaró Aiello, menudo, de 49 años y anteojos. María Julia, a un costado, contemplaba más seria de lo habitual, con un traje de saco azul y pantalones rojos.
Fue el ex secretario privado de Granillo Ocampo en el Ministerio de Justicia, Roberto Martínez Medina, el primero en decir hace dos jueves que Aiello le entregó todos los meses, durante más de dos años, una carpeta con 50 mil pesos de sobresueldo para su jefe. En su testimonio en el juicio que se sigue contra Alsogaray, contó que iba a cobrar a la Jefatura de Gabinete y que allí se encontraba con secretarios de otros ex ministros que iban a lo mismo: los de Alberto Mazza, Claudia Bello, Víctor Alderete y María Julia. Su declaración llevó a que el tribunal pidiera nuevas declaraciones y a que se abriera otra causa penal para los pagos en negro. “Es todo una sarta de mentiras”, disparó ayer Aiello. Contó que a Martínez Medina lo conocía de los actos de Menem y lo describió como “locutor, chofer y porrista”. Lo acusó de pedirle favores para incluir a conocidos en planes de vivienda y negó haberle entregado sobres con dinero para Granillo. A Enrique Kaplan, ex colaborador de María Julia a quien ella decía mandar a retirar los fondos reservados, aseguró que lo conocía de cuando trabajaban en la Secretaría General de la Presidencia. “Tenía la deferencia de venir a saludarme por el Día del Amigo o las Pascuas”, dijo. Igual insistió en que no acostumbraba recibir a ninguno de ellos en la Jefatura de Gabinete. Esto no es bueno para Alsogaray, quien sostiene que sus colaboradores iban a buscar allí gastos reservados para ella.
En un relato desordenado que se perdía en pequeños sucesos y fechas imprecisas, Aiello dijo que tardó en enterarse de lo que Martínez Medina había dicho sobre él porque se lo “ocultaron”, ya que su mujer había sido víctima de un secuestro de tres horas en la estación San Isidro del Tren de la Costa que motivó su salida y la de sus familiares del país. “Recién me enteré de esto el jueves próximo pasado cuando mi familia política viajó a Uruguay y convenció a mi mujer para que yo venga a decir lo que sé”, dijo, confuso. “Nunca tuve acceso ni por encargo ni por radiopasillo ni en fondos presupuestarios ni no presupuestarios”, volvió a la carga. “En mi despacho no tenía caja fuerte”, afirmó. También dijo que su jefe era el arquitecto Jorge Ramos, procesado ayer por una coima.
Los comentarios de Aiello despertaron una mezcla de sonrisas y tensión en la sala y la jueza María Cristina Sanmartino, en una actitud inusual, le advirtió que un rato antes había ido a declarar su ex secretaria, que lo contradecía en varias cuestiones.
“Dorita”, una señora de pelo planchado rubión hasta el hombro que llegó con el paraguas bajo el brazo, contó que Aiello había sido su jefe. Dijo que solían ir a verlo durante los primeros quince días del mes algunos secretarios de ex ministros, entre los que mencionó, en coincidencia con Martínez Medina, a Mazza, Bello y Granillo. “Eran unos cuantos”, acotó. “Yo los citaba cuando me daban la orden, aunque yo trabajaba a la mañana y la mayoría iba en el turno tarde”, explicó. “Yo los hacía pasar”, añadió, “pero no puedo saber lo que hacían adentro”. Aiello, describió la mujer, “era muy reservado”, aunque dijo que sí tenía una caja fuerte en su oficina. De todos modos, recordó, “en esa época había versiones por todas partes de que se repartían sobresueldos, pero yo no lo vi”.
Así las cosas, el testimonio de Aiello se volvió dudoso para el tribunal, que pidió dejarlo demorado mientras resolvían qué hacer. En el ínterin, el ex funcionario se descompuso y entró en una crisis de nervios. Lo tuvo que atender el SAME. Los jueces Vaccare, Sanmartino y Leopoldo Bruglia dispusieron un cuarto intermedio hasta el jueves, mientras resuelven si carean a Aiello con Dora y con Martínez Medina.