EL PAíS › VILMA IBARRA, SENADORA PORTEÑA
“Cuando se repite mucho que hay que poner orden se están pidiendo palos”
La hermana del jefe de Gobierno porteño considera “saldadas” las diferencias con la Casa Rosada y no tiene dudas sobre el camino hacia el 2005. Dice que hizo una agenda de trabajo con Ibarra para recorrer el interior y construir un espacio progresista, y que hay que concentrarse en la calidad de gestión.
Por Santiago Rodríguez
Vilma Ibarra asegura no tener dudas acerca de cuál es la opción política que el sector que encabeza su hermano Aníbal tiene para el 2005. Y por el énfasis con que lo dice, parece de verdad no tenerlas. “Con los sectores que se identifican como kirchneristas o van a defender las principales cuestiones de agenda de la política nacional debemos lograr acuerdos”, sostiene la legisladora. Y advierte también que “hacer un partido entre diez no tiene el menor sentido. Para eso existen el Frente Grande y un montón de partidos que como instrumentos jurídicos uno puede utilizar”. Frente a aquellos que consideran que hoy está más cerca del kirchnerismo que del ibarrismo, Vilma ratifica que como siempre está trabajando con Aníbal y aporta un dato para corroborarlo: revela que “hicimos una agenda de trabajo para los próximos meses con vocación de empezar a recorrer juntos algunas provincias” y explica que el objetivo es “articular el espacio de centroizquierda”.
–¿Se terminaron los escarceos entre ibarrismo y kirchnerismo?
–Lo que hubo fueron tironeos entre segundas y terceras líneas, pero tanto Aníbal como Alberto Fernández tienen una visión estratégica común en lo que hace a los principales temas de agenda de la política nacional, en los temas interjurisdiccionales entre Nación y ciudad, y en la necesidad de que Aníbal haga una muy buena gestión.
–Los tironeos habrán sido entre segundas y terceras líneas, pero Ibarra y Fernández se sumaron a ellos o cuanto menos quedaron involucrados.
–Quedaron involucrados y se sobredimensionaron muchos temas que habían sido errores políticos, pero en definitiva están saldados.
–¿Cuáles son los errores políticos a los que se refiere?
–A veces se sobredimensionan disputas menores. Los errores políticos se cometen cuando por disputas de espacio, por problemas de interlocución, por dificultades para encontrar consensos, uno empieza a sobredimensionar temas que no están en la agenda de la gente. La gente nos elige para gobernar. Roces por espacios siempre hay en la política, pero el problema es cuando los funcionarios, legisladores o quienes sean que están encargados de estas cosas sobredimensionan temas.
–Usted dice que Ibarra y Fernández saldaron las disputas en función de una visión estratégica que ambos comparten. ¿Cuáles son los temas de la agenda política que tienen en común?
–La Argentina está en un proceso difícil; venimos de una época muy complicada. Salimos de un 19 y 20 de diciembre de 2001 con muertos, con crisis institucional, política, económica y social en un país que sigue teniendo el 50 por ciento de la población bajo la línea de pobreza, con alto nivel de indigencia y con enormes problemas de desocupación. Eso trae aparejados problemas de protesta social, algunos sectores que operan sobre esto y se montan sobre el tema para tratar de debilitar una agenda de transformación y de cambio. Hay también una percepción de inseguridad, tenemos debates políticos importantes de cara a la renegociación de la deuda y a la responsabilidad fiscal que van a tener las provincias y la ciudad; hay un montón de temas que son importantísimos y en los que tenemos que lograr consensos y demostrar que uno está para poner esos temas como eje principal del accionar político.
–A propósito de la protesta social, ¿qué opina de los piqueteros?
–Cuando se repite demasiado que hay que poner orden o frases como el monopolio de la fuerza en poder del Estado, para qué está la policía y hay que hacer cumplir la ley, se mezclan un montón de cosas que parecen justas, pero en definitiva lo que se está pidiendo son palos y garrotes. Si bien es cierto que hay metodologías muy criticables que efectivamente y con razón irritan al ciudadano que está peleando su sueldo y con un montón de problemas, esto tiene una base, que es un país con la mitad de su población bajo la línea de pobreza que legitima un margen de protestasocial, aun cuando no sean hoy los sectores piqueteros los que están representando política y organizacionalmente a esa mayoría. Debemos ser capaces de plantear que la salida es aislar a los violentos y a quienes quieren montarse sobre esto para imponer un espacio democrático mucho más restringido y poner en debate cómo se baja la desocupación y se redistribuye el ingreso. Esos dos temas están entre los debes de un Gobierno que tiene una agenda muy amplia y compleja.
–¿Cómo debe posicionarse ante el Gobierno el espacio que encabeza Ibarra?
–Este es un espacio que tiene un eje importante en la ciudad de Buenos Aires, pero que también hay que construirlo porque está muy fragmentado. Para definirlo sería el espacio del centro al centroizquierda, progresista, aliado al Gobierno y a las principales políticas de Estado y ejes de transformación que ha planteado. El oficialismo es el justicialismo con sus propios debates internos. Nosotros estamos dispuestos y acompañamos al Gobierno porque entendemos que es una bisagra en el proceso de la Argentina. No es menor haber empezado un período en el que se fue por la renovación de una Corte Suprema, como tampoco poner la política de derechos humanos como política de Estado y pensar en una renegociación de la deuda a largo plazo con una quita tan alta.
–Sin hablar puntualmente de candidaturas, ¿cuál es la opción para el 2005: el kirchnerismo, el ARI, un partido propio?
–No dudo en esto: con los sectores que se identifican como kirchneristas o van a defender las principales cuestiones de agenda de la política nacional debemos lograr acuerdos. Esto está claramente definido: vamos a ser un sector aliado al Gobierno en tanto se mantengan estas posiciones de transformación y de cambio en la Argentina. En el caso del ARI buscaremos conversaciones y de hecho trabajamos con sectores importantes del ARI en la ciudad y también a nivel nacional, pero no vamos a ir a una oposición cerrada e intransigente que no parece razonable.
–¿Se refiere concretamente a Elisa Carrió?
–Sí, sí. Tengo la impresión de que la oposición es demasiado cerrada y se escucha poco sobre lo positivo que el Gobierno ha puesto en la agenda.
–¿No está entonces de acuerdo en fortalecer un partido propio?
–Los partidos políticos tienen que expresar un camino; uno no arma un aparatito para ir a juntar dos concejales. Eso es un enorme error de la política y no me anoto en esas carreras. Uno puede tener una fuerza política, pero tiene que ser la culminación de un proceso de articulación. La verdad que hacer un partido entre diez no tiene el menor sentido. Para eso existen el Frente Grande y un montón de partidos que como instrumentos jurídicos uno puede utilizar.
–¿Cómo le cae que haya quienes digan que hoy está más cerca del kirchnerismo, de Alberto Fernández, que de su propio hermano?
–Vengo de almorzar con Aníbal. Nos hicimos una agenda de trabajo para los próximos meses con vocación de empezar a recorrer juntos algunas provincias y lugares donde tenemos encuentros con intendentes que tienen vocación de armar este espacio. Con Aníbal trabajo permanentemente, aunque por suerte también discutimos a veces porque somos dos personas pensantes, con vocación de construir y de respetarnos y porque somos hermanos. Pero básicamente tenemos coincidencias que nos encontraron trabajando juntos en su primer mandato, en la reelección de él, en mi trabajo legislativo. Estamos trabajando en conjunto para la construcción de este espacio y efectivamente estoy armando una agenda para encararla con Aníbal.
–¿Y cuando discuten, cuáles son las discrepancias?
–Podemos discutir metodologías, interlocutores, la forma de construcción de este espacio, porque no es sencillo. El centroizquierda ha sido siempre un sector que ha tenido más vocación por el discurso que por la acción.
–¿Está conforme con el modo en que su hermano se ha venido moviendo políticamente en estos últimos meses?
–Aníbal ha tenido buenos posicionamientos políticos en general. El armado no es fácil; probablemente no sea su mayor vocación y me parece bien porque se tiene que dedicar a gestionar.
–¿Qué fue lo que acordaron en cuanto a empezar a recorrer el país?
–Hablamos de caminar algunas provincias porque tenemos conversaciones con muchos intendentes y queremos empezar a articular el espacio de centroizquierda. Hay muchos legisladores provinciales y sectores de las fuerzas vivas propias de cada localidad que están todas dispersas. Alguien tiene que cargarse el trabajo de articular y encontrar consensos para ir haciendo una fuerza que integre a estos sectores. Aníbal está en condiciones inmejorables de hacerlo por su perfil, por haber logrado validarse en las urnas en un distrito tan importante, por su trayectoria política, por su decencia en la gestión, porque en el peor momento de la crisis privilegió lo social y por su actual posicionamiento político.
–Usted da por hecho que en el futuro va a estar también con su hermano, ¿cuál es el futuro de Aníbal Ibarra?
–Va a depender de su gestión y su proyección nacional. Si él se pusiera una ambición personal previa, cometería un error. Aníbal no está en ese proceso, sino en el de generar un espacio que lo tenga como referencia. Ahí sí va a ser un protagonista central de los próximos años porque en este sector no hay dirigentes de la talla de Aníbal para representarlo.