EL PAíS
Kirchner dijo que verá a Duhalde pero que no tiene nada que aclarar
El Presidente trató de minimizar la confrontación con el ex, dijo que hoy lo verá en el encuentro de Iguazú pero no habrá cumbre. Duhalde ya está en Misiones por la reunión del Mercosur.
Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde coincidieron ayer en que no hay que quitar protagonismo a la cumbre del Mercosur, y por lo tanto echaron por tierra la posibilidad de mantener hoy un encuentro privado en Puerto Iguazú. De todos modos, a través de llamados al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ex presidente logró que el Gobierno bajara el tono de la disputa que lo tiene de protagonista junto a su sucesor. Y hasta el propio Kirchner minimizó el tema a punto tal de negar una “pelea” y por lo tanto cualquier especulación de “tensión política” con el duhaldismo.
“Con Duhalde no hay nada que aclarar, obviamente nos encontraremos en la reunión del Mercosur porque tenemos muchos temas que trabajar al igual que con todos los presidentes de la región”, dijo Kirchner ayer en Rosario, dando a entender que no habrá una reunión privada.
Cuando fue consultado sobre si la polémica con Duhalde se debía a las candidaturas para los comicios de 2005, el Presidente volvió a bajar el tono: “No estoy peleando con nadie, yo trabajo y trato de decir lo que pienso”. Sonó evasivo, teniendo en cuenta el nivel de confrontación que alcanzó con su antecesor a principios de junio.
Pese a ello, cada uno a su manera, detallaron ayer un agenda atiborrada de compromisos, que los mantendrá ocupados durante la cumbre del Mercosur, que se desarrollará entre hoy y mañana en Misiones. Para evitar suspicacias sobre encuentros secretos –o más bien confirmar el distanciamiento con Kirchner–, Duhalde llegó ayer a la provincia mesopotámica y no en el Tango 01, que recién transportará hoy al Presidente. A lo largo de esta jornada mantendrá una reunión preparatoria con los ministros de Relaciones Exteriores, de Economía y los secretarios de Relaciones Comerciales de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. El ex mandatario presentará luego un informe de su gestión como presidente del la Comisión Permanente de Representantes del Mercosur.
Kirchner, por su parte, compartirá encuentros con sus pares y no se le pasa ni remotamente por su cabeza la posibilidad de hablar con Duhalde en privado. “El gobierno nacional tiene por delante cosas más serias que hacer”, advirtió ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, dejando únicamente abierta la posibilidad de un encuentro ante la eventualidad de un “espacio en blanco” que al parecer nadie se va a hacer.
Ayer, Duhalde evitó todo contacto con la prensa y se refugió en el silencio. Sólo hablaron algunos de sus habituales colaboradores y el diputado Alfredo Atanasof, a quien el Gobierno hizo blanco de sus críticas cuando buscaba pegarle indirectamente al ex presidente. Lo cierto es que ninguno de ellos cree que Puerto Iguazú, desde hoy un escenario internacional por excelencia, sea el mejor lugar para limar asperezas por asuntos domésticos.
Claro que eso no evitará que se vean las caras. Hasta ahora hay programado un desayuno de trabajo para mañana, del que participarán los presidentes del Mercosur, además de los de Chile, Bolivia y Perú, los cancilleres y los coordinadores del Grupo del Mercado Común. Nadie cree que allí haya espacio para otra cosa que no sea el tema para el que han sido convocados. Pero como Kirchner y Duhalde compartirán alojamiento en el Iguazú Grand Hotel, nadie se animó a descartar de plano la posibilidad de algún cruce de palabras.
Más allá de los conocidos tironeos, desde hace dos semanas que la pelea refleja una curva descendente. Y la mejor muestra de ello son las expresiones del subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, sobre Duhalde, al fin enemigos declarados. “Nunca hubo conflicto porque, si hubiera conflicto no sería representante argentino en el Mercosur”, exageró el funcionario oficial la orden de Kirchner sobre la descripción del estado de situación. Es más, en medio de la pelea con Duhalde, justamente desde la Casa Rosada se especuló con la posibilidad de quitarle al ex presidente el cargo internacional, tal como informó Página/12. “Entre un funcionario que está representando al gobierno argentino en foros internacionales y el Presidente no hay conflicto posible porque si hay conflicto deja de representarlo”, siguió Kunkel con la misma lógica.