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La flamante designación del comisario mayor Néstor Valleca ya generó controversias. Ayer, la Correpi denunció que el nuevo jefe de la Federal encabezó el operativo que derivó en la represión de los participantes de un escrache al ex represor Miguel Etchecolatz en 1998. Fuentes del Gobierno, sin embargo, se encargaron de desmentir la acusación: “El comisario Valleca fue completamente ajeno” (a aquella represión). “En la causa consta la filmación que lo prueba”, indicaron a este diario. Entre tanto, Gustavo Palmieri, del CELS, sumó otro cuestionamiento a Valleca: recordó que lideró la comisión encargada de investigar la actuación policial en la represión del 20 de diciembre de 2001. “A la Justicia no le entregó ningún informe. Y tampoco se conoció que por esa investigación haya sido exonerado algún efectivo de la Federal”, objetó.
Por la mañana, el ministro Gustavo Beliz dijo que el presidente Kirchner conocía la acusación de la Correpi contra Valleca, pero “no le pareció relevante” a la hora de nombrarlo porque, “más allá de la imputación”, no “había una fehaciente comprobación de su responsabilidad” en aquellos hechos.
Valleca era titular de la Comisaría 19ª en septiembre de 1998 cuando la agrupación HIJOS convocó a un escrache frente al domicilio de Etchecolatz, en Pueyrredón, entre Córdoba y Paraguay. “Estaban todos los patrulleros de la 19ª y él era el jefe del operativo. Yo estuve ahí y sé que personal de la 19ª tiró gases”, dijo a Página/12 María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi. El edificio en el que vive quien fuera la mano derecha del general Ramón Camps durante la última dictadura militar estuvo fuertemente protegido por un vallado y unos 60 uniformados, de acuerdo con las crónicas periodísticas. Según surge del expediente judicial que investigó los hechos, la 19ª había previsto que “tres brigadas de video” filmaran a los manifestantes. Del escrache participaron alrededor de 3000 personas. Pero la convocatoria terminó con graves incidentes. “Nos empezaron a arrojar cosas del edificio. Y decidimos desconcentrarnos por la calle Paraguay hacia Callao. Hubo algunos que tiraron piedras a la policía. Y ahí la Federal empezó a reprimir, con gases y balas de goma”, aseguró anoche a este diario Carlos Pisoni, de HIJOS. La versión de Balcarce 50 es distinta: fuentes del Gobierno aseguraron a Página/12 que en ese primer tramo de la manifestación, que estaba bajo el control de Valleca, “no existió represión”. Incluso, agregaron: “Una hora después de finalizado el acto, el comisario Valleca caminó tres cuadras por detrás para verificar eventuales daños que pudieran surgir de la marcha”. Las crónicas del día siguiente tampoco mencionaron la existencia de incidentes en esa ocasión.
Según recordaron Verdú y Pisoni y coincidió el Gobierno, al desconcentrarse los manifestantes se dirigieron para la zona de las Facultades, donde se produjo una brutal represión.
“En ese momento –indicó la fuente del Gobierno– el cuidado era manejado por la Dirección de Orden Urbano, fuera del ámbito ya de la comisaría 19ª.”
Aquella violenta represión dentro de la Facultad de Ciencias Sociales derivó en una causa iniciada por la casa de altos estudios que tramita en el juzgado federal a cargo de Romilda Servini de Cubría. En el marco de ese expediente se investiga las lesiones que sufrió el alumno Julio César Forlino, que perdió parte de la visión. “Le saltó una esquirla al ojo cuando se rompieron vidrios para poder respirar por la gran cantidad de gases lacrimógenos que ferozmente arrojó la policía dentro de la Facultad”, señaló Verdú, que patrocina legalmente al estudiante. La abogada de la Correpi admitió que en esta causa no está imputado Valleca. Sí, en cambio, están en esa situación 24 uniformados de la Dirección de Orden Urbano de la Federal, que fueron identificados como participantes de la represión en Sociales.
Por la represión denunciada en los alrededores del edificio de Etchecolatz –donde estaba a cargo del operativo la Comisaría 19ª dirigida por Valleca– se abrió otra causa, pero fue archivada.