EL MUNDO › INTENTARAN LA EXTRADICION DE ABU HAMZA A EE.UU.
Juicio al hombre de la bolsa
Un musulmán con garfio de pirata es juzgado en Londres por pedido de Washington.
Por Marcelo Justo
Página/12
en Gran Bretaña
Desde Londres
Tuerto, manco, con un vistoso garfio de pirata que debió quitarse por “razones de seguridad”, el jeque Abu Hamza asistió impasible al inicio ayer del proceso de extradición a Estados Unidos en una corte adyacente a la cárcel de máxima seguridad de Belmash en el sur de Londres. En representación del gobierno de George W. Bush, el fiscal James Lewis acusó a Abu Hamza de “formar parte de una conspiración global para llevar adelante una guerra santa contra Estados Unidos y otros países”.
El fiscal indicó que el jeque asesoró a un grupo terrorista en Yemen, sostuvo contactos con un alto dirigente de los talibanes y llevó adelante una campaña de “violencia y odio” contra Estados Unidos. Lewis presentó una carta que Abu Hamza escribió a un alto miembro del gobierno talibán en Afganistán presentándole a un potencial miembro de la Jihad. “Constantemente ha alentado la violencia y el odio contra Estados Unidos”, señaló Lewis, añadiendo que el jeque llamaba al país “United Snares of America” (Trampas Unidas de América).
Abu Hamza fue detenido el pasado 27 de mayo en un operativo en horas de la madrugada, que contaba con la obvia aprobación del gobierno estadounidense. Estados Unidos solicitó su extradición por 11 cargos de terrorismo y vinculación directa con Al-Qaida. Pero la extradición de Abu Hamza no será fácil. El abogado defensor del jeque, Ed Fitzgerald, alertó a la corte que su cliente no obtendría un juicio justo en Estados Unidos por el prejuicio público que existe en su contra. Fitzgerald descartó uno a uno los argumentos de la fiscalía. Señaló que la confesión comprometedora de uno de los testigos fue obtenida por medio de “tortura o tratamiento degradante” en la base de Guantánamo. El letrado añadió que la policía británica había investigado a Abu Hamza en 1989 por su supuesta participación en el secuestro de 16 turistas en Yemen, que dejó un saldo de cuatro turistas muertos, y no le había formulado cargo alguno. La defensa tiene otros ases en la manga. Según la ley británica y europea, para poder extraditarlo, el gobierno de Tony Blair debe solicitar a su aliado estadounidense que no aplique la pena de muerte. El ministro del Interior, David Blunkett, aseguró recientemente que tiene un acuerdo con Estados Unidos al respecto. “El acuerdo es que en un caso de extradición ellos pueden hallar culpable a la persona, pueden sentenciarla a muerte, pero jamás ejecutarán la sentencia”, indicó Blunkett. Pero no es claro que la corte acepte una garantía de palabra que parece violar la ley.
Otras dos reglas de oro para que la Justicia británica pueda fallar a favor es que el país al que se extradita, garantice un juicio justo y la vigencia de los derechos humanos del extraditado. Además de alegar ayer que había un claro prejuicio en contra del jeque, la defensa puede citar los casos de Guantánamo y de la prisión de Abu Ghraib en Irak para demostrar que Abu Hamza puede sufrir “tortura o trato degradante” si es extraditado. A pesar de que el caso de Abu Hamza ingresó por el llamado “canal rápido” para acusaciones de terrorismo, los procesos de extradición son notoriamente largos. El más famoso en Gran Bretaña de los últimos años, el de Augusto Pinochet, fracasó después de 16 meses de peripecias judiciales. El juez señaló que la próxima sesión será el 19 de octubre. En la mira de Estados Unidos desde hace tiempo, Abu Hamza es uno de los predicadores musulmanes más radicalizados del Reino Unido. El jeque reivindicó abiertamente los atentados del 11 de septiembre y calificó a Osama bin Laden como “un buen hombre, querido en todo el mundo musulmán”. Pero el jeque consiguió eludir la dacroniana ley antiterrorista porque se naturalizó británico al casarse con Valerie Fleming en 1981.