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Admitió que se sintió molesto por la encendida crítica que Juan Carlos Blumberg le profirió frente al Congreso. Pero el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, aseguró ante los micrófonos que “su obligación no es molestarse sino hablar con él”, mientras un puñado de manifestantes con velas aún gritaba en la vereda el apellido del padre de Axel. Y así lo hizo durante una hora y media en la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en una reunión en la que la cúpula bonaerense le explicó al ingeniero Blumberg que la mayoría de sus demandas ya están en marcha y que las nuevas no le parecen “demasiado exorbitantes”. “Tiene una carga personal, por eso a solas le pedí que recapacitara porque creo que lo que más le molesta es el tema (María del Carmen) Falbo”, explicó Solá. Blumberg se mostró mucho menos beligerante que desde el palco.
El gobernador, que se presentó en conferencia de prensa acompañado por el ministro de Justicia, Eduardo Di Rocco, y el jefe de Gabinete, Florencio Randazzo, dijo que le “aclararon” a Blumberg todo lo referido a sus cuestionamientos hacia la procuradora general de la provincia, María del Carmen Falbo. “Ha quedado como una herida”, agregó el mandatario.
La tercera marcha de Blumberg había terminado en las puertas de la casa provincial, en Callao al 200, con el protagonista ingresando para reunirse con las autoridades. Durante la extensa reunión, el ministro de Seguridad, León Arslanian, quien prefirió el bajo perfil ante las cámaras en la conferencia, le entregó una carta al padre de Axel que “ilustra acerca de las actividades llevadas a cabo” por su cartera desde la primera marcha hasta la actualidad. Esos mismos items fueron enumerados por Solá ante los periodistas.
“Mi necesidad era dar la cara frente a una nueva manifestación por el tema seguridad convocada por el ingeniero Blumberg”, arrancó el gobernador. “Estamos armando una nueva policía, hay ocho nuevas leyes, las comisarías son inspeccionadas por oficiales retirados, sacamos de allí a 2900 presos”, enumeró. Solá indicó que le dieron explicaciones a Blumberg sobre las “cajas” de las comisarías y los métodos de bajas y ascensos en la fuerza policial. “Estamos seleccionando a 250 personas para poner en marcha el método 911, que estará listo en 4 o 5 meses y permitirá que civiles atiendan las llamadas para enviar patrulleros, no tenemos el FBI a nivel nacional, pero sí una mesa de inteligencia policial que reúne información incluso de expedientes judiciales para determinar individuos peligrosos, hemos intervenido el Servicio Penitenciario y echamos a 82 jefes, los patrimonios de los funcionarios están en Internet”, describió Solá, ya a esa altura apoyado en la lectura del resumen de Arslanian. “Coincidimos con buena parte de las demandas, que no nos parecen exorbitantes, y estamos dispuestos a discutir el juicio por jurados”, completó pasando revista a casi todos los puntos del nuevo petitorio Blumberg. En el texto redactado por el ministro de Justicia puede leerse como “resultados” el desbaratamiento de 17 organizaciones criminales, la reducción notable de la cantidad de homicidios y las cifras actualizadas sobre cantidad de armas secuestradas, procedimientos y detenciones.
“¿Esta marcha desestabiliza su gobierno?”, exageró una cronista. “No, es sólo clamor y algunos gritos hostiles, pero vine para acá preparado para esto”, respondió Solá. El ingeniero ya había abandonado la Casa de la Provincia, mientras el gobernador seguía haciendo declaraciones y aseguró que “Blumberg se equivoca en criticar las purgas policiales, porque lo que hicimos es echar a los policías que tenían procesos penales”.
Minutos antes, cuando le llegó su turno al micrófono, el ingeniero fue escueto. “Desde la Fundación Axel vamos a apoyar al gobernador y a sus ministros para que haya una policía que respetemos y justicia para todos”. Y partió raudo hacia los estudios de Todo Noticias, donde lo esperaba Nelson Castro.