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El juez federal Juan José Galeano dijo ayer que “no fue una decisión fácil presentar la renuncia” al cargo y negó haber elegido ese camino para garantizar el cobro de una jubilación. Galeano, que el lunes formalizó una dimisión que aún no fue aceptada por el presidente Néstor Kirchner, no quiso dialogar con la prensa. Sin embargo, allegados al juez informaron que “está tranquilo con su conciencia”, ya que cree que hizo “el máximo esfuerzo, con los elementos con los que contaba” para esclarecer el atentado contra la AMIA.
Colaboradores del magistrado indicaron que Galeano desea que el fiscal Alberto Nisman, designado al frente de la Unidad Fiscal de Investigación del hecho, “tenga el suficiente brillo intelectual para llegar a algo mejor”.
El juez pidió una licencia de tres días pero, sorpresivamente, ayer se presentó a trabajar en su despacho del cuarto piso de los Tribunales Federales de Retiro. Las fuentes precisaron que se reincorporó porque pasó la tarde “firmando centenares de resoluciones y medidas”.
En relación con los cuestionamientos que viene recibiendo por las graves irregularidades detectadas en la investigación del caso AMIA, Galeano resaltó ante sus empleados que “no dedicó nueve años” a la instrucción de la causa por la voladura de la mutual judía para “inventar procedimientos” y fabricar evidencia.
Y habría manifestado, además, que todas las diligencias del proceso fueron conocidas y en algunos casos requeridas tanto por los querellantes como por la Fiscalía.
Según esas fuentes, Galeano no recibió aún la notificación de la citación de la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura, que lo espera el próximo 30 de setiembre para que realice su descargo.