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Carrió viaja en busca del “voto republicano”

Optimista por sus posibilidades como candidata a diputada por la Capital, la líder del ARI prepara el congreso partidario del 30 de octubre y viaja por el país presentando su libro. Quién piensa que la puede votar.

 Por José Natanson

Dedica su tiempo a recorrer el país presentando su libro y a cerrar los últimos detalles antes del congreso nacional del ARI, que se realizará el 30 de octubre. Piensa poco en su candidatura a diputada por la Capital en las elecciones del año que viene. Pero piensa, y cuando lo hace está convencida de que aunque falta mucho la perspectiva es buena: sin alianzas, con el ARI consolidado y confianza en que conseguirá el apoyo de lo que denomina el “voto republicano” (y que otros definen como el “voto gorila”), Elisa Carrió se prepara, casi sin hacerlo, para una campaña que asoma dura y difícil.
Por estos días Carrió prefiere concentrar sus energías en la presentación de su libro, Hacia un nuevo contrato moral, que ya va por la segunda edición. La semana pasada estuvo en Resistencia, donde visitó a su familia, y en Corrientes, donde aprovechó para pasar una tarde en la orilla del Paraná, bajo los lapachos florecidos. En los próximos días visitará Adrogué, San Nicolás y Rosario.
“Falta un año, que en la Argentina es un siglo”, dice cuando le preguntan por la campaña. Enfrascada en el libro y el instituto Hannah Arendt, sólo de vez en cuando dedica alguna reunión a hablar de una campaña que la entusiasma por tres cuestiones. La primera es que logró normalizar el ARI de la Capital. Aunque su figura tuvo desde siempre un predicamento especial en el distrito, la estructura partidaria estaba atravesada por disputas internas y deserciones, como la del ahora kirchnerista Eduardo Jozami. Hubo que encarar un arduo trabajo de negociación hasta normalizar el partido, que la semana pasada eligió a Fernando Melillo como su nuevo titular. Aunque con una estructura incipiente y chiquita, el ARI porteño será la base operativa de Carrió para la campaña del año próximo.
Esto es importante si se tiene en cuenta el segundo aspecto de su estrategia: la ex diputada ratificó en los últimos días su decisión de no avanzar en alianzas de ningún tipo en la Capital. En privado, Carrió admite que tuvo una reunión con Ricardo López Murphy en su departamento de la Avenida Santa Fe, un mes y medio atrás, a pedido del economista, y asegura que la aceptó con el único objetivo de transmitirle en persona que no había ninguna posibilidad de trabajar en un frente conjunto. “De ninguna manera”, dijo en aquel momento. Y ahora, con la versión dando vueltas, insiste con que el tema está cerrado. “No hay ninguna posibilidad. Jamás”, machaca.
Finalmente, en el ARI se entusiasman con las encuestas que ubican a Carrió en crecimiento y aseguran que puede terminar seduciendo a un universo de votantes más amplio que lo previsto. “Nos van a votar muchas mujeres, gente de centroizquierda, pero también algunos sectores de centroderecha”, pronostican, optimistas, cerca de la chaqueña. En los planes que trazan algunos dirigentes del ARI, el contrapunto con la Casa Rosada es el escenario ideal. “El Gobierno critica a Lilita, habla mal de ella, la cuestiona. Le da aire. Y eso nos conviene. La polarización con el Gobierno es lo mejor que nos podía pasar. Consolida a Carrió como líder de la oposición y la hace crecer: si no pregúntele a Macri, que tuvo que cruzar a la provincia”, agregan cerca de la chaqueña.
Mientras mira de reojo la campaña porteña, Carrió trabaja en la preparación del congreso nacional del ARI, que el 30 de octubre anunciará en un encuentro en la Capital su normalización como partido nacional, con personería reconocida en los 24 distritos. Antes, entre el 1º y el 3 de octubre, la primera plana de la fuerza se reunirá en Mar del Plata, para un seminario interno donde, además del debate sobre la realidad y la perspectiva electoral, se definirán algunas de las líneas que se discutirán el 30.
Aunque se discutirán diversos temas, la definición más importante es la del órgano de conducción partidario. Para no armar una mesa gigante e inoperante se elegirá una junta nacional de nueve miembros, entre los cuales figurarán algunos diputados nacionales, como Eduardo Macaluse, figuras representativas como Marta Maffei, jefes del ARI de diferentes distritos, como Fernando Melillo, y algunos dirigentes que no tienen cargos institucionales y se dedicarán a trabajar en la construcción del partido: Elsa “Tata” Quiroz, una ex dirigente de Ctera que pasó por el Frepaso y es amiga de Carrió, y Néstor Piedrafita, el titular del ARI de Mendoza.
A diferencia de otros partidos, el ARI no tendrá un presidente sino un secretario general, que trabajará en las cuestiones organizativas. Su nombre aún no está definido y lo más probable es que sea rotativo: alguno de los nueve integrantes de la mesa de conducción ejercerá el cargo seis meses y le pasará la posta a otro. Lo seguro es que Carrió no ocupará el lugar y dedicará su tiempo a seguir recorriendo el país en campaña.

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Carrió está de gira presentando Hacia un nuevo contrato moral y trabajando en su instituto.
 
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