EL PAíS
Bullrich y Carrió abonaron la tesis del complot contra De la Rúa
La ex ministra de Trabajo y la diputada del ARI declararon por separado ante Oyarbide y ratificaron las denuncias del ex presidente aliancista.
La ex ministra Patricia Bullrich y la diputada Elisa Carrió apoyaron ayer en la Justicia la teoría del complot que esgrime Fernando de la Rúa como causa de la caída de su gobierno. Bullrich aprovechó su declaración ante el juez federal Norberto Oyarbide para responsabilizar a enemigos históricos como el jefe de la CGT, Rodolfo Daer, y el ex presidente Raúl Alfonsín. El departamento de Alfonsín, dijo, fue el “epicentro” de las reuniones en las que se volteó el gobierno aliancista. Carrió, en cambio, no dio nombres. “Pregúnteles a quienes querían ser presidente”, respondió, enigmática. Para los investigadores los dos testimonios resultaron bastante convincentes. En tanto, el ex ministro del Interior, Ramón Mestre, también sostuvo lo del boicot en una presentación escrita. A la ya larga lista de testigos, Oyarbide decidió agregarle a esta causa dos nombres de lustre: los hermanos Carlos y Eduardo Menem. En tanto, hoy será el turno de Domingo Cavallo.
Lo de Bullrich fue lo más jugoso por los detalles. El motivo de la citación era que la ahora precandidata presidencial por su movimiento “Ahora Argentina” dijo por televisión que “creía que había habido una conspiración política” vinculada a la caída del gobierno de De la Rúa, al que ella renunció un mes antes de la debacle. Ayer Bullrich se explayó. Dijo que el primer boicot de esta historia lo sufrió ella de parte de los jefes gremiales luego de que anunciara la puesta en marcha del plan de transparencia sindical. Que entonces Daer le habría dicho “nos clavaste un puñal por la espalda” y “no vamos a parar hasta voltear al gobierno”.
Esto habría comenzado a materializarse luego de las elecciones de octubre. A partir de entonces, contó, comenzaron las reuniones –”diarias como en cine continuado”– en el domicilio de Alfonsín en las que se buscaba llegar a un acuerdo político que prescindiera de De la Rúa. Entre los participantes –a quienes seguramente Oyarbide citará en el futuro– mencionó a Leopoldo Moreau, Raúl Alconada Sempé, Ignacio de Mendiguren, Daer, Armando Cavallieri, Carlos West Ocampo y José Pedraza. “Se hablaba también de Ruckauf y Duhalde”, deslizó.
Después recordó un encuentro entre ella y Alfonsín un sábado a la mañana. “Vos no entendés que De la Rúa no quiere tomar las medidas que tiene que tomar, pero Argentina las tiene que tomar”, dijo que Alfonsín le respondió aquel día. “Tenemos que devaluar y tenemos que dejar de pagar la deuda externa y De la Rúa está obcecado y no va a tomar ninguna de estas medidas”. Con esta información, Bullrich fue adonde estaban De la Rúa y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y les dijo “para mí está confirmado que hay una conspiración”. Pero De la Rúa no la escuchó porque, explicó Bullrich, “no le gustaba que le hablen mal de Alfonsín”.
La declaración de Carrió no tuvo tanto detalle. La diputada del ARI dijo saber acerca de “saqueos provocados tendientes a una renuncia anticipada” de De la Rúa. También mencionó la existencia de “zonas liberadas” donde manifestantes organizados sabían que podían actuar sin riesgos. Por ejemplo, dijo que el viernes anterior a la caída del gobierno le había tocado ir a dar una charla en Rosario y que le anticiparon que habría saqueos porque repartían movicones en las villas y ciertos automóviles daban vueltas por la zona. “El gobierno era marcadamente incompetente, pero a más de eso había intereses para una renuncia anticipada”, sostuvo.
Mestre ayer se presentó con un escrito para Oyarbide y la jueza María Servini de Cubría, quien lo había citado por la causa de la represión del 19 y 20 de diciembre. Si bien avaló la teoría delarruista, sobre el complot en sí el ex ministro no aportó mucho. Reiteró que en el día previo a la caída del gobierno participó de reuniones con dirigentes peronistas como Ruckauf, Eduardo Menem y Ramón Puerta en las que se llegaron a acuerdos que luego fueron incumplidos.